Por desgracia, nos hemos acostumbrado a escuchar la triste noticia, un día tras otro, de que se ha batido un nuevo récord en el precio de la luz y no parece que esto vaya a cambiar. Agosto ya se ha ganado ese galardón, convirtiéndose en el mes con la factura más alta desde que se tienen registros, y septiembre va por el mismo camino. Por este motivo, varios ayuntamientos están tomando sus propias medidas. Uno de ellos es Peñas de San Pedro (Albacete), que en agosto decidió destinar el presupuesto de sus fiestas tradicionales –canceladas este año por la pandemia– a sus vecinos, pagándoles el 20% del recibo de la luz. Igualmente, el alcalde de Batres (Madrid), Víctor Manuel López, ha afirmado estos días que dejará de pagar a las eléctricas a no ser que bajen el precio.
A estos pueblos se le suma Ballesteros de Calatrava, una localidad de 400 habitantes ubicada en Ciudad Real que va a ser la primera comunidad rural de energías renovables al producir, almacenar y distribuir su propia energía para no depender de ninguna compañía eléctrica. Juan Carlos Moraleda, alcalde del municipio, explicó en el programa La ventana de la SER los detalles de este proyecto.
“Estuvimos viendo cómo ahorrar en el precio de la luz. Queríamos ser independientes y de ahí nació el proyecto ‘Ballesteros Genera’, con el que construiremos una central fotovoltaica en un terreno cedido”, aseguraba.
Con esta iniciativa, que se pondrá en marcha a finales de este año, el ayuntamiento de Ballesteros pretende autoabastecerse y así desvincularse de las compañías eléctricas.
La inversión está en torno a 340.000 euros, de los cuales 138.000 están subvencionados por los fondos europeos y el resto los pone la Red Europea para el Desarrollo Rural Leader que gestiona la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava. Moraleda calcula el primer año lograrán una reducción del 20% de la factura de la luz y en los años posteriores alcanzarán el 80%.
Como nosotros no podemos dinero, esa planta hay que amortizarla. Entonces, entre cinco o siete años figurará el periodo de amortización, teniendo un 20% de ahorro hasta esa fecha y, a partir de esa fecha, del 80%”. Aunque matiza que están calculando a lo bajo porque no quieren ser demasiado ambiciosos, ya que puede que alcancen el 100%.
Igualmente, el alcalde afirmó que, aunque "todavía hay gente está dudosa, hay un porcentaje alto de vecinos que están dispuestos, sobre el 60%. Muchos ya nos han pasado sus facturas para organizar el cambio”.
Finalmente, Moraleda no solo confía en que el proyecto suponga el ahorro económico de los vecinos, sino que también puede atraer empresas y nuevos habitantes que logren combatir la despoblación al tratarse de una localidad tan pequeña. "Somos un pueblo pequeño y la despoblación avanza. Si esto es un reclamo para que haya empresas que se puedan ubicar aquí por el ahorro que les puede ocasionar al ser miembro de la comunidad, nos vendría muy bien", defendió.
