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Un análisis lingüístico de la propaganda nazi sugiere que la deshumanización de los judíos cambió con el tiempo, ya que la propaganda posterior al inicio del Holocausto presentaba a los judíos como si tuvieran una mayor capacidad de acción, en comparación con la propaganda anterior, que se centraba en desvincular la preocupación moral.
La opinión generalizada es que la deshumanización es un precursor de la violencia masiva. Muchos creen que la deshumanización promueve la violencia al eliminar las inhibiciones morales para no dañar a otros seres humanos, pero pocos estudios han examinado realmente las pruebas empíricas de esta idea.
Así, para comprender mejor el papel de la deshumanización en la violencia de masas, Alexander Landry, de la Stanford Graduate School of Business (Estados Unidos), y sus colegas realizaron un análisis lingüístico de la propaganda nazi –que incluía cientos de carteles, panfletos, periódicos y transcripciones de discursos políticos– de antes y durante el Holocausto.
Los investigadores evaluaron la prevalencia de ciertos términos relacionados con el estado mental, distinguiendo entre los asociados a la capacidad de agencia, como "planear" o "pensar", y los asociados a la experiencia, como "doler" o "disfrutar".
Los resultados, publicados en la revista de acceso abierto PLOS ONE, sugieren que la propaganda que condujo al Holocausto negó progresivamente la capacidad de los judíos de experimentar emociones y sensaciones humanas fundamentales, en consonancia con la idea de que la deshumanización conduce a la desconexión de las restricciones morales.
Sin embargo, la propaganda durante el Holocausto utilizó cada vez más un lenguaje relacionado con la intencionalidad y la malevolencia, lo que sugiere que ahora se demoniza a los judíos y se les presenta como poseedores de una mayor capacidad de acción.
Los investigadores especulan sobre la razón de este cambio, que quizás sirvió para presentar a los judíos como una amenaza maestra, al tiempo que proporcionaba una racionalización para calmar a los ejecutores nazis que estaban traumatizados por su experiencia de matar judíos.
En general, estos resultados sugieren que la dinámica de deshumanización asociada a la violencia masiva puede ser matizada y cambiar con el tiempo.
Los autores señalan que su análisis incluyó datos limitados para algunos periodos de tiempo, especialmente en los meses que precedieron al inicio del Holocausto en julio de 1941, y que sólo un investigador participó en la redacción de las pautas de recogida de datos. Futuras investigaciones podrían abordar estas limitaciones y examinar más a fondo la dinámica de la deshumanización tanto en el Holocausto como en otros contextos genocidas.
Los autores añaden que, "para eliminar la violencia, debemos comprender los motivos que la impulsan. Para ello, examinamos la representación de los judíos en la propaganda nazi".
"Descubrimos que a los judíos se les negó progresivamente la capacidad de tener experiencias mentales fundamentalmente humanas que condujeron al Holocausto, lo que sugiere que la deshumanización puede motivar la violencia al reducir la preocupación moral por los grupos de víctimas", concluyen.