La primera residencia de mayores LGTBIQ+ en España tenía prevista su apertura a finales de 2021. Sin embargo, tres años más tarde continúa cerrada y sin terminar. ¿El motivo? La falta de fondos. Tal y como nos explica a 65YMÁS, Federico Armenteros, presidente de la Fundación 26 de Diciembre, la pandemia y la guerra de Ucrania han aumentado el coste: "Tener parada la residencia supone un aumento de presupuesto porque lo presupuestado en 2018, ya no vale", explica.
A pesar de las dificultades, la Fundación no va a cesar en su empeño de buscar nuevos inversores, pero se han topado con un problema, que no es nuevo para ellos: el edadismo. "Lo hemos intentado por todos los medios. Los bancos no dicen que como es una residencia de mayores no trabajan con ese producto. ¿Nos consideráis producto? El edadismo está muy presente, ya no solamente en el tema LGTBI, sino que como mayor no nos dejan pedir créditos. Es un problema muy grande", denuncia Armenteros.
Sin el apoyo del banco, decidieron pedir un ICO, "pero claro, para eso tienes que ir avalado por el Ministerio porque en la Comunidad de Madrid desapareció el AvalMadrid. Hemos ido al Ministerio, hemos estado llamando y estamos esperando a que nos reciba. Entonces ahora lo estamos intentando con unos fondos, el SEPIDE, que dependen del Ministerio de Derechos Sociales, pero en esto llevamos ya tres años", explica el presidente de la Fundación 26 de Diciembre.
Federico Armenteros
Los problemas con los que se están encontrando para terminar de construir la residencia vienen en forma de preguntas para las que aún no tienen respuesta porque para ello necesitan tener ya el dinero: "Nos preguntan que cuántos ladrillos vamos a poner o cuanta gente vamos a contratar. ¿Cómo lo vamos a saber si no tenemos dinero? Dinero que además vamos a devolver porque es un préstamo, que además va a generar puestos de trabajo y va a cambiar la cultura porque va a permitir que las personas mayores decidamos quién nos va a cuidar".
"Estamos luchando por todo el colectivo de mayores"
Armenteros y su equipo aseguran que la residencia será un espacio abierto no solamente al colectivo, sino a todo el que quiera vivir ahí, pero para eso deben poder elegir: "Estamos luchando por todo el colectivo de mayores. La elección de la residencia debe de ser tuya".
Para que eso pueda suceder, la Fundación quiere que la residencia sea concertada y por está negociando con la Comunidad de Madrid para ver "cómo pueden abrir plazas especializadas". Pero de nuevo, un problema: ¿cómo saben que la persona interesada en ir a una residencia forma parte del colectivo? "Según la protección de datos uno no puede decir que es LGTBI. Entonces,¿Nada más que es válido el hétero? Para saber cuánta diversidad hay, tendremos que decirlo, tendremos que tener datos. Pero claro, si nos ocultan", se pregunta Armenteros.
Mientras este cambio que reclaman llega, desde la Fundación nos explican cómo se ocuparán las 61 plazas de la residencia: "Van a tener plaza todos los que ya la tienen por cambio. Es decir, los que ya están en una residencia pero han expresado su deseo de venir a esta. Esto sí que está contemplado dentro de las residencias".
Por otro lado "están las personas a las que estamos atendiendo con el cheque servicio. Con este cheque y su pensión, en vez de ir por la vía pública para solicitar plaza, irán por la vía privada, que es más rápido. Porque evidentemente, la plaza hay que pagarla", recuerda Armenteros.
Cuando le preguntamos sobre si hay lista de espera, el presidente de la Fundación 26 de Diciembre es muy claro: "Tenemos la lista de los que han muerto sin poder ir. Y luego están los usuarios a los que ya estamos atendiendo en residencias públicas que van a venir con nosotros", asegura.
"Es importante que las residencias se vayan abriendo a la diversidad "
La residencia Josete Masa tendrá una capacidad de 62 plazas para residentes y 15 de centro de día, pero en la Comunidad de Madrid hay 160.000 personas mayores de 65 años que forman parte del colectivo LGTBI, y evidentemente no hay sitio para todos. "Además, si podemos elegir, puede que algunos prefieran las residencias que están cerca de sus casas actuales, y por eso es importante que las residencias se vayan abriendo a la diversidady puedan ser atendidos con la misma dignidiad y respeto", opina Armenteros.
Y en la misma línea se sitúa la Fundación Enllaç (Cataluña): "Lo interesante desde el punto de vista de la oferta de plazas residenciales es que exista la mayor tipología porque esto dará respuesta a personas con diferentes expectativas. Hay que plantearlo en términos positivos: si hay personas que desean estar en una residencia LGTBI, la iniciativa de la Fundación 26 de Diciembre está dando respuesta a estas expectativas", nos empieza argumentando el gerontólogo y presidente de Enllaç, Josep Maria Mesquida González.
Ya casi podemos ir enciendo los fogones para la apertura de la residencia Josete Massa. Estamos poniendo todos los esfuerzos para tenerla finalizada a mediados de este año. #ResidenciaLGTBIpic.twitter.com/3SpkcylNNH
"Pero, tal vez, teniendo en cuenta que no todas las personas van a tener acceso a estar residencia, igual que no todas las personas LGTBI van a tener acceso a esta residencia, tal vez sea más interesante plantear acciones de sensibilización en todas las residencias que estén dirigidas al respecto y al fomento de la diversidad", añade.
Por eso, lo que proponen desde Enllaç es que las residencias "hagan posible las políticas inclusivas, y por ejemplo, tener algún tipo de rasgo visibilizador con respecto a la aceptación de la diversidad a través de carteles y señales que hagan que el colectivo se sienta seguro o identificar a personas y profesionales que puedan ejercer roles de defensa", propone Mesquida.
Todo esto está recogido en la 'Guía práctica para incorporar la perspectiva LGBTI+ en las residencias y otros centros y recursos para las personas mayores': "El protocolo pretende prever cuál es la trayectoria de una persona mayor en una residencia y tratar de trazar cuáles serían las mejores prácticas si esta persona sería una persona LGTBI", explica el presidente de Enllaç. Aunque aclara que esta guía no es de obligado cumplimiento, "de modo que no se puede garantizar que se lleve adelante lo que la misma guía propone".
"Residencias donde sabes que podrás ser tú mismo son desgraciadamente necesarias"
Pero para que la perpectiva LGBTI funcione, lo primero que habría que hacer es visibilzar a los mayores del colectivo que viven en las residencias: "Los mayores del colectivo no están visibles en los centros. Haberlos los hay, pero, ¿cómo van a decir 'que me están discriminando' cuando no les reconoces? Además de la guía es necesario que haya una formación, no solo al personal, sino también a los propios usuarios", opina Armenteros.
Fundación Enllaç
"Muchas personas del colectivo dicen que han tenido que volver al armario cuando han ido a una residencia porque no pueden expresarte libremente. Y no solo eso: van a compartir espacios con personas que los han discriminado, y que tienen ideas muy claras, que les va a costar cambiar", nos cuenta Patricia Cañabate, voluntaria de Enllaç.
Y añade: "Los centros son heteronormativos y de orientación muy CIS. Piensa por ejemplo, en el tipo de películas que van a ponerte, seguramente será de amor romántico heterosexual".
Vivir en un entorno que no tiene en cuenta que las personas somos diversas es algo que sabe bien, Joan Balañá, usuario de Enllaç, que nos ha contado a 65YMÁS qué es lo que piensa como persona mayor LGTBI de la residencia Josete Massa: "La idea me parece genial, tal y como están ahora las cosas. En una sociedad normal no deberían existir porque todas serían LGTBI. Pero en la sociedad en la que estamos, muchas personas del colectivo, que han podido vivir una vida sin esconderse, se van a vivir a una residencia y tienen que volver al armario. Residencias donde tú sepas que no vas a tener que volver al armario y podrás ser tu mismo, son desgraciadamente, totalmente necesarias.", opina Balañá.
El usuario de Enllaç nos cuenta que no ha sufrido mucha homofobia porque "tampoco he vivido una gay muy abierta. He vivido una especie de doble vida. Me escondía un poco, la verdad. Ahora que soy mayor no me escondo, pero tampoco lo proclamo", asegura. Y precisamente Balañá ahora se siente muy cómodo en un espacio como Enllaç, y no en un centro de día de mayores: "Me identifico menos porque mi vida ha sido distinta a la suya, y no sé si ellos me recibirían bien, aunque esto también son mis prejuicios".
Pero ahora que es mayor, el usuario sí que "se siente fuera de lugar" dentro del colectivo porque todo está pensado "para los jóvenes". "El poder estar en una asociación con gente de mi generación me hace sentirme más a gusto porque tenemos los mismos referentes", explica.
Que los mayores del colectivo tengan que ir a lugares creados específicamente para ellos o que hoy en día todavía sea necesario incorporar políticas con perspectiva LGTBI, hacen todavía más patente que "la sociedad nos ha apartado y por eso hemos tenido que crear nuestros sitios de encuentro. Lo malo de estos espacios es que no son una opción, son una necesidad que nos ha creado la sociedad para sentirnos cómodos y poder ser nosotros mismos".
Fundación Enllaç
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.