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El director general de Protección Civil y Emergencias, del Ministerio del Interior, Leonardo Marcos, ha instado a los ciudadanos a que aseguren sus bienes frente a las emergencias porque la tasa de aseguramiento en España está en poco más del 50%. "La diferencia en que una catástrofe te arruine o no es tener un seguro. Es una medida de protección básica y asequible", asegura.
En este sentido, ha anunciado, en una entrevista con Europa Press, que el año 2022 será declarado como el Año de la Autoprotección en el Consejo Nacional de Protección Civil para fomentar que "todos" los ayuntamientos dispongan de un plan de protección civil. En este momento, solo 1.800 de los más de 8.000 municipios cuentan con un plan.
"La gran reserva de capacidad está en la autoprotección", insiste Marcos, que señala que las medidas pueden ir desde hacer un círculo de seguridad alrededor de una vivienda en caso de un incendio manteniendo un radio sin hierbas secas, a disponer de una pala para limpiar la acera en el caso de las nevadas.
"La autoprotección moviliza a todos los ciudadanos. La mejor red es la de tu vecindario. Esto sirvió en el confinamiento, pero sirve ante un corte de luz, una inundación o en cualquier catástrofe. Protegerse y brindar protección a quien tienes más cerca", defiende.
Entre las mejoras para 2022, quiere que el Plan General de Emergencias (PLEGEM) mejore el sistema estadístico para obtener datos fundamentales; fomentar la autoprotección para construir un "escudo de defensa eficaz que llegue a todas las situaciones de emergencia" y modificar la norma básica de protección civil que responde a la ley de 1985. "Todos los días hay dos o tres sucesos que pueden acabar convirtiéndose en catástrofes", concluye.
En cuanto al año 2021, lo ha calificado como "complejo" y "complicado", en el que Filomena, los incendios forestales, el volcán y las inundaciones del Ebro han tenido "efectos reales reducidos para la población". A su juicio, el PLEGEM ha facilitado la ordenación del "pequeño caos" de la gestión de las "siempre caóticas" emergencias, cuya competencia descansa en las comunidades autónomas.
En este contexto ha destacado que los cuatro episodios más graves del 2021 que ya termina fueron Filomena, el volcán de La Palma y las inundaciones.
Pese a que Filomena fue "muy llamativa", Marcos ha comentado que no fue "muy dañina" para la población. Si bien, recientemente Protección Civil y Fundación Aaón publicaron un estudio que estimaba en cerca de 1.300 millones de euros los daños provocados a infraestructuras agrícolas, urbanas o negocios, pero no en daños personales y bienes, en los que se centra su departamento.
"En lo que se refiere a familias, los daños de una nevada son limitados. Son llamativas pero poco dañinas, a diferencia, por ejemplo, de una inundación", ha incidido Marcos, que admite que las ayudas aún están en fase de tramitación ya que los plazos administrativos "no son excesivamente rápidos".
En todo caso, en su balance, considera que en Filomena el "éxito" se debió a que funcionó "muy bien" la información "exacta y previa" que permitió la anticipación para avisar de la emergencia. No obstante, califica de "esencial" que la población haga caso a los avisos de Protección Civil en todo momento, adopte las adecuadas medidas de prevención trate de "autogarantizarse" el funcionamiento en una emergencia.
A su juicio, los centros logísticos deben hacer esfuerzos para autogarantizarse el funcionamiento interno "sin esperar a que lo solucione la administración", comenta Marcos, ya que son servicios esenciales que "tienen que anticiparse y autoprotegerse" en vez de constituir en sí mismos un problema.
Respecto a los incendios forestales, ha precisado que Protección Civil hizo seguimiento a 584 incendios forestales superiores a una hectárea desde el Centro Nacional de Emergencias. Con todo, si a estos se suman los conatos, el número se eleva a 8.008, de los cuales superiores a una hectárea fueron 2.643 incendios. El dato refleja que "los servicios más próximos de extinción funcionan bien".
En todo caso lamenta especialmente los incendios de Ávila en el Tiemblo y en Navalacruz así como el de Sierra Bermeja en Málaga, donde falleció un bombero, porque sin ellos "este habría sido un buen año" en la materia.
No obstante, advierte de que, cada vez más, el fuego se acerca a la interfaz urbano forestal y amenaza a más población. Este año 6.000 personas tuvieron que ser evacuadas por los servicios de Protección Civil. "Cada vez vivimos más cerca de donde hay incendios", señala.