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Las personas mayores están en riesgo de exclusión sanitaria por la brecha digital, asegura Sandra Robles, médico de familia en el Centro de Salud Valencia de Don Juan y una de las autoras de la ponencia 'eSalud: Ventajas, inconvenientes y brecha digital'
Además, prosigue, tampoco facilita las cosas el hecho de que la relación entre médico y paciente "no siempre es la deseada" y, a menudo, los propios ciudadanos no se fían de las consultas digitales. A su juicio, dos serán las claves fundamentales para atenuar la brecha digital en este sentido: la longitudinalidad, "en peligro en las condiciones actuales de este nivel asistencial", y la formación de profesionales y pacientes en el uso de estas nuevas tecnologías.
"Muchos profesionales sanitarios no saben cómo funcionan estas herramientas porque no nos han formado y porque han aparecido de golpe", ha añadido, en el marco del 42º Congreso de la semFY, la médica de familia en el CAP Plana Lledó de Mollet del Vallés y coautora de la ponencia, Carme Saperas.
Del mismo modo, el territorio marca otra de las grandes diferencias en cuanto a la brecha digital. Por un lado, hay zonas rurales en las que ni siquiera tienen banda ancha y no prevén ponerla en los próximos tres años. "En todas estas zonas blancas, como se las llama, la única telemedicina a la que aspiramos a nivel de comunicación es el teléfono", ha enfatizado Robles.
Por otro lado, la brecha también se observa entre las distintas comunidades. Mientras algunas cuentan con un modelo de telemedicina bastante avanzado, en otras regiones apenas se están empezando a dar los primeros pasos.
"Deberíamos ir todas al mismo ritmo. No puede ser que en una comunidad autónoma el sistema permita diagnosticar un infarto o un ictus, esté donde esté el profesional sanitario; y en zonas rurales de otras comunidades autónomas no tengan este servicio", ha recalcado Saperas.
Telemedicina que parece ciencia ficción
Sin embargo, en determinados entornos, ciudades y centros de salud u hospitales, la telemedicina está significando una revolución. La tecnología actual permite a los médicos y médicas de familia realizar diagnósticos de manera remota, atender videoconsultas, recibir y enviar pruebas de imagen digitalizadas. Además, hay dispositivos que se pueden conectar a través de internet para revisar los niveles sanguíneos, la frecuencia cardiaca o la presión arterial.
"Quizá lo más innovador es todo lo que tiene que ver con la inteligencia artificial aplicada a la salud. Tenemos programas integrados dentro de nuestras estaciones de trabajo que nos ayudan en el día a día. El paciente puede enviar fotografías, nosotros le podemos enviar fotografías a él; tenemos programas que nos pueden leer radiografías e informarnos; trasladar un electrocardiograma que el paciente se ha hecho con un móvil y le llega a su cardiólogo en menos de dos minutos", ha dicho Saperas.
En un futuro, recalca, el paciente será capaz de meter todas sus dudas, sus preguntas, sus síntomas, y la misma aplicación le puede decir dónde debe dirigirse. "Si es mejor que vaya a atención primaria o a urgencias. No tendremos que esperar al radiólogo para tener informes de placas de radiografías, resonancias y otras pruebas de imagen: un programa de inteligencia artificial nos lo podrá leer e informarnos", ha zanjado.