Fracasa la moción de censura: Tamames solo cosecha el apoyo de Vox y un diputado de Ciudadanos
El PSOE acusa a Feijóo de "edadismo" por tratar a Tamames como "a un niño al que se debe tutelar"
Tamames quiso limitar a 65 años la edad máxima para dirigir el PCE y así dejar fuera a Carrillo
"Senil", "residencia", "obras", "petanca", "pañales"... Estos son sólo algunos de los términos despectivos que se han repetido en muchos tuits en referencia a la moción de censura protagonizada por el economista Ramón Tamames. Y es que, desgraciadamente, las actitudes edadistas han sido demasiado recurrentes durante estos dos días que ha durado la moción.
Bien es cierto que era noticioso que un histórico exdirigente del PCE de 89 años se presentase como candidato independiente por el partido Vox, más de 30 años después de haber dejado la política y sin compartir al 100% el argumentario de dicha formación.
Pero, al margen de este hecho, también es verdad que muchos de los comentarios u opiniones vertidas en redes, medios o por parte de ciertos políticos se han centrado más en su edad o forma física que en sus argumentos. Por contra, otros han defendido la importancia de valorar al candidato por sus ideas y no por tener 89 años.
Por una parte, se han utilizado los 89 años del candidato para justificar, de forma paternalista, su comportamiento atípico durante la moción –interrumpió al presidente, recriminó a la cámara los tiempos largos de los discursos, no respondió en su momento al resto de grupos parlamentarios, etc.–.
Y por otro lado, muchos comentarios han dado a entender que, por su edad, no iba a ser capaz de afrontar las dos sesiones.
E incluso, en ciertos casos, se ha dudado de su propia capacidad de raciocinio a la hora de acceder a ser candidato.
Basta con echar un vistazo a lo que se ha dicho en el Congreso de los Diputados para darse cuenta de que la edad del candidato fue un tema recurrente en el debate, utilizado a favor y en contra del propio Tamames.
“Usted ha pasado del antes roja que rota, al antes facha que rota. Y es una pena, porque se puede envejecer como Maruja Torres o como usted”, le recriminaba el martes el diputado de ERC, Gabriel Rufián.
“Hemos conseguido con nuestros votos que su pensión se haya incrementado un 8,5%”, apuntaba por su parte Joan Baldoví, representante de la formación Compromís.
Por su parte, la vicepresidenta Yolanda Díaz daba la "bienvenida al año 2023, al año de las mujeres".
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también utilizó indirectamente la edad del candidato. "No creo que esta haya sido la mejor idea que haya tenido en su vida. VOX no es un partido más, lo saben bien en Europa. Por decírselo con una analogía de su época parlamentaria, usted no toma la palabra con el respaldo del Partido Comunista al que perteneció. Y tampoco interviene con el apoyo del otro partido al que emigró, el CDS, de Adolfo Suárez. Ni siquiera interviene en nombre de Manuel Fraga. Quienes impulsan su moción son los sucesores de Blas Piñar", le recriminó.
A lo que el propio Tamames respondió también con un comentario relacionado con la edad. "Usted sale a la calle en estos momentos y pregunta quién era Blas Piñar y no lo sabe ni el 0,0001%. Tiene que ser una persona con muy mala idea la que le ha recordado ese nombre hoy. [...] Alguien le ha proporcionado ese nombre, porque usted es muy joven, y seguramente ni se acordaba de él".
Por su parte, Aitor Esteban afirmaba: “Nunca he creído que la edad nos capacita o incapacita más o menos. He conocido a treintañeros con un gran sentido común y perspicacia y a gente de 80 años que no la han tenido en su vida. Y al revés. Pero sí tengo claro que hay un tiempo para estar y otro para marcharse. Y que aquellas personas que tienen la lucidez para distinguirlo, poseen un preciado don en la vida”.
José María Mazón del PCR le espetaba: "Lo más valioso de su discurso es demostrar lo que se puede hacer a una edad avanzada".
El propio portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, hablaba de su candidato de forma cariñosa como "joven de 89 años".
Por otra parte, fuera del parlamento, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, se refería a Tamames como "la España que no ha sabido envejecer". Y, en paralelo, en varias tertulias televisivas se escuchaban frases como "tengo un padre de una edad y entiendo lo difícil que es esto", "llegó a confundir las siglas de los partidos", "me da lástima que nadie la haya dicho que le están utilizando", "ha subido a la tribuna con ayuda", "no sé cómo ha aguantado tantas horas", "me da pena, porque empatizo con la gente mayor", "hoy va a poder echarse la siesta", etc.
Cabe recordar que estas actitudes no sólo se han registrado en los últimos dos días, sino que el propio presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, fue duramente criticado hace semanas por sus palabras hacia Tamames. En concreto, la secretaria de Políticas Sociales y Mayores y Movimientos Sociales del PSOE, Beatriz Carrillo, mostró su indignación y repulsa por la afirmación de Feijóo de que si Ramón Tamames fuera su padre, no le dejaría presentarse como candidato a la moción de censura.
Ahora bien, ni el propio candidato a propuesta de Vox se libra de actitudes edadistas. Y es que en 1981 y en el pleno del Comité Central del partido celebrado en noviembre, Tamames llevó una serie de propuestas para renovar la formación, entre las que se encontraba la de limitar a 65 años la edad máxima para ser secretario general. La medida tenía el objetivo de eliminar a Santiago Carillo, que en ese momento dirigía el PCE a sus 65 años. La enmienda fue rechazada y curiosamente contó con la única abstención del propio Carrillo.
Con todo, cabe destacar que no todos se han referido a la edad del candidato de forma despectiva. Son muchos también los que en las redes han afeado este tipo de actitudes y han pedido que se valore al candidato por su comportamiento o sus palabras y no por un hecho biológico como son sus 89 años.
Fracasa la moción
En cuanto a la moción en sí, el Pleno del Congreso la ha rechazado este miércoles. Tras día y medio de debates, la iniciativa no ha sumado ningún apoyo y sólo ha logrado la abstención del PP, que en la primera moción de Santiago Abascal votó en contra.
Para prosperar, la moción de censura de Tamames y Vox necesitaba el respaldo de la mayoría absoluta del Congreso (176 votos), pero se ha quedado muy lejos, en 53 votos.
En la votación, que ha sido pública y por llamamiento, con los diputados poniéndose en pie y anunciando su voto a viva voz, la moción de censura ha cosechado 52 votos a favor, los del partido que la impulsó, más el exdiputado de Ciudadanos Pablo Cambronero, que se pasó al Grupo Mixto tras la crisis interna de primavera de 2021.