Francisco Igea (Ciudadanos): "Es tarde para frenar la despoblación, hay que repoblar"
Martes 8 de febrero de 2022
12 minutos
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Francisco Igea (@FranciscoIgea), exvicepresidente de Castilla y León y cabeza de lista de Ciudadanos (@CsCastillayLeon) en las elecciones del 13F, lo tiene claro: no volverá a hacer presidente a su exsocio y líder del PP en la región, Alfonso Fernández Mañueco, si bien, según matiza, eso no significa que descarte pactar con el partido conservador.
65YMÁS ha conversado con el político de la formación naranja sobre pactos, el fin de la pandemia, el balance que hace de su gestión en la administración castellanoleonesa y qué propone para solucionar problemas estructurales que afectan a los mayores de la región –el 25% de la población de la comunidad– como la despoblación, la exclusión financiera o el cambio del modelo de residencias, entre otros.
PREGUNTA - ¿Cree que puede haber jugado en su contra el haber pasado el ecuador de la campaña electoral confinado?
RESPUESTA - Bueno, como no se podía elegir, hemos intentado que jugase a nuestro favor. Ha sido una campaña telemática distinta y un debate diferente, en el que no parece que nos sentara mal el confinamiento, porque las encuestas dicen que ganamos. ¿Hubiese sido mejor estar en la calle? Sí. Pero en campaña, como en la vida, no te quejes, trabaja. Tienes que jugar con las cartas que te han dado.
P.- Como médico, ¿cree que veremos el fin de las cuarentenas en algún momento? ¿Estamos ya en el fin de la pandemia?
R.- Yo espero que sí. Llevamos un periodo muy largo –2 años–, y vamos a ver si conseguimos que haya una inmunización general. Pero eso va a depender mucho de nuestra generosidad con el resto del mundo y de que las vacunas lleguen. Ahora, estamos viviendo unos coletazos, con una letalidad muy pequeña. Afortunadamente, esta ola no es ni la décima parte que en la anterior. Y eso, nos hace pensar que podemos estar encaminándonos hacia el final, porque ha habido mucho contagio. Vamos a esperar. Pero, en esta pandemia, cada vez que un experto hace una predicción, acaba fallando. Como no lo soy, voy a procurar no hacer muchas.
P.- Visto el tono del primer debate, ¿se ve volviendo a la Junta de la mano de Mañueco o hay que descartar completamente esa opción?
R.- La opción está descartada. Lo hemos dejado bien claro. No haremos presidente de la Junta a una persona deshonesta. Ha convocado elecciones anticipadas en mitad de la sexta ola. Ha dejado a la comunidad sin presupuestos y sin poder utilizar juiciosamente los fondos europeos. Ha paralizado la región con una mentira, con una calumnia, y por un interés personal suyo o de Pablo Casado. Esto es completamente deshonesto. Y nosotros tenemos claro que esa actitud no puede ser premiada en política, porque sino este país no va a tener un buen remedio. Estamos acostumbrados a que aquí se mienta y no pase nada, pero en Ciudadanos hemos hecho el propósito de que esta vez sí: no vamos a vetar a ningún partido político, pero una persona que ha mentido de manera tan descarada no va a ser presidente con nuestro voto. Lo tenemos muy claro.
P.- Los mayores representan el 25% de la población de su comunidad, ¿incluyen alguna medida destacada de su programa para ellos?
R.- Necesitamos urgentemente cambiar nuestro sistema de protección, que es donde hemos tenido un mayor problema durante la pandemia. Somos una comunidad que tiene un porcentaje de mayores en instituciones muy alto. Tenemos que hacer lo posible para que permanezcan en su domicilio.
Lo tenemos muy claro, hay que hacer cambios esenciales. Debemos mejorar el cuidado de los pacientes crónicos en el entorno rural y urbano y caminar hacia un modelo de envejecimiento saludable y de buenas prácticas, para que la gente no sólo viva bien sino libre de enfermedades.
P.- Su partido gestionó la competencia de Sanidad durante la pandemia, ¿qué balance hace de estas seis olas? ¿Qué errores se cometieron y qué proponen hacer de cara a la ‘nueva normalidad’?
R.- El balance lo tenemos que hacer de la única manera que se puede realizar: con números. En primer lugar, hemos vivido una tragedia. Han muerto más de 12.000 personas, una barbaridad. Ha sido un drama tremendo, sobre todo, entre los mayores. Hemos pasado dos años terribles, con unas restricciones muy importantes, que se han ido relajando a medida que hemos ido aprendiendo, sabiendo, vacunando, etc.
Nosotros hemos tomado decisiones desde el primer momento para que hubiese cosas que no nos volviesen a pasar. Pedí a la Consejería un almacén de equipos de protección para tres meses, aunque se cayese el mundo. Es decir, que si volvía a ocurrir, se pudiese aguantar, aunque no hubiese suministro.
Luego, hemos aprendido que el mundo es global. Toda esta gente que se presenta a la campaña contra la globalización es como si lo hiciesen contra que la tierra es esférica. La pandemia es la demostración de que vivimos en ese mundo. Debemos estar preparados para responder a amenazas con más rapidez y aprender que los cisnes negros existen y no esperar a que las cosas lleguen aquí. Probablemente, la lentitud en la toma de decisiones sea el error más grave. Cada semana, nos costó miles de vidas.
Y no hemos aprendido algo esencial, que es que no tenemos que utilizar la revisión de lo ocurrido, las comisiones de investigación, para ver a quién le encasqueto 12.000 muertos, sino para analizar qué se ha hecho mal y qué se puede mejorar en nuestro sistema de Salud Pública y de vigilancia. Es decir, si tiene que centrarse más en las aguas residuales o establecer un control y una toma de decisiones distinto.
Debemos aprender todo ello de una pandemia, que ha sido terrible. El resultado, con los fríos y tristes números, es que hemos estado por debajo de la media nacional (el 21%) en exceso de mortalidad. Aquí, hubo un 19% y, en Madrid, un 37%. Es casi el doble. Y también es mejor nuestra caída del PIB y la reducción del paro.
No nos consuelan esos tres datos, pero el resultado de esta gestión tan difícil es mejor que el de la media y somos la población con más seroprevalencia y con personas de riesgo, porque la mortalidad aumenta de manera exponencial a partir de los 60-65 años.
No puedes estar satisfecho de un drama como este, sería una falta de humanidad intolerable, y tenemos que aprender a hacer cosas mejor, pero hemos hecho una gestión lo más acertada posible.
P.- Tras el horror vivido en las residencias durante las primeras olas ha aflorado la necesidad de un cambio de modelo. ¿Qué propone Ciudadanos? ¿Está de acuerdo con que se modifique el sistema?
R.- Tenemos que ir hacia un modelo lo más parecido a la atención domiciliaria. ¿Por qué? Porque es un sistema con mucha zona colectiva (residencias), con riesgo para la pandemia. Además, hay que evitar, en la medida de los posible, la fragilidad, el encamamiento, etc. Contamos con un proyecto de sujeciones cero. Creemos que es urgente que se prohíban, tanto las químicas como la mecánicas. Están provocando mucho daño innecesario.
En la nueva Ley de Residencias hay muchas cosas que van encaminadas hacia ese modelo que pretende que las personas vivan en su domicilio el mayor tiempo posible y que, luego, si tenemos que tratarles, (las residencias) sean lo más parecidas al hogar.
P.- Las principales organizaciones de mayores de Castilla y León sitúan entre sus principales problemas la despoblación. ¿Qué medidas proponen para frenarla?
R.- Es el problema esencial de la comunidad, de supervivencia financiera. La región tiene un gasto por encima del 80% en sanidad, educación y servicios sociales, y cuanto más dedicas a estas partidas, más personas se te van, porque puedes implementar menos políticas de innovación o desarrollo. Entras en un círculo vicioso en el cual el presupuesto del gasto social se lo va comiendo todo y hay cada vez menos desarrollo y juventud, porque la gente se marcha. Eso, es el fin de la comunidad.
Además, políticamente entraña un riesgo gravísimo, porque la gente tiene mucho sentimiento de desafección. Lo vemos en esta campaña, como han surgido muchos partidos provinciales de lo que se ha llamado la España Vaciada, y eso va a complicar todavía mucho más la gestión de nuestro país y comunidad.
Lo que tenemos que hacer es (una vez analizada la estrategia que nos ha traído hasta aquí –lo hicimos este año en las Cortes–) cambiar la orientación hacia más empleo, oportunidades, crecimiento económico y una política migratoria completamente distinta. Castilla y León tiene que convertirse en tierra de acogida. Las políticas de natalidad son a muy largo plazo, y con una pirámide de población muy invertida. No van a dar resultado. Ya lo hemos intentado y ya sabemos lo que pasa. Están bien. No digo que dar cheques bebés no lo esté, pero no van a dar el resultado que nosotros necesitamos, que es muy urgente.
Así que sería: inversión, desarrollo, internacionalización de nuestras universidades y conseguir ser un polo de atracción para la migración de todo tipo, de profesionales y de personas que quieren venir a vivir a un sitio donde hay seguridad, sanidad, paisaje, patrimonio, calidad medioambiental… Esto es un paraíso. Tienes el mejor sistema educativo de España, uno de los mejores de salud, la mayor esperanza de vida, índices de seguridad de los más altos, actividad cultural, naturaleza… Tenemos que creérnoslo, venderlo y no tener miedo a integrar a las personas que vienen a buscar un futuro para su familia. A España han llegado 300.00 venezolanos, y todos los años viene gente con ganas de emprender, de trabajar, de sacar a su familia adelante. Los países que son capaces de integrar a sus migrantes funcionan mucho mejor, son más diversos, creativos, crecen más.
Es lo que tenemos que hacer: convertir a Castilla y León en un polo de atracción, una tierra de acogida. Y es urgente hacerlo. No hay que limitarse a la estrategia gris, que es lo que han hecho los partidos conservadores, del: “Vamos a frenar la despoblación”. Es tarde para hacerlo. Ahora debemos repoblar. La gente no se va porque no hay servicios, sino porque no hay oportunidades. La política de los servicios ha fracasado en otras partes de Europa. Debe ser una política de emprendimiento, de 360 grados, que abarque los servicios, naturalmente, pero no solamente.
P.- Muchos mayores se encuentran en una situación de desamparo porque no cuentan con ayuda para realizar gestiones bancarias básicas en cajeros o vía online. Además, a esto se suma la desaparición de entidades de crédito en la España Vaciada. ¿Qué propone Ciudadanos contra la exclusión financiera?
R.- Queremos mantener ese servicio en las mancomunidades y las comarcas, y que también se dé uno de apoyo a la digitalización en el mundo rural. Es decir, que las pequeñas oficinas sirvan de almacén logístico del 'e-comercio', para que puedan utilizar las plataformas digitales y que, además, sirvan de sede bancaria multiusos. Tenemos que apostar por eso, por preservar un tejido en red.
P.- Las asociaciones de mayores de Castilla y León no se sienten escuchadas. ¿Existe algún órgano de participación o se plantean crearlo?
R.- No creo que no se les escuche. Nosotros no hemos estado al cargo de la Consejería de Familia y Servicios Sociales, que es donde residen esos órganos de participación, pero creo que esta comunidad está muy orientada a los mayores, entre otras cosas, porque su pirámide poblacional es así.
No me gusta, en principio, lo sectorial. Estamos muy abiertos a la participación, hemos hecho una Ley de Participación, pero no me gusta sectorizarlo. Es decir, tengo mucha confianza en nuestra población mayor, porque uno ya se va acercando, y pienso que a la gente hay que tratarla como ciudadanos de pleno derecho hasta el final de sus vidas y respetarla, porque a veces, cuando hay una política para mujeres, jóvenes, etc., acabas no teniendo una para todos.
P.- ¿Qué pronóstico hace de cara al 13F? ¿Cuál cree que será el resultado de Ciudadanos?
R.- La campaña va evolucionando rápido. Es atípica, porque empezamos con un porcentaje de indecisos de los más altos de España. Cuando comenzó en Madrid, ellos estaban en el 16% y, nosotros, en el 34%. Y han pasado muchas cosas. Creemos que la campaña es buena para nosotros. La gente ha comprendido lo ilegítimo de la convocatoria y que los éxitos del Gobierno hay que repartirlos de forma juiciosa, porque hemos soportado todo el peso de la gestión de la pandemia.
Además, lo que ocurre en el país, polarización y extremismo, vemos como aquí, que siempre hemos sido una región conservadora, la gente no lo quiere, no desea ver espectáculos como los que se han vivido en el Congreso. Es una comunidad de gente sensata. Eso nos hace pensar que el resultado será bueno para nosotros, es decir, tener un grupo parlamentario, poder decidir.