Brecha digital: los mayores reclaman formar parte de la solución

La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) y la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) han celebrado este martes, 27 de junio, una jornada para abordar la brecha digital que afecta a los mayores. Ambas entidades firmaron el pasado mes de abril un convenio de colaboración, donde establecieron una hoja de ruta para solucionar este problema, que afecta al 20% de la población. 

Al acto han acudido Mar España Martí, directora de la AEPD, Lázaro González, presidente de la PMP, Sara Ulla, Asesora del Gabinete del Director del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), Joaquín Corcobado, Jefe del Área de Ciudadanía y Derechos Sociales de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y Francesc Boya, Secretario General para el Reto Demográfico, Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico. 

La primera en intervenir ha sido la directora de la AEPD, que ha centrado su discurso en el derecho a la protección de datos que tenemos todos los ciudadanos: "En el convenio que hemos firmado con la PMP nos hemos comprometido a proteger a los mayores en el entorno digital. Sabemos que estamos en un mundo cada vez más digitalizado, todos tenemos derecho a la privacidad. Es uno de los derechos fundamentales en esta era, porque desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos con el móvil", apuntaba España Martí.

La directora explicaba a que cada vez los riesgos son mayores, y aunque nos afectan a todos, "en los mayores el reto es mayor porque son más vulnerables". Ejemplo de ello son las estafas y fraudes que sufren los mayores. "Hemos trabajado mucho por intentar prevenir, y poder facilitar a los responsables públicos y privados, el cumplimiento de una normativa que es compleja", aseguraba España Martí.

En este sentido, la representante de la AEPD ha querido resaltar el compromiso con la sociedad civil que tiene el organismo: "Todas las acciones para el colectivo de los mayores se enmarcan aquí. Y ahora mismo, en el marco de responsabilidad social, tenemos más de 108 acciones que ya están completadas o prácticamente terminadas. El marco impulsor de todas estas acciones es el Reglamento General de Protección de Datos, que se aprobó por la rápida evolución tecnológica y por la globalización", aclaraba la directora. 

La transformación digital

De izquierda a derecha: Sara Ulla, Asesora del Gabinete del Director del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), Lázaro González, presidente de la PMP, Mar España Martí, directora de la AEPD, Francesc Boya, Secretario General para el Reto Demográfico, Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y Joaquín Corcobado, Jefe del Área de Ciudadanía y Derechos Sociales de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)

Al final de su intervención, España Martí arrojaba algunos datos interesantes en relación a la digitalización y al uso de las TIC por parte de los mayores: "El medio 65YMÁS asegura que la transformación digital es el cuarto problema que más preocupa a los mayores de 65 años. Además, si nos centramos en el uso de las TIC, el 98% de la población utilizamos Internet de manera habitual, pero a partir de los 55 años, el porcentaje se reduce al 80%", comenzaba comentando la directora de la Agencia.

De esta manera, según los datos del INE, entre los mayores de 65 y 74 años, el porcentaje se sitúa en el 76%, y entre los mayores de 85 años, hablamos de un 16%. "Si unimos la soledad de los mayores con el aislamiento digital, hablamos de una doble soledad". 

En lo referido a las compras por Internet, solo un 2% de los mayores de 85 años utilizan esta vía. Un 9% en el caso de la franja de edad que abarca desde los 75 a los 85 años, y un 23% entre los mayores que tienen entre 65 y 74 años: "Sin embargo, el grado de confianza tiene porcentajes superiores: poca o ninguna confianza, el 38% entre los mayores de 65 a 74 años, bastante el 55% y mucha el 6%", apuntaba la directa.

"Esto puede dar lugar a riesgos en este colectivo como usurpación de identidad, fraudes, pérdidas financieras, problemas de discriminación, daño reputacional o incluso delitos", aseguraba.

Los mayores, más expuestos a los fraudes

"Tengo gran confianza en este pacto que hemos firmado con la PMP, que tiene dos ejes estratégicos: formación y sensibilización, y elaboración y difusión de contenidos y materiales, que espero que, junto con el Imserso, podamos dejar una hoja de ruta para este colectivo tan importante de la población", concluía la directora, no sin antes destacar que los mayores que sean abuelos pueden ayudar a detectar si sus nietos están siendo víctimas de algún delito a través de Internet. "Hay líneas rojas que en el mundo digital no se deben cruzar, y aún nos queda muchísimo camino por recorrer".

La directora le ha pasado la palabra al presidente de la PMP, Lázaro González, quien se ha centrado en hablar en las consecuencias que tiene para los mayores, quedarse atrás en mundo cada vez más digital: "La Agencia tiene una tarea muy complicada en España porque nuestros datos los tiene todo el mundo. Actualmente, 1 de cada 5 delitos se producen en Internet. Es un problema gravísimo, que tenemos que abordarlo entre todos", comenzaba diciendo.

"Las personas mayores somos uno de los grupos humanos que más expuesto está a los fraudes y a perder su privacidad. Pero no solo en el mundo digital, también en los cuidados, sus datos se comparten con mucha gente", aseguraba el presidente de la PMP.

Lázaro compartía la preocupación y el compromiso de la asociación con la digitalización de los mayores "porque vivimos en una sociedad digital, nos guste o no. La inclusión digital no hay que hacerla de forma desordenada o a cualquier precio, tiene que tener garantías porque hay muchos mayores que no manejamos las tecnologías digitales, y somos especialmente vulnerables a que nuestros datos se puedan divulgar o utilizar para fraudes", opina el presidente.

La plataforma está trabajando para que la banca no obligue a los mayores a hacer los trámites bancarios de manera online, y para que, hasta, el conjunto de la sociedad no maneje estas herramientas, haya una atención personalizada: "En este momento pedir a una persona que nunca ha entrado en Internet, que tenga una tarjeta digital, nos parece un abuso. Lo mismo pensamos de los cajeros que no son accesibles", aseguraba.

Lázaro cree que desde la pandemia todo esto ha empeorado, ya que ahora la cita previa, que hay que pedirla por Internet, es lo más común, y por eso, aunque están a favor de la transformación digital, exigen ciertas garantías: "Las personas mayores tenemos miedo de entrar en este mundo de forma no controlada, porque aunque algunos de nosotros sí que sepamos movernos por Internet, nos da miedo hacer las gestiones porque nos podemos equivocar. No se nos puede obligar a que los trámites importantes se hagan por Internet", comenta.

El miedo al fraude o a perder su intimidad son otras de las preocupaciones de los mayores, que son conscientes de que son el blanco fácil para los ciberdelincuentes: "Hay que poner remedio y para eso también tenemos que ser parte de la solución. Por eso hemos firmado este convenio para elaborar materiales de difusión, buscar formadores, hacer estudios y contenidos accesibles y fáciles de usar y organizar encuentros, entre otros".

Para acabar, Lázaro ha exigido que la propia legislación garantice un trato adecuado a este colectivo "porque somos clientes vulnerables".

El edadismo en el mundo digital

La asesora del Gabinete del Director del Imserso, Sara Ulla ha invertido su tiempo en hablar del papel de las políticas de mayores y la responsabilidad de las administraciones: "En muy pocos años hemos pasado de tener relaciones próximas y cercanas, a que todo sea virtual", aseguraba. Ulla exponía que, dejando a un lado la opinión personal que puede tener cada uno sobre esta digitalización, la realidad es que ahora, para prácticamente todo, se necesita un ordenador. "Aunque esto tiene infinidad de oportunidades porque tenemos el mundo a nuestras manos, las herramientas para la vida diaria, han cambiado de manera radical", explicaba la asesora. 

Ulla comentaba que ante este abanico de oportunidades, las instituciones aún tienen mucho que hacer, y en el tema de la soledad digital, y exponía una serie de ventajas que nos ha traído la digitalización: mejorar habilidades sociales, desarrollo de destreza y habilidades, aprendizaje de nuevas actividades o idiomas, mantener relaciones con seres queridos, aumentar las relaciones sociales, proporcionar apoyo social, atención médica y de servicios sociales y entrenamiento cognitivo.

Pero no todo son beneficios, y la propia asesora ponía sobre la mesa una palabra muy conocida por los mayores: el edadismo. Ulla aseguraba que muchas veces son los propios mayores quienes se limitan creyendo que las tecnologías no son para ellos: "Las actitudes y prejuicios nos afectan a nosotros mismos. Seguro que todos hemos escuchado la frase 'ya estoy muy mayor para eso', poniéndonos barreras a nosotros mismos".

Por eso es muy importante enseñar dejando a un lado los estereotipos, es decir, que en lugar de enseñarles el manejo básico de un ordenador, se le pregunte qué es lo que quieren aprender, y qué saben usar ya: "Ser mayor no es una barrera para el uso de tecnologías", recordaba la asesora.

Junto a la formación, las campañas de difusión y sensibilización también es relevante para que los mayores sepan todo lo que pueden hacer: "Esta responsabilidad es de las instituciones y de las administraciones. "Tenemos que velar para que los servicios y derechos se mantengan". Y matizaba: "Igual que hay gente que no sabe usar las tecnologías, también hay que respetar a todos aquellos que no quieran aprender".

Los retos del mundo rural

Por su parte, Joaquín Corcobado, en representación de la FEMP, ha ofrecido una visión de las ayudas ofrecidas a los mayores en el ámbito digital desde los ayuntamientos y entidades locales y los problemas que se han detectado. Entre las problemáticas se encuentran: la brecha digital, la falta de acceso a la tecnología, resistencia al cambio, la falta de acompañamiento y capacitación, las barreras lingüísticas y culturales y falta de conciencia y comunicación efectiva sobre ayudas e iniciativas. 

"La pandemia ha marcado un antes y un después en todas nuestras actuaciones, nos hemos dado cuenta de que los ayuntamientos podemos hacer algo más. Ahora es necesario implementar estrategias que incluyan programas de capacitación digital adaptados a las necesidades de las personas mayores, además de una comunicación clara y efectiva hacia este colectivo de todas las ayudas digitales disponibles, fomentando su participación efectiva", concluía Corcobado.

El último en intervenir ha sido Francesc Boya, quien ha tratado las diferencias entre los ámbitos urbano y rural en los servicios para los mayores centrados en el ámbito digital, además de proponer una serie de líneas de actuación en los municipios con poca población, en cuanto a provisión de servicios y ayudas a las personas mayores para igualar ese desequilibrio entre ambos entornos: "En la España rural, los mayores suponen el 30% e icnluso el 50% de los pueblos. La brecha digital tiene más impacto en las zonas rurales, y aunque estamos solucionando el problema de la conectividad, también hay que capacitar a los mayores de estos pueblos para que puedan acceder a formación".

"La tecnología es una puerta sustancial a una mejora a nuestra calidad de vida y marca el paradigma de futuro de la sociedad, pero debemos estar muy atentos a estos avances y combatir todos los síntomas de deshumanización que los acompañan", comentaba.

Con esta reflexión daba por finalizada la jornada 'Mayores en el entorno digital', donde la PMP y la AEPD han dejado clara su apuesta por una digitalización de la sociedad que garantice la protección de los derechos fundamentales de las personas mayores