Juan Marín (@JuanMarin_Cs), candidato por Ciudadanos (@CiudadanosCs) a la presidencia de la Junta de Andalucía de las elecciones del próximo día 19 de junio, se muestra bastante optimista en cuanto a los resultados. Como él mismo asegura es “optimista por naturaleza y le gustan los retos”. Considera que han hecho “un buen trabajo” durante estos últimos tres años y medio y cree que eso se reflejará en las urnas.
FERNANDO ÓNEGA: Dígame en dos palabras la diferencia entre la Andalucía que usted coge como vicepresidente del Gobierno y la que deja, aunque sea provisionalmente, ahora en 2022.
JUAN MARÍN: En estos tres años y medio lo más importante ha sido una transformación social y económica que hace que hoy Andalucía sea la locomotora de España. Pero más allá de eso, yo me quedo con haber vencido ese mantra que había de que Andalucía estaba condenada al fracaso. Cuando hablo de fracaso, me refiero a paro, fracaso escolar, …, de ser un poco siempre una comunidad autónoma de segundo nivel. Creo que esa mentalidad ha cambiado en tres años y medio con las reformas que hemos llevado a cabo en todos los ámbitos, sobre todo en el legislativo, fiscal y económico.
Me siento especialmente orgulloso de haberle devuelto Andalucía a los andaluces. Ya Andalucía no es de ningún partido político.
F.O.: Hábleme de usted. Recientemente en el periódico ‘El Mundo’, se dejó retratar con un salvavidas o un flotador. ¿Qué era, salvavidas, flotador o ambas cosas?
J.M.: Era ambas cosas. Fue muy bonita la experiencia.
F.O.: ¿Pero, qué simbología tiene?
J.M: Cuando se me plantea hacer la entrevista, llego a la terraza del hotel y me dicen: “Señor Marín, tírese al agua, porque usted es el político que se ha mojado más por los andaluces en estos tres años y medio y queremos hacer un reportaje de este tipo”. Ese era el objetivo de esa entrevista, después ya los titulares y la simbología que se utilizan es cosa de los periodistas. Pero a mí me gustó mucho la idea y lo hice. Muchos me dicen que arriesgo demasiado, pero no sé vivir de otra forma. Soy un amante de Fito y si te enseño mi móvil cuando lo abres aparece una taza que pone: “Lo contrario de vivir es no arriesgarse”. Creo que hay que arriesgar y no tener complejos. Pero sí, la foto es muy ilustrativa, tiene mucho significado y yo creo que más que un salvavidas, más que un flotador, es una señal de que no hay que tener miedo a lo que puedan decir de nosotros. Yo me divertí y lo hice por ese divertimento. Lo volvería a hacer, aunque algunos de mi partido me matarían (risas).
F.O.: Vivir es arriesgar. ¿Estar en Ciudadanos es arriesgar?
J.M.: Es muy difícil, sí. Porque en España todavía no tenemos la mentalidad como país de que es necesario un proyecto político de centro liberal y ahora cuando algunos partidos políticos se han dado cuenta de que Ciudadanos podía ser una amenaza, nos hemos encontrado con que tanto conservadores como socialistas han querido ocupar ese espacio. Y sí hay un espacio para Ciudadanos. Hubo para mí una persona que significó mucho políticamente hablando, que fue Adolfo Suárez, que lo intentó; después también Rosa Díez, con el proyecto de UPyD, también estuvo ahí navegando en esos terrenos y después llegó Albert Rivera y nos pusimos en marcha todos con él…
F.O.: Y se lo cargó, Albert
J.M: Albert sencillamente tomó decisiones. Albert no sale nunca a empatar un partido, él gana o pierde y en este caso tocó perder y asumió su responsabilidad, algo que no han hecho muchos políticos. He visto a Pedro Sánchez perder más de la mitad de los escaños en el Congreso y no asumió ninguna responsabilidad. También se lo ví a Casado. En Andalucía, por ejemplo, Juanma fue presidente con el peor resultado de la historia del PP, bajó de 50 escaños que le dejó Arenas a 26 que consiguió él.
Soy buen amigo de Albert y siempre le voy a defender. Estoy en Ciudadanos por él y sencillamente a veces uno también se equivoca.
F.O.: ¿Es usted un superviviente de Fran Hervías (*)?
(*) Hervías, exsecretario de Organización de Cs que pasó a las filas del PP tras el intento de moción de censura de Murcia con Pablo Casado y Teodoro García Egea en la dirección nacional.
J.M.: De Hervías y muchos más. Han intentado ‘matarme’ muchas veces, no sé por qué.
F.O.: A Hervías le pagaban para que ‘matara’ a Ciudadanos
J.M.: Después sí.
F.O.: Ah, me habla usted de antes…
J.M.: Claro, yo ya fui superviviente de Hervías antes, cuando dentro de Ciudadanos intentó ‘matarme’. Me hizo daño en el plano personal, pero intento olvidar estas cosas porque no soy una persona rencorosa. Después, cuando vió que tenía una oportunidad con Casado y con Teodoro, también lo intentó, pero tampoco le salió bien.
F.O.: Se ‘murieron’ ellos en el empeño…
Cuando usted fue elegido diputado y después vicepresidente de la Junta de Andalucía, Ciudadanos era el futuro: ¿hoy, qué es?
J. M: Hoy es la esperanza y la ilusión de mucha gente que todavía sigue pensando que somos necesarios, pero que es cierto que no olvida que en estos últimos tres años especialmente no hemos acertado en muchas decisiones.
No hay nadie que me pare por la calle y no me diga: “Ustedes tienen que seguir ahí”. Pero claro, podemos seguir si nos votan, si no lo hacen va a ser difícil. Nadie me ha dicho lo contrario y eso me hace ser optimista y sobre todo tener el convencimiento de que tenemos que seguir en este espacio, a pesar de los resultados. Por eso estoy en Ciudadanos, podía haber estado en muchos sitios, pero voy a seguir aquí.
F.O.: Una de las preguntas que le hacen a usted últimamente en las entrevistas es: no va a dimitir sea cuál sea el resultado del próximo domingo
J. M.: No, eso no es cierto, yo no he dicho eso. Yo he dicho que en política hay que entrar y salir con dignidad. Es decir, mañana yo no saco ningún diputado o uno, mire usted, yo tengo que asumir mi responsabilidad, porque soy el candidato. Para mí, el resultado al que tenemos que llegar el próximo día 19 de junio es renovar este proyecto que empezamos el Partido Popular y Ciudadanos hace ahora tres años y medio. Ese es mi objetivo. La proporción me da igual, porque al final los ciudadanos no saben cuántos diputados del PP o de Cs hay hoy en el Gobierno, que por cierto son 21 y 26; pero si somos capaces de culminar cuatro años más este proyecto es un éxito. Algunos me dicen: “tres diputados, cinco, ocho”. No lo sé. Lo importante es la suma y que Cs sea decisivo para que podamos continuar situando a Andalucía donde, al menos, yo soñaba desde hace mucho tiempo, que no era precisamente en los titulares de corrupción política, de fracasos que estábamos hasta el 2 de diciembre de 2018. Pero lógicamente, si el resultado no nos lleva hasta ese escenario yo asumiré mi responsabilidad. Tiene que ser así.
F.O.: ¿Le agradeció Juanma Moreno que haya sido presidente gracias a usted?
J.M.: Sí y, de hecho, lo hablamos el mismo día 2 de diciembre de 2018, a la 00:45 de la mañana. ¿Cómo me acuerdo? Porque, en ese momento, mi vida también cambió. Aquella noche me llamó, después del resultado. Me felicitó –por cierto, fue el único candidato que lo hizo– y me dijo: “Tenemos que hablar”. Y yo le respondí: “Juanma, quédate tranquilo. Como aseguré en el debate, si tú y yo sumamos, formaremos Gobierno y serás presidente. Déjame a mí negociar la mesa del Parlamento y todo lo demás, que no se me da mal esto”. Así que sí, desde el principio hubo ese compromiso, y siempre lo ha agradecido.
F.O.: Déjeme decirle que, visto desde fuera, ha sido usted un ejemplo de lealtad. Una coalición es complicada, lo vemos en el Gobierno de la Nación pero, por lo menos en su caso, no han trascendido las diferencias ni traiciones. Es más, en el debate de Televisión Española, usted se distinguió por una defensa de quien fue su contrario en los anteriores comicios. ¿Es eso ser centrista?
J.M.: Es una forma de ser y de entender, más que la política, la vida. Vengo del mundo del deporte y hay veces que ganas y otras que pierdes. Cuando pierdes, es porque el rival ha jugado mejor y hay que felicitarle, no te puedes enfadar, porque está haciendo su trabajo. Y, cuando ganas, también esperas que haya un cierto reconocimiento.
Y con Juanma siempre hemos hablado cristalino. Cuando me dijo: “Juan, estamos negociando con Vox este tema”. Yo le respondí: “Juanma, no entro. Tú puedes llegar al acuerdo que quieras, pero, cuando llegue al Parlamento, yo no lo voy a hacer”. Ha habido votaciones en las que no hemos estado de acuerdo, pero eran iniciativas que no eran de la gestión del día a día de un Gobierno de 8,5 millones de personas, y menos, en una pandemia.
Ahora bien, además de esa lealtad que tenemos, he de confesar que Juanma y yo somos amigos, y a un amigo nunca se le deja solo en una pelea. Eso lo aprendí de mi padre y creo que él está poniendo en valor mi participación en el Gobierno y cómo hemos trabajado. Y yo he hecho lo mismo. Es lo que ha permitido que este Ejecutivo sea un referente a nivel nacional y europeo también –eso me dicen mis compañeros de Bruselas–. Nadie pensaba que en Andalucía se podía acabar una legislatura sin ningún problema, convocar una elecciones y que, durante la campaña, siguieran en sus responsabilidades las mismas personas. Eso, depende mucho de la relación personal, y entre Juanma y yo la hay.
F.O.: ¿Qué es un sénior para Juan Marín?
J.M.: Creo que es una persona de la que tenemos que sentirnos tremendamente orgullosos y a la que debemos respetar por lo que ha aportado a esta sociedad durante muchísimos años de su vida.
Ahora bien, tenemos que ocuparnos de ellos. Yo espero que lo hagan conmigo. Casi entro en esa edad. Mucha gente me echa menos años, pero ya estoy cerca de los 60.
Pero es cierto, cuando hablamos del impuesto de sucesiones en Andalucía, de las plazas en residencias, de las pensiones, de muchísimos servicios y de todos los proyectos que tenemos de accesibilidad y de inclusión, no sólo nos referimos a las políticas, sino a las personas que nos han dado la oportunidad de ser lo que somos. Y ahí, creo que todos tenemos una deuda. Y pienso que tenemos que sentirnos muy orgullosos. A pesar de que todo es mejorable, yo estoy muy feliz de vivir en democracia, en el siglo XXI y de poder haber avanzado de la forma en la que lo hemos hecho en estos 40 años, porque no ha sido nada fácil la transición que hemos vivido.
F.O.: ¿Qué cosas deja sin hacer y cuáles serán sus prioridades –pensando en los mayores–?
J.M.: Fundamentalmente, creo que hemos dejado de hacer cosas, porque hemos tenido en medio esta circunstancia –la pandemia–. Pero tenemos que avanzar en el Estado de Bienestar. Creo que hay un déficit importante de recursos de atención individualizada a las personas mayores en Andalucía.
Sí, hay residencias, ayudas, tarjeta oro…, y está muy bien, pero muchos deciden vivir solos, y ahí, a través de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales –que, por cierto, algunos quieren desmantelar–, ha quedado pendiente, entre otras, una Ley que permita ayudar a esas personas, para que puedan tener una atención diaria y personalizada, y que logren llevar a cabo su vida con normalidad.
También, otro punto importante es cómo seguimos aprovechando la capacidad de muchos hombres y mujeres que, con su formación y trabajo, pueden seguir aportando mucho a esta sociedad, desde la colaboración privada con las instituciones.
F.O.: A modo de test: pensiones, ¿qué opina?
J.M.: Sin duda, a nivel nacional, tenemos que llevar a cabo una revisión, porque no podemos estar con una situación como la que vivimos actualmente, con una inflación de un 8,5% y que las pensiones se revaloricen el 1 o 1,5%. Es un disparate. Se deben buscar unos módulos de actualización automática de las pensiones, para que no se pierda poder adquisitivo porque, puntualmente, tengamos una crisis energética o una como la que hemos vivido estos últimos años. Estamos creciendo al 4,5%, la inflación está en el 8% y las pensiones van al ritmo que van. Es totalmente injusto.
F.O.: Lo que prevé la Ley es que suban con el IPC.
J.M.: Pero no es real, en un momento como este. Están perdiendo poder adquisitivo. Yo voy a ser pensionista en nada, en cinco o seis años, y creo que, cuando has estado trabajando toda la vida y has cotizado, no puede ser que no tengas una pensión digna que te permita vivir y cubrir tus necesidades fundamentales. En base a lo que has cotizado, cobras una u otra, pero las actualizaciones no sólo deben ir con el IPC, debemos ir a un nivel de convergencia que nos permita que, en situaciones como esta, se pueda adaptar este incremento a la realidad. Una subida del 1,5% significa una pérdida del 6%.
F.O.: El ministro Escrivá está diciendo que van a subir conforme a la Ley y, luego, los técnicos, que un aumento tan fuerte pondría en peligro la propia existencia del sistema público.
J.M.: Creo que eso depende de la capacidad de crecimiento del empleo. No puede ser que España sea un país con una tasa de paro como la que tenemos. Duplicamos y triplicamos la media europea. Y no hay que irse muy lejos, te pongo el ejemplo de Andalucía, hemos llegado a tasas de paro del 36% y bajamos al 26%. En el 2018, estaba en el 23% y ahora estamos en el 19%. Con 3.200.000 cotizantes, cuando tenemos 8,5 millones de ciudadanos y 4,2 en edad laboral, lo que hay que hacer es crecer en oferta de empleo, para que podamos tener los recursos para mantener las pensiones.
Lo que no podemos es decir que, si le pagamos más a los pensionistas, vamos a poner el sistema en riesgo. No. Logremos eso y, después, una administración más eficiente, no engordarla tanto, para que los recursos se destinen a las políticas que hay que aplicar.
En Andalucía, decían que no era posible bajar impuestos y aumentar los recursos en políticas sociales, en sanidad o en educación, pero lo hemos hecho. ¿Por qué? Porque, fundamentalmente, hemos favorecido el empleo. Y al haber más, 200.000 nuevos puestos en estos años, hemos conseguido recaudar casi 800 millones, que hemos destinado a esas partidas. No se trata de tener una presión fiscal alta, sino una que nos permita mantener el sistema y, sobre todo, reducir la administración –en ese aspecto, hay mucho que mejorar–.
F.O.: Hablaba usted de los mayores que deciden vivir solos, pero, ¿y la soledad no deseada?
J.M.: Independientemente de todas las políticas, tenemos que involucrar mucho a la sociedad civil y a los ayuntamientos. Hay personas que, por las circunstancias, terminan viviendo solas, aunque no lo quieran. Y ahí, creo que se puede hacer un esfuerzo para que podamos compensar esa pérdida de afectos y de hacer cosas que les hubiera gustado. En ese tema, desde la colaboración entre instituciones y las ONG, debemos ser capaces de dar un apoyo y cariño, que hace falta muchas veces, más que otra cosa.
F.O.: ¿Está bien tratado el sénior en las administraciones públicas, en las instituciones y en la sociedad en general?
J.M.: Creo que no.
F.O.: ¿Qué se debería hacer?
J.M.: Fundamentalmente, destinar más recursos, que se traducen en más personas que pueden ayudar. Y después, algo fundamental: escucharles. Creo que no se hace suficientemente. Quizá esto no debería decirlo, pero me da la sensación de que, cuando uno se jubila, deja de ser útil para la sociedad, y eso es un error.
F.O.: ¿Por culpa del mayor o del resto?
J.M.: De los segundos, porque no contamos con ellos. A mí me encanta escuchar a Felipe González, a José María Aznar y a otros muchos. Cuando veo a algunos políticos que han pasado por todas estas experiencias, que están dando charlas o conferencias y que aportan su visión y su ejemplo de cómo lo hicieron, creo que nos enriquece como sociedad.
En cambio, sé que mis amigos, cuando se jubilaron, fue como que ya no estaban, como que la sociedad se olvidaba de ellos. Y creo que es un talento completamente desaprovechado.
No se trata de pagarles, simplemente, de contar con algo más valioso: su conocimiento y experiencia. Creo que, en eso, las instituciones tenemos mucho camino que recorrer todavía.
A mí, personalmente, no me gustaría jubilarme y que nadie contase conmigo. Creo que tengo experiencia en muchos ámbitos: deporte, empresa, comercio, política… y puedo seguir siendo útil a esta sociedad y mejorar la vida de estas generaciones. Un jubilado no es una persona que tiene que comprarse una casa y esperar a ver cómo termina su vida. Al contrario, creo que es otra etapa nueva, donde ya no tienes que levantarte a una hora todos los días, pero puedes disfrutar de otra forma y sentirte útil.
Sobre el autor:
Fernando Ónega
Fernando Ónega, presidente del diario 65ymas.com, es un cronista imprescindible desde los primeros tiempos de la transición. Una voz escuchada y respetada por su rigor y su neutralidad.
Fue director de prensa de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez, siendo autor de buena parte de sus discursos.
Ha trabajado en distintos medios escritos y televisiones. En la radio, inauguró el comentario político en mayo de 1978, en el programa “Hora 25” de la Cadena SER. Después ha sido director de informativos de la Cadena SER y de la Cadena COPE, además de director general de Onda Cero. En esta misma emisora, colaboró con Luis del Olmo durante 17 años, con Carlos Herrera y, desde abril de 2015 a septiembre de 2022, colaboró en los programas “Más de uno”, con dos comentarios políticos diarios, y en La Brújula, con una carta también diaria.
En prensa escrita publicó su primer trabajo a los 13 años en “La Noche” de Santiago de Compostela. Dos años después firmaba una página semanal y hacía entrevistas en “El Progreso” de Lugo. Dirigió el diario “Ya”, fundó el confidencial y la agencia “Off the record” (“OTR Press) y en los últimos tiempos ha sido columnista de “La Vanguardia y “La Voz de Galicia”.
En televisión, fue director de varios programas en TVE, así como director de relaciones externas de la cadena pública. También ha presentado los espacios informativos de Telecinco y Antena 3 y colaboró como contertulio en varios programas de debate.
Autor de diversos libros entre los que destacan “El termómetro de la vida”, “Puedo prometer y prometo”, “Juan Carlos I”, “Qué nos ha pasado, España”.
En 2020 recibió su tercer Premio Ondas, en este caso a la trayectoria o mejor labor profesional. El jurado reconoció "su fecunda carrera en la radio, tanto en su faceta directiva como ante el micrófono, desarrollada en las principales cadenas". "Fue pionero de la incorporación de los espacios de opinión en la radio, y sigue todavía hoy aportando una mirada ponderada sobre la actualidad", destacó.
A lo largo de su trayectoria también ha recibido otros galardones, como el Premio Godó, varias Antenas de Oro y Micrófonos de Oro, aunque él presume de otros reconocimientos: por ejemplo, la Medalla Castelao de Galicia o los nombramientos como Hijo Predilecto de Pol, o Hijo Adoptivo de Lalín y de la Provincia de León.