El Congreso de los Diputados celebra desde este miércoles el debate de investidura de Pedro Sánchez, en el que se espera que el candidato socialista sea investido como presidente del Gobierno.
La sesión ha comenzado a las 12 del mediodía con el discurso del candidato, sin límite de tiempo. A continuación, tras una pausa para comer el Pleno se ha reanudado por la tarde con la intervención de los grupos parlamentarios, de mayor a menor, empezando por el PP. Han seguido, en este orden, Vox, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, EAJ-PNV y Grupo Mixto.
Los grupos disponen de 30 minutos para valorar la candidatura de Sánchez. Tanto el candidato como cualquier miembro del Gobierno en funciones pueden hacer uso de la palabra para responder a los grupos cuantas veces quieran. Estos tendrán un turno de réplica de 10 minutos.
La sesión plenaria se cortará a última hora de la tarde del miércoles y al día siguiente continuarán los grupos parlamentarios que falten para terminar con el PSOE, que es quien presenta al candidato.
En torno al mediodía del jueves se calcula la votación, que será pública y por llamamiento, lo que supone que cada diputado se irá poniendo en pie en el hemiciclo al ser mencionado y anunciará su voto a viva voz: sí, no o abstención.
Para esta ocasión se estrenará un nuevo protocolo con pautas para casos de errores en las votaciones públicas por llamamiento con el fin de evitar nuevas controversias como la ocurrida en la segunda vuelta de la fallida investidura de Feijóo. Ese día, el diputado de Junts Eduard Pujol se levantó de su escaño y dijo 'sí' pero, cuando estaba ya sentándose, se percató de su error y pronunció un 'no'. Sin embargo, la secretaria cuarta de la Mesa del Congreso, la 'popular' Carmen Navarro, encargada de repetir en ese momento el voto de cada diputado, ratificó el 'sí' inicial de Pujol. Una situación que acabó con la presidenta del Congreso declarando nulo ese voto, entre airadas protestas del PP.
A priori, Sánchez cuenta con los votos suficientes para ser investido presidente en la primera votación, pues el PSOE tiene firmados los apoyos de Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria, que suman 179 diputados, por encima de la mayoría absoluta (176) que se requiere.
Si saltara la sorpresa y la investidura de Sánchez no saliera adelante, habría que celebrar una segunda votación 48 horas después, el sábado 18, a la misma hora que la votación fallida. Entonces, a Sánchez ya le valdrá la mayoría simple, es decir, sumar más 'síes' que 'noes'.
Si tampoco prosperase, la única alternativa que quedaría es la repetición de las elecciones generales. El reloj electoral comenzó a correr el 27 de septiembre, fecha del primer intento de investidura de Feijóo. Si para el 27 de noviembre (dos meses después de aquella fecha), no hubiera otro candidato con los suficientes votos a favor, las Cortes se disolverían y se celebrarían elecciones 47 días después. Por tanto, la fecha de los nuevos comicios sería el 14 de enero.
Si no hay sorpresas, Sánchez jurará el viernes
Si, como todo parece, Sánchez es investido el jueves, la presidenta del Congreso será la encargada de desplazarse al Palacio de la Zarzuela para informar al Jefe del Estado y para organizar el acto de juramento del presidente investido, que se espera para el viernes.
A juzgar por el precedente de su primer mandato, se espera que Sánchez anuncie los ministros de su nuevo Gabinete a principios de la semana que viene, en torno al 20 o el 21 de noviembre.
Dos investiduras fallidas y dos exitosas
La primera vez que Sánchez se presentó a una investidura fue en marzo de 2016, pero no pudo sacarla adelante porque solo contó con los 131 escaños que sumaba junto a Ciudadanos, presidido entonces por Albert Rivera, y Coalición Canaria.
Ese mismo año el líder del PSOE fue desalojado de la secretaría general de su partido en un Comité Federal que generó una profunda crisis interna, entre los partidarios de permitir un Gobierno del PP y quienes, como Sánchez, se oponían y pedían una nueva convocatoria electoral al grito de 'no es no'.
Contra todo pronóstico, Sánchez ganó las primarias en el PSOE al año siguiente, recuperando la secretaría general y el liderazgo de la oposición. Y desde ahí dio el salto a La Moncloa al encabezar una moción de censura contra el entonces jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy (PP), gracias al apoyo del PNV, que retiró su respaldo a los 'populares' y decantó la balanza del lado socialista.
Esa primera etapa duró un aproximadamente un año, hasta que Sánchez convocó elecciones para abril de 2019, ante la imposibilidad de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado por falta de apoyos. El PSOE de Sánchez fue el partido más votado y se volvió a presentar a la investidura, pero tampoco logró los votos necesarios, tras fracasar el intento de acuerdo con el Podemos de Pablo Iglesias. Sánchez solo logró el 'sí' de los 123 diputados del PSOE y del único diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC).
Ante la falta de una mayoría suficiente se volvieron a convocar las urnas en noviembre de 2019. PSOE y Unidas Podemos perdieron escaños pero esta vez sí llegaron a un acuerdo para una coalición y Pedro Sánchez fue elegido presidente gracias a la abstención de ERC y Bildu. Logró 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones.
Ahora se presenta a la investidura con una mayoría más amplia a cambio de concesiones a todos los grupos que le apoyan y con un panorama legislativo muy complicado. Sánchez ha expresado en numerosas ocasiones su intención de completar la legislatura pero necesitará el apoyo de todos los socios de la investidura, que abarcan un amplio espectro ideológico, para dar luz verde a cada votación.
Sobre el autor:
Raúl Arias
Raúl Arias es periodista especializado en Política, Economía y Sociedad. Licenciado en la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en diferentes medios de tirada nacional, siempre pegado a la actualidad.