El bar Pepe de la esquina, el quiosco de la Once, y los toldos verdes de los balcones son los factores comunes de la mayoría de los barrios españoles.
Y es que si en Francia son las pastelerías (boulangeries) el símbolo identitario de los barrios, en España es el tono verde de los toldos de los hogares españoles.
Símbolo del patrimonio arquitectónico nacional
Pablo Arboleda es arquitecto e investigador de la Universidad de Glasgow, y en su vuelta a España se dio cuenta de la coincidencia cromática de los toldos.
Esta uniformidad despertó la curiosidad del arquitecto, que empezó a preguntarse el por qué, y al no encontrar respuesta alguna decidió crear el grupo de Facebook Amigos del toldo verde, que ya tiene más de 3.000 miembros, y Twitter, donde expertos y primerizos en la materia intercambian sus impresión y material gráfico.
Estos foros ha permitido al arquitecto aprender mucho sobre el objeto de estudio en cuestión, y se aventura a asegurar que el origen del color (que es sin duda el tono del verano) es una suma de "la época, las comunidades de vecinos, e incluso, una moda", explica el arquitecto a Idealista.
La construcción masiva de viviendas
El origen de este fenómeno se remonta a las décadas de los 60 y 80, unos años que coincidieron con la primera gran construcción masiva de viviendas en España: solo entre 1970 y 1981 se construyeron 400.000 viviendas según el INE.
Y como España es un país donde el calor y el sol están presentes durante los meses de verano, no es de extrañar que todas las viviendas (o casi todas) cuenten con un toldo. Pero, ¿por qué verde? Pues al parecer porque no había muchos colores entre los que elegir. La gama cromática se limitaba al naranja, el verde y el azul, decantándose finalmente por el segundo color.
El verde se fue "contagiando" por toda la comunidad de vecinos, y al final si se te estropeaba el toldo y tenías que remplazarlo, era obligatorio volver a ponerlo verde independientemente de si te gustaba el color o no.
Definición de la calle española
Y así el verde se fue expandiendo por las viviendas españolas, especialmente en los barrios más modestos.
Aunque hay que recordar que al principio los toldos estaban llenos de estampados florales en el interior (aunque éstas fueron eliminándose poco a poco), y verdes por fuera.
Para el arquitecto, el toldo forma parte de la definición de calle española: “Como las máquinas de aire acondicionado en la fachada, las bombonas de butano, el ladrillo visto…. Quizás sea una definición de lo cutre, yo no quiero hacer valoraciones estéticas pero sí creo que forma parte del patrimonio cultural, y este patrimonio es mucho más inclusivo que el que se refiere únicamente a los edificios bonitos y a los monumentos”, explica Arboleda.
El verde se queda
Los toldos verdes se ven en los barrios más pobres, en los de la periferia, y siguen perdurando 45 años después, porque si ahora adquieres una vivienda en uno de esos edificios, estás obligado a poner el toldo verde.
Arboleda siente curiosidad por saber cómo seguirán evolucionando porque "va cambiando la identidad de la población pero no el edificio, porque tú puedes reformar tu vivienda pero por fuera seguirá siendo ladrillo visto y toldo verde”.
El objetivo del arquitecto y del grupo de Facebook es dotar al toldo verde de la atención que se merece, posicionándolo como símbolo de significación identitaria, y por ende, patrimonial. Porque patrimonio es lo que somos, no lo que queremos ser.