La Navidad está a la vuelta de la esquina, y con ella llegan los villancicos, el turrón, las reuniones familiares y la hora de decorar la casa para llenarla de un aire festivo. Además del árbol y el belén, otra protagonista de la decoración navideña es la flor de Pascua, que se ha ganado su lugar en estas fiestas por su fama de traer buena suerte.
La historia de esta planta tan navideña es muy curiosa. La flor de Pascua proviene de México, donde recibe el nombre cuetlaxochitl, que en náhuatl significa “flor que se marchita”. Se trata de una flor muy importante en la cultura azteca, ya que se utilizaba por sus propiedades medicinales y también en rituales por su color rojo, que representa la pureza de la sangre.
Se dice que, ya en el siglo XVI, los monjes franciscanos que se encontraban en el nuevo continente evangelizando a los pueblos indígenas mexicanos empezaron a usar esta flor como adorno durante las Navidades, puesto que florece durante estas fechas.
Sin embargo, quien dio a conocer estas plantas al resto del mundo fue el botánico estadounidense Joel Poinsett, que fue enviado como representante de su país a México en 1825. Durante su estancia en el país, Poinsett empezó a estudiar las características de esta planta y envió algunos ejemplares a su casa en Carolina del Sur, donde las cultivó. Unas Navidades, tuvo la idea de regalar las plantas que había cultivado a sus amigos y familiares. Por este motivo se dice que la flor de Pascua da buena suerte: porque el hecho de regalarla a un ser querido es una manera de desearle prosperidad.
La importancia de esta tradición hizo que en gran parte del mundo se conozca la flor de Pascua por el nombre de quien la introdujo a los Estados Unidos, poinsettia. En este país incluso se le ha asignado un día nacional, el 12 de diciembre, fecha en la que murió Joel Poinsett.
Cómo cuidarla
Para alargar la vida de esta planta más allá del 7 de enero y así hacer que nos traiga suerte durante mucho más tiempo, solo hay que seguir unas cuantas indicaciones muy sencillas. Hay que ponerla en algún lugar donde le dé el sol, pero no la luz directa, ya que se le pueden quemar las hojas; debe mantenerse a una temperatura fresca y agradable, de entre 12 y 24 grados y sin que le den las corrientes de aire y, finalmente, hay que regarla una o dos veces por semana, de manera que tenga la tierra húmeda, pero no encharcada. Siguiendo estos consejos, la flor de Pascua traerá prosperidad a tu hogar hasta las próximas Navidades.
