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El estudio COSMO-Spain, que lleva desde mayo de 2020 estudiando los conocimientos y la percepción social de la pandemia de COVID-19, ha llegado a su fin con la presentación de su última ronda, que evidencia una "clara disminución" en la preocupación por ella o la adherencia a medidas preventivas.
Coordinado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) e impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estudio ha permitido conocer cómo evolucionaban parámetros de percepción social como la adherencia a las recomendaciones, la opinión sobre las vacunas y la búsqueda de información, entre muchos otros.
Los resultados de la última ronda, que analizan datos obtenidos a lo largo del mes de septiembre, reflejan una clara disminución de muchos de los indicadores estudiados: preocupación general por la pandemia, búsqueda de información sobre coronavirus, percepción de la evolución de la pandemia, adherencia a medidas preventivas, fatiga pandémica, porcentaje de la población que cree que un contagio derivaría en enfermedad muy grave, etc. Todos estos indicadores descienden, en consonancia con la situación de la pandemia.
El impacto del coronavirus persistente
Por primera vez, se ha preguntado acerca del impacto del coronavirus persistenteEn esta ronda 12 del estudio se ha incorporado una nueva pregunta, relativa a la COVID-19 persistente. Ante la pregunta de si los participantes han observado problemas de salud tras haber superado la fase aguda de la infección por SARS-COV-2 durante al menos 2 meses, un 16 por ciento refiere tenerlos o haberlos tenido. Los síntomas reportados como más frecuentes son fatiga (52%), dolor de articulaciones o musculares (44%), dolor de cabeza (38%), tos (36%) e insomnio (33%).
También por primera vez se ha preguntado sobre los efectos que ha tenido la pandemia en la vida de las personas encuestadas, en comparación con la etapa antes de la pandemia. Aunque para la mayoría no hay apenas cambios, el 47 por ciento de los encuestados refiere un empeoramiento en su acceso a la atención sanitaria, el 33 por ciento un empeoramiento de su vida social, el 32 por ciento una peor salud mental y el 28 por ciento una peor salud física.
La percepción de la ciudadanía sobre el coronavirus y la COVID-19 ha mostrado diversas tendencias acordes con el desarrollo de la pandemia. La preocupación por la enfermedad ha ido descendiendo desde la ronda realizada en enero de 2021, coincidiendo con la campaña de vacunación, con varias subidas que coinciden con las distintas olas. Aunque con fluctuaciones según las olas sufridas, durante el último año se ha mantenido una mayor proporción de personas que pensaban que los peores momentos de la pandemia ya han pasado.
Destaca el descenso continuado en la percepción de gravedad de la enfermedad, que ha bajado progresivamente desde el 43 por ciento de personas que en verano de 2020 pensaban que, de contagiarse, su enfermedad sería 'muy grave', al 13 por ciento registrado en esta última ronda.
Con respecto a la percepción del riesgo de contagio, se ha mantenido bastante estable durante los dos años; se produjo un descenso a lo largo de 2021, y un aumento durante 2022 (hasta niveles similares a los del inicio de la de la encuesta, cuando se salió del confinamiento), año en el que está predominando la variante ómicron. Durante estos dos años, el porcentaje de personas que creía tener muchas posibilidades de contagiarse ha oscilado entre un 17 y un 33 por ciento.
Cada vez menos prevención
También se ha confirmado, según evolucionaba la pandemia, un descenso progresivo de la adherencia a las medidas preventivas, una tendencia que puede relacionarse tanto con las directrices y recomendaciones de las autoridades sanitarias como con un relajamiento social según mejoraba la situación de la pandemia desde el inicio del 2022. Igualmente, la búsqueda de información sobre el coronavirus ha ido cayendo con el paso del tiempo, con porcentajes cada vez más altos de personas según avanzaba la pandemia que aseguraban no buscar información sobre el coronavirus.
La valoración de la idoneidad de las medidas tomadas por las autoridades sanitarias se ha mantenido bastante estable en los dos últimos años, con porcentajes en torno al 25-35 por ciento de aceptación alta y que, especialmente a lo largo del último año, han superado a las valoraciones que mostraban desacuerdo.
Además, en esta ronda crece el porcentaje de personas encuestadas que está de acuerdo con que las decisiones tomadas para reducir la propagación del coronavirus fueron adecuadas, mientras que disminuyen las personas que están de acuerdo con que las decisiones tomadas hasta ahora en España fueron insuficientes. Las vacunas han sido también protagonistas en el COSMO-Spain. En la pregunta sobre si, tras recomendación de las autoridades sanitarias, las personas encuestadas se pondrían una nueva dosis, el porcentaje ha descendido en esta última ronda, pero aún se mantiene en porcentajes elevados: a lo largo de este año, el porcentaje se ha mantenido por encima del 70 por ciento.