Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, no optará a la reelección tras 44 años en el cargo

Cambios en los 30 ayuntamientos españoles que sólo han conocido un alcalde en más de 40 años

Juan Manuel Sánchez Gordillo, del Colectivo Unidad de los Trabajadores (CUT) y alcalde de Marinaleda (Sevilla) desde 1979, no concurrirá a las elecciones municipales del próximo 28 de mayo, según han informado a Europa Press fuentes de IU, toda vez que el veterano dirigente cuenta ya 74 años de edad y 44 años de trayectoria ininterrumpida como primer edil.

En Marinaleda, municipio de la Sierra Sur sevillana bastión de la izquierda, las últimas elecciones municipales de 2019 se saldaron con la victoria de la candidatura la reelección que entonces encabezaba Sánchez Gordillo.

En concreto, la candidatura a la reelección de Sánchez Gordillo obtuvo un 48,53 por ciento del respaldo electoral y seis concejales, frente a los cinco logrados por Avanza, con un 46,13 por ciento de los respaldos, con lo que el veterano líder del movimiento jornalero conservó una vez más el poder.

“Me siento comunista, o comunitarista, como sí creo que se sintieron el Cristo, Ghandi, Marx, Lenin y el Che. Una mezcla de todo eso”, aseguraba en una entrevista al Diario de Sevila.

Además de su papel como alcalde, Sánchez Gordillo ha sido diputado en el Parlamento de Andalucía entre 1996 y el año 2000 y entre 2008 y 2014. La asamblea de su formación en Marinaleda tiene aún pendiente celebrar una reunión, al objeto de aprobar la designación de quien le sucederá como candidato a la Alcaldía por la federación de izquierdas.

Ha ganado 11 elecciones municipales

Sánchez Gordillo ha ganado las 11 elecciones municipales que se han celebrado desde 1979, y todas por mayoría absoluta. En 1983 logró su mejor resultado consiguiendo los 11 escaños posibles, mientras que sus peores números fueron precisamente hace cuatro años, cuando solo por 44 votos de diferencia se impuso a sus rivales, una coalición opositora de izquierdas, Avanza Marinaleda.

El alcalde sevillano es conocido por ser un personaje que molesta a Izquierda Unida, partido al que pertenece el Colectivo Unidad de los Trabajadores (CUT) al que lleva representando tantos años. 

Pero para entender la figura de Gordillo hay que remontarse a sus inicios en la política. En julio de 1994 con su tan característica camisa de cuadros y con el pañuelo palestino, tomó posesión de su escaño en el Parlamento Andaluz, de una manera que no se había visto hasta ahora, y se comprometió con “las criaturas humanas, la utopía, el pueblo andaluz, la nación andaluza, la insumisión y la libertad”.

"No nos falta historia, nos falta conocimiento de nuestra historia. Andalucía no es España, existió antes de que se configurara el Estado español y seguirá existiendo tras su caída. La conquista española, que duró ocho siglos, truncó el renacimiento cultural andaluz y generalizó el latifundismo, que sigue representando hoy una de las grandes trabas para el progreso de Andalucía", aseguraba durante sus campañas electorales.

También en 2012, decidió utilizar el imperativo legal y prometió  “subvertir el sistema capitalista de producción y luchar por esta nación sin soberanía que es Andalucía, a dar voz a los que no tienen voto”. Además, se declaró “insumiso a la dictadura del mercado, sus recetas y sus mandatos”. Palabras que, evidentemente, no pasaron desapercibidas. Ese mismo año se opuso a gobernar de manera conjunta con el PSOE.

Polémicas

Gordillo llegó a la alcaldía en las primeras elecciones municipales que se celebraron tras la dictadura franquista, y entre sus primeras medidas se encuentran la construcción de viviendas para alquiler social y a un precio muy bajo (15 euros), la creación de una cooperativa en la que participan los trabajadores del campo, dejando fuera a los terratenientes y ha impulsado unas asambleas para que los vecinos puedan expresar todo lo que les preocupa sobre su localidad.

En 2012 saltó a la prensa internacional al alentar a sus paisanos a robar paquetes de garbanzos, aceite, azúcar, arroz, pasta, leche, galletas y llevarlos a una ONG y ayudar a las familias necesitadas: “En este momento de crisis, cuando están expropiando al pueblo, queremos expropiar a los expropiadores, esto es, terratenientes, bancos y grandes superficies, que están ganando dinero en plena crisis económica”, explicó en su momento, según recoge El País.

También estuvo involucrado en el  el cierre del acceso a la Expo 92 en Sevilla, o el bloqueo de las vías del AVE en Córdoba.

Más recientemente, cuando se logró aprobar la última reforma laboral, tampoco dudó en arremeter contra el gobierno: "Hemos hecho manifestaciones contra la reforma laboral como hicimos en su momento contra el decretazo del PP. Esta reforma, como las anteriores, significará que los ricos sean más ricos y que los pobres tengan menos derechos. Los despidos serán más baratos que nunca y a los empresarios se les bajarán sus cotizaciones a la Seguridad Social".

Su adiós de la política marcará un antes y un después en Marinaleda y pasará a la historia como uno de los alcaldes más duraderos de nuestro país.