Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLas piedras en el riñón, conocidas en términos médicos como cálculos renales, litiasis renal o nefrolitiasis, son un mal común y muy doloroso, especialmente a la hora de expulsarlas. Se calcula que alrededor del 10-12% de la población sufre un cuadro de piedras en el riñón en algún momento de su vida.
Se producen cuando los niveles de calcio, fósforo u oxalato en orina son más altos de lo normal y acaban haciendo depósitos que se van compactando en el riñón. En función de la composición los cálculos, su origen será metabólico, producido con la ingesta de medicamentos, enfermedades como la gota, infecciones de las vías urinarias, baja hidratación o por malos hábitos, es decir, llevar una alimentación hiperproteica, rica en azúcares y sodio.
Los cálculos más comunes son los que están formados por componentes de calcio, por ejemplo, oxalato de calcio; pero también por ácido úrico, cristales de estruvita y cistina. El factor genético, hereditario, también influye en su formación.
La presencia de cálculos renales no tiene por qué ser dolorosa. El cálculo puede estar alojado en el riñón durante tiempo sin dar señales. Es cuando se mueve, se desprende, o queda atorado en las vías urinarias que causa un gran dolor y, en muchos casos, es necesario la asistencia médica para paliar el dolor y ayudar a expulsar el cálculo.
Entre la sintomatología más habitual podemos destacar:
Estos signos y síntomas pueden ser más o menos duraderos o desaparecer para volver a presentarse más adelante. Esto responde al desplazamiento que hace el cálculo a través de las vías urinarias.
Ante la presencia de dolor y molestias como las descritas será necesario consultar al especialista, quien realizará diferentes pruebas para evaluar si se trata de un cálculo u otra enfermedad. Estas pruebas consisten en una exploración física, una radiografía abdominal, una tomografía computarizada (TC) y análisis de sangre y de orinar para determinar si se trata de un cálculo, qué tipo de cálculo es, su tamaño y su localización.
El dolor que produce un cólico nefrítico es intenso, se suele comparar al del parto. Este dolor es especialmente importante en los hombres, al expulsar la piedra, ya que su tracto urinario es más largo: la uretra de hombre mide unos 20 centímetros de largo, 5 milímetros de diámetro y termina en el extremo del pene; la de la mujer mide 4 centímetros de largo, unos 7 milímetros de diámetro y finaliza en la vulva.
Si la piedra es pequeña puede expulsarse al orinar. Para facilitar la expulsión el urólogo, médico especialista para los problemas en las vías urinarias, dará unas pautas a seguir:
No obstante, si el cálculo queda anclado en las vías urinarias o es de tamaño generoso será necesario realizar una técnica invasiva para extraerlo, mediante una ureteroscopia, o fragmentarlo, a través de ondas de choque (litotricia extracorpórea), y así puedan ser expulsados. Finalmente, cuando la piedra es de tamaño considerable y no es viable ninguna de estas técnicas se ha de recurrir a la cirugía.
Es muy interesante una vez expulsada analizar la piedra para saber su composición y poder tomar las medidas de prevención oportunas.
Para evitar la formación de cálculos será necesario bajar la densidad de la orina. Esto lo conseguiremos llevando una buena hidratación, es decir, beber entre un litro y medio y dos litros de agua diarios, de esta manera la orina será menos densa y además se limpiará el riñón.
Es recomendable llevar una dieta saludable, pobre en sal y azúcares y con pocas proteínas de origen animal. Cuando se tiene tendencia a producir piedras, evitar las dietas ricas en oxalatos de calcio (espinacas, acelgas, nueces, te, chocolate, bechamel)
Finalmente, evitar el sobrepeso también ayuda a prevenirlas.