José María Suárez era la mano derecha de su hermano mayor, el ex presidente de España Adolfo Suárez, y su relaciones públicas. Tanto enl a etapa de Alfonso Suárez como Director General de TVE como durante las campañas electorales de UCD y CDS. Chema Suárez dirigió durante cinco años el NO-DO, fue productor y programador además de técnico superior de Relaciones Públicas y actualmente es miembro de la Academia de Radio Televisión.
PREGUNTA.- ¿Cómo era trabajar tan cerca de Adolfo Suárez?
RESPUESTA.- Fuera del trabajo era encantador, pero en el trabajo no había nadie más recto que él. En 1971 yo me acababa de incorporar como secretario personal de Adolfo Suárez, que por aquel entonces ocupaba el cargo de director general de TVE. Un 22 de diciembre, eran las 12 y desde las 9 había un tal Palacios Pardo que no paraba de preguntar por el director. Como yo no sabía quién era ese señor tan pesado le decía que el director estaba muy ocupado y colgaba el teléfono. En un momento de la mañana, Adolfo me mira, se levanta, se pone a mi lado y me da un guantazo que casi salgo volando. Yo le dice: 'Si me das un guantazo como hermano, la tenemos. Si es como director general te lo permito porque eres mi jefe y me tengo que aguantar ¿Qué ha pasado?'. '¿Quién es el que está llamando desde la nueve de la mañana?', me preguntó y le dije que un tal Palacios Pardo. 'No -replicó-, no es Palacios Pardo, es el Palacio del Pardo'. Franco indultaba a los presos de ETA en la Plaza de Oriente y había que montar las cámaras y llevar las unidades móviles. Al final, mi hermano me dejó ocho meses sin sueldo y no fue la única vez, otra por no llevar corbata y otra por tomar un café y no pasarle unas cosas para firmar.
P.- Aunque nunca se ha metido en política, usted es un perfecto conocedor de la política nacional, ¿qué piensa de la situación en Cataluña?
R.- Sinceramente, se están pasando un bastante. Esto lleva 40 años siendo una España unida y hay dos o tres señores que se quieren cargar lo que hicieron nuestros anteriores políticos, los que eran serios, estos no son serios.
P.- Y cuál es su opinión sobre el gran crucigrama político que se nos ha presentado después de las elecciones
R.- Creo que todos quieren figurar y mandar cuando en mi opinión deberían haberse unido las tres fuerzas de centro derecha, haberse aglutinado y desplazado un poco a la izquierda que se está desmarcando.
P.- Con la que políticamente está cayendo hay mucha gente en España que echa mucho de menos a su hermano. ¿Qué pensaría él de todo esto?
R.- A mi hermano le echan de menos pero después de muerto, porque cuando estaba vivo le pusieron a parir por todas partes. Si mi hermano levanta la cabeza se vuelve a morir otra vez de ver a la gente que hay hoy en política.
P.- Adolfo Suárez fue el hombre del consenso por excelencia, legalizó los sindicatos y partidos, incluido, en un alarde de malabarismo, el PCE, inició la reforma del Ejército, hizo posible los ‘Pactos de la Moncloa’, trajo el IRPF y los Estatuto de Cataluña, País Vasco y Galicia… ¿De cuál de estos logros se sentía más orgulloso su hermano?
R.- Yo creo que de sus conversaciones y negociaciones con Santiago Carrillo, de la comunión que hubo entre ellos. La legalización del PCE fue un logro personal, de los dos. Se admiraban y respetaban mucho. De hecho, Carrillo no dejó de visitar a mi hermano durante su enfermedad. Fue un auténtico logró entenderse con todos, pero con Carrillo aún más porque las circunstancias de España en aquellos momentos eran muy delicadas y en aquel tiempo Carrillo significaba mucho más que Felipe González.
P.- Ya me ha dicho que con Carrillo se llevaba estupendamente, ¿y con los demás?
R.- Alfonso Guerra, que era el que más palos le daba, demostró ser un gran señor y supo comportarse como tal durante la enfermedad de Adolfo. Con Felipe, aunque tenían sus piques, se llevaban bien. Al final, Felipe quería a Adolfo. Como presidente creo que Felipe trató más de amigo a Adolfo que lo que lo hizo Aznar con Adolfo.
P.- ¿Fue justa España con Adolfo Suárez entre 1979 y 1981?
R.- En absoluto, para nada. Hasta su propia gente le traicionó. Eso es lo peor que te puede suceder, la arroparon al principio y luego fueron machacándole y machacándole hasta provocar su dimisión.
P.- ¿Qué recuerdos tiene del golpe de Estado del 23-F?
R.- Los españoles nos lo jugamos todo, esa democracia que estaba más o menos hecha y empezando a funcionar, y de pronto aparece un señor que nos quiere volver a echar otra vez hacia atrás. Pero la verdad es que aquel día yo no estaba con Adolfo, sino inaugurando un toplees en Barcelona. Iba en un avión y el comandante de vuelo que era amigo me dijo: "Tu hermano está secuestrado". Le pregunté por quién y me contestó que por los militares. Pensé que se trataba de una broma. Pepe Asensio, que entonces era presidente de Interviú me preguntó qué pensaba hacer y le dije que él me había pagado para hacer algo y lo iba a hacer. Llegamos a Barcelona, me pusieron al tanto de la situación, llamé a la Moncloa, me contestó mi cuñado Aurelio, me explicó la situación y me dijo que estuviéramos todos tranquilos. Así que yo seguí a mi ritmo en Barcelona y aunque pensaba que nadie iba a ir a la inauguración de la discoteca me encontré allí con mil personas y me hicieron entrevistas con todas las chicas en topless y claro, al día siguiente aparezco rodeado de mujeres mientras mi hermano estaba secuestrado. Aquella noche estuvimos con Asensio haciendo entrevistas hasta las cuatro de la mañana.
P.- ¿Y qué le dijo su hermano?
R.- Nada, que qué bien me lo pasaba. Claro, otra respuesta no podía tener.
P.- Otra fecha, el 25 de abril de 2014, está grabada a fuego en su memoria...
R.- El día que murió Adolfo fue un palo tremendo aunque ya sabíamos que se estaba acabando todo. Pero al menos dejó de sufrir, porque los últimos años los pasó prácticamente en silla de ruedas. Yo, que había trabajado junto a él tantos años y con aquella tremenda vitalidad que tenía, el verle en aquellas circunstancias, me deprimía mucho. El entierro fue en Ávila y cuando llegó el féretro a la catedral me puse malísimo. No podía respirar, pensaba que era por los nervios y porque había dejado de fumar. Mi hermano que es médico me llevó a urgencias, me internaron y me detectaron un cáncer de hígado. Tuvieron que hacerme un trasplante en un mes porque no había tiempo para esperar más, pero cinco años después aquí sigo.
P.- La relación entre los hermanos siempre fue muy estrecha e imagino que así se mantiene...
R.- Por supuesto, los cuatro hermanos que quedamos somos uña y carne, aunque más aún con Ricardo, ya que Hipólito vive en Bilbao y Carmen, en Ávila. Ricardo y yo tenemos la vida en el mismo barrio.
P.- ¿Qué saben sus nietos de su abuelo?
R.- Algunos no saben nada. Alejandra sí, claro, tiene 27 o 28 años, es la duquesa y le conoció, aunque ya no era presidente. Y Fernando sí sabe todo de él porque su padre le ha contado mucho de Adolfo.
P.- Siguiendo con la familia, Aznar le dijo en 1991 a su sobrino "Adolfo, de la UCD sólo me faltas tú". Después en 2001 se presentó por el PP para presidir Castilla-La Mancha y perdió ante Bono, se retiró de la política y ahora ha vuelto al ruedo de la mano de Pablo Casado. ¿Cómo ve esta situación? ¿Qué le parece?
R.- Creo que mi sobrino Adolfo se equivocó un poco, en mi opinión, al ir tan pronto a unas elecciones en Castilla-La Mancha donde el rey era Bono. Adolfo Suárez Illana tendría que haber empezado por Castilla y León como consejero, concejal, senador o diputado, para comenzar a fajarse en la política y de ahí dar el salto hacia arriba si hubiera querido. Meterse directamente a Castilla-La Mancha con un hombre tan fuerte como Bono fue un error. Y ahora creo que también se ha precipitado, eso de ir en la lista como número dos, cuando su padre era el presidente de la concordia… yo me hubiera quedado más en un segundo plano.
P.- ¿Se está, de alguna manera, aprovechando el PP de la imagen de moderación y centrismo de Adolfo Suárez al ligar a su hijo al partido?
R.- Creo que sí y se equivocan, porque a mi sobrino no pueden presentarle por ser el hijo de su padre sino por sí mismo. La figura de mi hermano está ahí y es muy difícil poder llegar a su altura. Como Adolfo Suárez no va a haber otro. Mi sobrino debe ser él mismo, su padre ya pasó.
P.- Hablando de Adolfo Suárez Illana supongo que políticamente no debe ser fácil haber sido el hijo de una figura política tan inmensa como la de su padre…
R.- Difícil no es, porque a mí siempre me recordaban que era el hermano de y a Adolfo que era el hijo de, pero yo contestaba que no era así, que Adolfo era el hermano de Chema. No obstante, está claro que Adolfo Suárez Illana siempre aparecerá como el hijo del presidente Suárez.
P.- Tal vez uno de los peores momentos de la vida de su sobrino fue cuando, como portavoz de la familia, tuvo que anunciar que su padre padecía alzhéimer…
R.- Sí lo fue, pero ya todo el mundo lo sabía desde que Amparo empezó a estar mala y a Miriam se le complicó mucho la cosa. Él se vio fuera de la política después del palo que supuso el CDS, pensaba que la gente no confiaba en él y todo eso le llevó a encerrarse en sí mismo, que fue, yo así lo pienso, lo que le abocó a la enfermedad.
P.- La tragedia de la familia Suárez Illana sin duda ha sido el cáncer. Se llevó a lo que su hermano más quería en el mundo, su mujer Amparo y su hija Miriam, sin contar con que sus otras hijas Laura y Sonsoles también tuvieron cáncer y pudieron superarlo y su hijo Adolfo que tuvo que operarse…
R.- Sí, todo eso que pasó le hizo encerrarse, sobre todo lo de Amparo. Era lo que más quería.
P.- Hablando de Sonsoles, ¿se siente usted especialmente unido a su sobrina periodista por aquello de que trabaja en una televisión y usted estuvo 45 años en RTVE?
R.- Yo no le doy ningún consejo. Todos son mis sobrinos, pero mi niña era Miriam. Salía con ellos cuando eran novios y luego matrimonio, los llevaba a la discoteca conmigo. Sonsoles era más timidilla. Es una gran periodista pero creo que se equivocó al dejar Antena 3, porque era muy buena, daba muy bien en cámara y habla también muy bien.
P.- Aprovechando su profundo conocimiento de RTVE, ¿la televisión pública es absolutamente independiente o está al servicio del Gobierno de turno?
R.- Está al servicio del Gobierno. Confié mucho y me alegré cuando eligieron a Rosa María Mateo porque yo la conocí, la traté, me parecía una bellísima persona y desde luego sabe perfectamente lo que es la televisión; pero estoy viendo que no es la misma persona que yo conocí, porque se debe a sus compañeros y no está allí para hacerles las faenas que les está haciendo. Cada día va peor. La 1 va bajando y bajando. De ella se aprovecha el señor presidente del Gobierno y su partido. Todo el día son noticias del PSOE y encima meten cuñas que no tienen mucho sentido. Pueden decir que es lo mismo que hacía el PP, pero yo creo que el PP no hizo las cosas tan mal como esta señora. Siempre he criticado que llegaba el PP al Gobierno y mantenía a su gente ahí, pero estos han llegado y a toda la gente que era más o menos del PP les han mandado a la calle. No creo que en este país veamos el día en que estemos orgullosos de nuestra televisión pública.
P.- ¿Qué nos puede contar de los altibajos en la relación entre Adolfo Suárez y Don Juan Carlos?
R.- Ese es un tema muy privado en el que no puedo entrar. Fue una cosa entre los dos, no sé qué pasaría. La gente opina mucho pero los únicos que lo sabían realmente eran ellos dos y quedó entre ellos.
P.- ¿Y qué opinión le merece la abdicación de Don Juan Carlos y su reciente abandono de la vida pública?
R.- Me parece bien. Llega un momento en que, aparte de su trayectoria que ha sido realmente impresionante, la gente podría pensar cosas raras de él. Creo que tiene edad de decidir, de realizar menos apariciones y menos actividades públicas, ya es hora de que haga lo que le de gana. Personalmente, teniendo el rey que tenemos, no hay ningún problema. Soy un gran admirador suyo porque me parece una persona encantadora y muy seria que está cambiando, o quiere cambiar, la antigua imagen de la monarquía. No soy político pero soy partidario de este señor porque lo está haciendo muy bien.
P.- Por último, ¿qué tal va la marcha del Museo Adolfo Suárez y la Transicion abierto en su pueblo natal, Cebreros?
R.- Llevamos ocho años con el museo. Está en una antigua iglesia del siglo XV que mantiene su torre. Ya tenemos 300.000 visitantes antes de la inauguración oficial. La gente no sabe que existe el museo, existe para colegios, tercera edad, estudiosos, investigadores, turistas chinos… Es muy triste, pero el único presidente del Gobierno que lo ha visitado es José Luis Rodríguez Zapatero. Allí están todas las cosas de Adolfo en la toma de posesión, en el 23-F, fotografías de Franco, de sus viajes… y aún nos quedan 150.000 fotos por exhibir que nos ha cedido la agencia EFE, Reuters, TVE... Alfonso Guerra también va desde hace cuatro años a dar conferencias gratis en el museo. Pero salvo para Rodríguez Zapatero, parece no tener ningún interés para el resto de presidentes del Gobierno de España.