Los europeos acuden a las urnas para elegir a sus representantes a la Eurocámara ante un escenario donde todo apunta a que rivalizarán europeístas y nuevas fuerzas nacionalistas. Pese a que se trata de una cita sin precedentes en la que según las encuestas los nuevos partidos de extrema derecha, euroescépticos, nacionalistas y populistas, acabarán con la hegemonía de los grandes bloques del Partido Popular Europeo (@EPPGroup) y de los Socialistas y Demócratas (@TheProgressives), la campaña para las europeas ha pasado prácticamente desapercibida en España ante la coincidencia con los comicios locales. Pero, ¿viven el resto de los europeos esas elecciones con igual apatía que en España?
Más de 419 millones de personas de 28 países distintos están llamados desde el pasado jueves hasta el domingo a las urnas para decidir la composición de de los 751 asientos del Parlamento Europeo para los próximos cinco años, un 19% mayores de 65 años. Los primeros en votar fueron Países Bajos y curiosamente los británicos, con un pie fuera de la Unión a expensas de saber qué ocurre con el Brexit, una situación que se complica ante el anuncio de la dimisión de Theresa May. Los últimos en cerrar las urnas serán los italianos a las 11 de la noche del domingo, momento hasta el que habrá que esperar para abrir las papeletas del resto de los países e iniciar el recuento. Muchos países, diferentes posturas, pero preguntas comunes: ¿Considera estas elecciones relevantes para su futuro?¿Qué cree que pasará en cuanto a la formación de bloques? ¿Cómo ha cambiado Europa en las últimas décadas?
Consultamos a tres mayores seleccionados por 65Ymás para que compartan su visión: el británico Bruce Taylor, la italiana Grazia Quercia y la francesa Claude Bessuco:
Bruce Taylor (UK): "A Europa hay que cambiarla desde dentro"
Tal como refleja el periodista BruceTaylor, afincado en España y presidente de la asociación de mayores AUDEMAC: "El problema es que hay dos o tres partidos que van a fragmentar el voto. En el caso de Reino Unido, las elecciones europeas van a ser basicamente un voto de castigo a los partidos Conservador y Laborista que levan dos años sin hacer nada y que no han ayudado a desbloquear la situación tras el referendum del Brexit, dejando espacio a personajes como Niel Farage". Su Partido del Brexit (@brexitparty_uk), el gran representante populista de los euroescépitcos de la derecha británica despunta como gran favorito con el 37% de la intención de voto, según la última encuesta de YouGov para The Times.
Con una participación tradicionalmente baja en Reino Unido cercana al 35% respecto al 42% de la media europea, no se espera que esta vez sea diferente. "Es un gran desafío, lo único que puede contrarrestar el auge de los extremistas como Farage es el apoyo a los Socialdemócratas y el nuevo grupo europeísta Change.UK (@ForChange_Now). La clave puede estar en la gente joven que tiene que salir a votar, porque los mayores nos hemos vendido. Yo tengo vergüenza de los de mi edad que han permitido el Brexit o que ni siquiera lo han frenado. Muchos han apoyado el Brexit pensando que todo iba a ser mejor, pero creo que les han mentido", afirma Taylor, de 65 años.
Ante la incertidumbre y tras varias décadas en España Taylor se plantea pedir la nacionalidad española: "Yo quiero ser europeo, una salida de la Unión afectaría a mi seguridad social y a mi pensión ya que yo he cotizado también en Reino Unido, y tengo nietos españoles", asegura al tanto de todas las novedades de su país de origen. "Escucho la BBC todos los días", asegura. "Como esto no se pare, va a tener un efecto muy negativo sobre el resto de los países con consecuencias tan peligrosas como el auge de los extremistas como Marie Lepen en Francia, inisiste con preocupación. "A Europa hay que cambiarla, claro, pero desde dentro", defiende.
Grazia Quercia (Italia): "De las políticas comunes se benefician muy pocos países"
Lo cierto es que según el Parlamento Europeo hasta hace unos días había más de 100 millones de indecisos ante las elecciones del Parlamento Europeo, cerca del 25%. Entre ellas se encuentra Grazia Quercia, de 70 años. Esta mujer italiana nacida en Bari pero residente de Milán desde hace más de 50 años, declaraba hace unos días a 65ymás, que aún no sabía si iba vota, "probablemente no", señalaba. "No tengo claras las formaciones ni me parece que me haya llegado información suficientemente clara sobre los partidos, sus propuestas y qué implica su voto".
Y eso a pesar, o debido a que, el ministro del Interior Matteo Salvini (@matteosalvinimi), lanzó en abril en Milán la campaña para las elecciones europeas con el objetivo de que las fuerzas euroscépticas que abogan por “una Europa de las naciones” se pueda convertir en el primer grupo del Parlamento Europeo tras las comicios. En la nueva coalición que presentó el político italiano, se han unido (además de su socio italiano, la Liga), Alternativa por Alemania (AFD), el Partido de los Finlandeses (anteriormente conocido como Auténticos Finlandeses), el Partido Popular Danés y el FPÖ austriaco.
Por otro lado, Grazia declara que tiene sus dudas respecto al rumbo que está tomando la Unión Europea actual y sobre cómo las decisiones de los euro parlamentarios pueden influir en personas mayores como ella. "Pese a que me parece una idea maravillosa teniendo a un hijo viviendo en el extranjero, no creo que Europa y lo que se decida en Bruselas sea crucial para mi día a día como jubilada", asegura. "Yo creo que Europa ha cambiado a peor: mi jubilación ha perdido poder de adquisitivo, veo a los jóvenes más precarios y más “puteados” que antes... Y a todo el mundo se le llena la boca con la Unión Europea, pero no hay ni política exterior común, ni casi monetaria... Para mí que se benefician solo unos pocos países", concluye. "Lo único bueno es la la libertad de movimiento y la facilidad de viajar".
Claude Bessuco: "Europa es una manera de ser más fuertes frente a otras potencias"
Mucho más segura de su decisión se muestra Claude Bessuco, profesora jubilada francesa de 80 años: "Votaré seguro y lo haré por un candidato que crea en Europa con la esperanza de que avance en las estructuras del Parlamento Europeo", asegura esta mujer de origen marsellés, pero que vive actualmente en la ciudad de Chartres en el Valle del Loira. Considera estas elecciones y el futuro de las instituciones de Bruselas importante ya que desde el Parlamento Europeo "se decide ayudar a ciertos países en dificultades financieras o tecnológicas". Aún así reconoce que hay demasiada diferencia entre los 28 países que conforman el espacio comunitario.
Aunque son 34 las listas que se presentan en Francia a las europeas, estas elecciones están llamadas a ser un nuevo pulso entre La República en Marcha (@enmarchefr) de Emmanuel Macron y la Agrupación Nacional (@RNational_off) de Marine Le Pen. Las encuestas, que en un principio daban como favorita a la formación ultraderechista, se inclinan ahora alternativamente a ambos lados de la balanza. Los dos partidos rondan el 22% en intención de voto, aunque Le Pen confía en repetir la victoria lograda en 2014, cuando Los Republicanos (LR) --entonces bajo el nombre de Unión por un Movimiento Popular (UMP)-- y el Partido Socialista (PS) eran los rivales a batir.
Besucco no revela cuál será su voto pero se mantiene convencida. "Europa es una manera de ser más fuertes frente a los gigantes que son los Estados Unidos, los países del este y pronto la India y China", opina. Las declaraciones de Claude sorprenden ante la falta de espacio que se ha dedicado en Francia a las propuestas europeas y lo mucho que se ha debatido sobre el duelo entre Marcron y Le Pen. Los resultados, dicen los politólogos, demostrarán que aún queda oposición al presidente tras dos años de mandato, con el conflicto de los chalecos amarillos en pie y con las cotas más bajas de popularidad que un presidente de la república francesa haya cosechado en los últimos 20 años.
Pero al margen de lo que hagan los países considerados 'fuertes' dentro de la Unión Europea, para el futuro del Eurogrupo también podrían ser clave los resultados que obtengan los partidos gobernantes de Hungría, Rumanía y Polonia, tres países a los que Bruselas ha recriminado públicamente una serie de reformas por ir en contra de las políticas comunitarias, como por ejemplo, la lucha contra la corrupción o separación de poderes.