Més que Ciència (Más que Ciencia), así se denomina este proyecto español, creado por Daniel Amatller, que realiza un trabajo de divulgación científica y cultural de forma inmersiva, utilizando dispositivos de realidad virtual, para transmitir conocimientos a las personas mayores en residencias de todo el país.
"La realidad inmersiva ha demostrado ser una herramienta eficaz para transmitir conocimiento a estos colectivos", explican desde la web oficial del proyecto, con el que colaboran diferentes centros de investigación, investigadores, comunicadores, museos e instituciones. Más que Ciencia se enfoca en visitar residencias, aunque también cuenta con un programa gratuito de cesión de visores virtuales a residencias de todo el país.
Fue la madre de Amatller, Encarna, de 80 años, quien inspiró este proyecto. Y es que Encarna siempre tuvo interés por la cultura y la ciencia, pero su enfermedad le impidió disfrutar de ellas. "Gracias a ella, hoy, muchas otras abuelas y abuelos, pueden disfrutar de la ciencia y el patrimonio como nunca hubieran imaginado", indican.
"Las actividades inmersivas que llevamos a cabo, divulgan conocimiento científico, patrimonial y cultural. Ofrecen la posibilidad a los centros de investigación, museos e investigadores, de transmitir su trabajo de forma real y efectiva a las personas que residen en centros geriátricos, a esta parte de la sociedad a la que difícilmente pueden acceder", explican.
Consiguen, así, que el conocimiento llegue "allá donde no llega". De hecho, afirman que "incluso visitamos personas mayores a domicilios particulares, trabajamos con servicios sociales de diversos ayuntamientos y con otros actores que cuidan a personas que sufren problemas de movilidad, para hacer llegar la ciencia y el patrimonio, de forma real, a estos colectivos".
Los mayores también tienen ganas de aprender
Desde el proyecto lamentan que "existe una situación de desigualdad en la divulgación de conocimiento científico y acceso a la información" y "habitualmente quedan excluidas las personas en situación de dependencia ya las personas de edad muy avanzada", ya que, "con demasiada frecuencia damos por hecho que estas personas, la mayoría con problemas físicos o cognitivos y muchas en el último tramo de la vida, no tienen intereses ni ilusión por aprender".
Sin embargo, destacan que esta no es la realidad, y que aunque la edad a veces lleva ligada algunas limitaciones, las personas mayores "están cada vez más culturizadas, con mayor nivel de estudios y con más ganas de tener un rol activo en la sociedad. La ciencia, la cultura y el patrimonio, pueden disfrutarse a cualquier edad y en cualquier etapa vital".
Así, para comunicar la ciencia, la cultura y el patrimonio a las personas mayores y personas en situación de dependencia, que no pueden disfrutarlas por su cuenta, desde Más que Ciencia utilizan nuevas tecnologías para acercarlas de una forma "amable e inclusiva".
"No deja de sorprender que en plena época de la tecnología y del conocimiento, exista una gran carencia de actividades relacionadas con la ciencia, la cultura o la divulgación de patrimonio, que se dirijan específicamente a la gente muy mayor, personas con dificultad de movilidad, déficits cognitivos o en situación de dependencia, sobre todo a las personas que no pueden salir de su casa o que viven en residencias", señalan, insistiendo en que "cuando pensamos en el bienestar de las personas mayores, no hay que olvidar que aprender cosas nuevas genera felicidad".
"No hace muchos años, se trataba a las personas mayores como un colectivo general, uniforme. Por suerte, esta perspectiva ha cambiado y ahora, ya no pensamos en las personas mayores como un grupo homogéneo. Las distintas franjas de edad suelen tener asociadas inquietudes, necesidades y características distintas. Además, todas las personas somos únicas. De ahí la importancia de disponer de herramientas que enriquezcan el envejecimiento y la vejez en cada etapa", añaden.