Elecciones 13-F: el voto mayor, decisivo en Castilla y León

El voto mayor puede ser decisivo en las elecciones del 13F en Castilla y León. Y es que, según apuntan la mayoría de encuestas, el resultado de los comicios puede estar muy reñido entre bloques y unas miles de papeletas podrían marcar la diferencia y provocar que termine conformándose un Gobierno en solitario o de coalición de uno u otro color.

Además, la partida no sólo se juega entre los indecisos de mediana edad y entre partidos minoritarios, también las dos formaciones del bipartidismo compiten, sobre todo, por el electorado sénior. 

Para comprender cómo votan los mayores en Castilla y León y la importancia de este segmento de población, 65YMÁS ha conversado con el asesor en estrategia electoral Marcos de la Morena, miembro del Colegio de Ciencia Política, Sociología, Relaciones Internacionales y Administración Pública de Madrid (@infoCOLPOLSOC). 

PREGUNTA - A día de hoy, ¿a qué partidos votan mayoritariamente los mayores?

RESPUESTA - Se dice que desde la Transición son los que más han votado bipartidismo, tanto antes de 2015 como después. ¿Por qué? Porque sentían que tanto el PP como el PSOE representaban las bases del Estado de Bienestar y del cuidado de las pensiones.

Esto se ha ido demostrando con la aparición de Podemos, Ciudadanos y VOX. Aunque otros grupos de edad han ido variando su voto, los mayores de 60 no lo han hecho casi, han distribuido sus papeletas prácticamente en un 50/50 entre esos dos partidos. Y lo han hecho por entender que son los que más van a proteger sus intereses: han estado en el Gobierno y nunca les han retirado el apoyo, las pensiones han subido –incluso en la crisis de 2008, no se vieron demasiado afectadas en comparación con otras ayudas–. Por eso, ese grupo de edad piensa: "En España puede haber una hecatombe, pero me garantizarán mi seguridad económica". 

P.- ¿Y en Castilla y León?

R.- Es todavía más profundo ese sentimiento. Si tienes en cuenta lo nacional, siempre pesan mucho Madrid y Barcelona, como grandes urbes, pero las comunidades autónomas más envejecidas, más tradicionales en cuanto a voto y sin liderazgos de partidos emergentes, como Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura o Aragón, han sido más bipartidistas.

Por ejemplo, en La Mancha y Extremadura, Page y Vara tienen mayoría absoluta. O en Aragón, Lambán gobierna con cierto espacio. Y en Castilla y León, pese a que el Gobierno dependió de Ciudadanos, es cierto que si ves los resultados, siguen siendo comunidades bipartidistas. La lucha por el voto mayor sigue estando entre el PP y el PSOE.

 

P.- A nivel autonómico, ¿qué ven los mayores en los partidos tradicionales?  

R.- Les dan seguridad. En las CCAA menos pobladas, se pasan la legislatura recorriendo los pueblos y las agrupaciones. Y son candidatos conocidos, si no cambian de una legislatura a otra.

También las elecciones tienen menos profundidad ideológica que en sitios como Madrid. Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura son regiones que se llaman de gestión en marcha. Es decir, pongas al PP o al PSOE cambiarán cosas, porque proponen diferentes medidas, pero la base va a seguir siendo igual. Y eso, quien más lo siente y lo necesita son los grupos de más edad, por la seguridad, estabilidad y el poder tener una vejez tranquila. 

Luego, entran en juego las preferencias. En Castilla y León, por ejemplo, el Partido Popular lleva muchos años gobernando, como ocurría por ejemplo en Castilla-La Mancha con el PSOE, hasta que llegó Cospedal en 2011. Son muchos años con el mismo Ejecutivo y eso crea identidades: quien ha votado a unos toda la vida y le ha ido bien no va a dejar de hacerlo, aunque salga una propuesta más seductora.

Se vio en las anteriores elecciones a la Junta, la mayoría de votantes de VOX y Ciudadanos, más del 80%, eran de mediana edad o jóvenes. Sin embargo, los núcleos de PP y PSOE estaban en la gente mayor. Suelen ser más férreos en general a la hora de votar, es decir, tienen sus convicciones y no van a cambiar porque un candidato diga las cosas mejor o por la apariencia.   

 

P.- Por tanto no es un voto tan ideológico, es decir, los mayores de Castilla y León no son más conservadores que los de Castilla-La Mancha, ¿no? 

R.- Es la gestión. Un: "Hasta ahora nos ha ido bien con esta gente, para qué vamos a cambiar". Les gusta la seguridad y la estabilidad, aunque muchas veces no sea real.

Se ve en las encuestas, suelen posicionarse así. En el CIS se hace siempre una pregunta de autoidentificación del voto en la que el 0 es izquierda y el 10 derecha, y se ha visto que, en este tipo de comunidades, el voto medio, daba igual que gobernara el PP o PSOE, era el prácticamente el mismo.

No es que las poblaciones que tienen sean más o menos conservadoras, es que funcionan con otra cultura política que valora a quién gestiona, sin importar los años que estén.   

P.- ¿Qué hacen los partidos para tratar de seducir al votante mayor?  

R.- En una CCAA como Castilla y León se está viendo que los grandes partidos analizan bien a su población y saben que está muy envejecida. Hay más de un 25% de personas de más de 65 años, lo que es un porcentaje alto, respecto a la media en España. Además, llegan casi el 30%, si calculamos en mayores de 60. 

Sabiendo esto, los guiños de Mañueco (PP) van a hacer énfasis en "gestión, gestión y gestión" y en el personalismo, haciendo gala de los años de gobierno que ha tenido y de un "conmigo, a ustedes les ha ido bien".

Y Tundaca (PSOE), ¿qué ha hecho? Pues ir a la contra. Es decir, explicar por qué les ha ido mal con Mañueco y por qué les puede ir mejor con el Partido Socialista. Y están variando bastante la campaña según a qué grupo de edad del electorado se dirigen. Primero, en la apertura, hicieron un mitin con el nuevo secretario general de las Juventudes, centrado en el voto joven, que es donde van a tener más disputa con Ciudadanos y Podemos.

Sin embargo, posteriormente, tuvieron un acto con Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero, el cual, al final, pese a que hace siete años se le tenía como el causante de la crisis, conforme han ido pasando los años y la población ha ido comprendiendo que fue mundial, se ha ido convirtiendo en una imagen parecida a Felipe González para una parte del electorado, es decir, esa parte de la población que por aquel entonces tenían 50 años y que se vio beneficiada por sus políticas –prejubilaciones, nuevas prestaciones, ayudas a la dependencia, etc.–.

Además, Zapatero es castellanoleones y la comunidad tiene una cierta vinculación con él. Mañueco también lo intentó con José María Aznar, aunque le salió un poco mal, porque es un verso libre y entró en una pelea dialéctica con Pablo Casado. 

P.- ¿Y la estrategia de traer a líderes carismáticos del pasado funciona con el votante mayor?

R.- Es la idea. Una cosa es traer a una figura del pasado, pero si tiene un mínimo de conexión y de simpatía, como es el caso de Rodríguez Zapatero, puede salir bien. Al final, los actos de partido consisten en que cada agrupación movilice a su gente de cada pueblo. Y el empuje que tiene el ir a ver al expresidente puede atraer a muchas personas mayores que quizá estaban dudando y que se digan: "Mira, va este hombre que me vino muy bien con las ayudas a la dependencia que tuve que usar para cuidar de mi madre o que ayudó a mi hija cuando tuvo su bebé". Esto les puede hacer reconectar. 

P.- ¿Cree que VOX y España Vaciada pueden conseguir mucho voto mayor en estas elecciones? 

R.- Han querido, pero no han tenido calado. Según las encuestas, segmentando por edad, el grueso del voto mayor está dividido entre PP (31%) y PSOE (29%). Después, estarían Podemos y VOX, con un 5%. Un empate que es llamativo, porque se supone que Podemos está orientado a gente joven y VOX, con la campaña que está haciendo de reforzar los pueblos, debería ir orientado a otro electorado, pero tienen más o menos el mismo arraigo en gente mayor.

Y luego, si nos vamos a la España Vaciada, no tienen casi nada. La plataforma como tal supone el 0,9% del voto mayor y se suponía que el mensaje de estos partidos debería calar, al ser personas de los pueblos que luchan por la permanencia y por que se ayude a la población rural que está más envejecida. Pero al final, España Vaciada se queda el 0,9%, UPL, en 1,9%, Por Ávila, un 0,6 y Soria Ya!, el 0,3%. Entre todas, no superan el 5%. Y la tendencia es esa.

P.- Es decir que, por ahora, los movimientos de la Castilla y el León despoblados tienen más que ver con el activismo, ¿no tienen aún una masa electoral en esos pueblos habitados principalmente por personas mayores?

R.- Por ejemplo, a VOX les van a votar mucho personas de mediana edad de 35 a 50 años, es decir, gente con otro tipo de cultura política, que se crió en democracia y que se ven en la capacidad de decidir un cambio más profundo.

Y el voto joven, se lo disputa en parte España Vaciada –porque hay muchos que se han ido fuera a estudiar o a trabajar y querrían volver–, y luego, Podemos y Ciudadanos.

Pero si hablamos de gente mayor, el voto es completamente bipartidista, ninguna otra opción llega ni siquiera al 10%. El porcentaje más alto es el de la abstención, con un 9,4%. 

? Ya está disponible la encuesta flash de las elecciones de Castilla y León:

?PSOE 30,1% / (29-34)
?PP 29,7% / (24-30)
?VOX 11% / (8-9)
?Cs 7,6% / (2-5)
?UP 7,2% / (2-4)
⭕️UPL 4,6% / (2-3)
⚫️SORIA ¡YA! 1,9% /(2-3)
...

? Todos los datos en la web: https://t.co/sMZrSlBgYa

— Centro de Investigaciones Sociológicas (@CIS_Institucion) February 7, 2022

P.- Muchas de las competencias que detentan las comunidades tienen una relación directa con el bienestar de los mayores (Dependencia, Servicios Sociales, Sanidad, etc.), ¿la mala gestión de estas políticas pasa factura? 

R.- Suelen tener bastante peso pero no determina. Lo tiene si es positivo, pero si es negativo, no. Si en una campaña de este tipo, has hecho una buena gestión de la Sanidad o de la Dependencia, la mayoría de la población mayor te va a votar.

Sin embargo, si lo haces mal, como con la pandemia y la sanidad, al final, le quitas algo de voto mayor al oponente, pero el núcleo, los que siempre te han apoyado, pese a que son factores importantes, no les supone lo suficiente en su día a día como para cambiar su voto. Lo cual, va un poco en contra de la lógica, porque sí alguien utiliza la sanidad y las ayudas a la dependencia son los mayores. Pero no se percibe de la misma manera.

No es igual que una persona de 30 años tenga un problema, vaya a urgencias y no le atiendan. En el caso de una persona mayor, como dispone de tiempo de gestión de sus propias actividades, pese a encontrarse con un problema idéntico, puede ir al día siguiente y le atienden. Entonces, se rebaja la insatisfacción, es decir, perciben que la gestión no es buena, pero no lo suficiente como para cambiar el voto. 

P.- ¿Cree que el voto mayor va a ser decisivo en estas elecciones?

R.- Creo que puede ser decisivo. Sobre todo, porque los cargos internos del PP en Castilla y León están preocupados ya que podían lograr la mayoría absoluta y, con el paso de las semanas, se han ido desinflando en las encuestas y el PSOE ha ido marcando una tendencia al alza. En la franja joven y de media edad tienen una disputa con más partidos, pero en el grupo mayor, que es casi el 30% de la población –700.000 de 2,4 millones– no tienen rival y la lucha es entre los dos. Al final es eso, si uno se pelea con las demás formaciones hay muchos factores a tener en cuenta, pero cuando es uno contra otro, tienen todo por ganar. Así que quien haya conseguido en campaña llevarse al voto mayor y no quede en 50/50, sino un 70%, va a subir mucho a nivel general, porque son muchas papeletas reales, rara vez no van a votar -no nacieron en democracia y tienen más arraigado ese derecho–. Una de las claves de la victoria de uno u otro partido puede estar aquí.