Toni Esteve
Sociedad
Un pueblo de la España vaciada ha llamado la atención del 'New York Times'
Gósol, un pueblo de los Pirineos al que la pandemia ha dado una segunda vida
La población española lleva concentrada en las grandes ciudades desde hace décadas. Pero es en estos dos últimos años cuando hemos oído hablar a menudo de la España despoblada, porque cada vez son más los pueblos ‘’vacíos’’ o deshabitados. Las provincias españolas que, por lo general, acumulan una menor densidad de habitantes son eminentemente rurales. En la mayoría de estos territorios han surgido iniciativas que intentan luchar contra el abandono mostrando su belleza y sus mejores cualidades: tranquilidad, silencio, contacto con la naturaleza, etc. El eco de esa España “vaciada” ha llegado ahora hasta el otro lado del charco, nada menos que a las páginas del The New York Times.
Gósol (Foto-Diputación de Lérida)
El prestigioso rotativo norteamericano se ha fijado en Gósol, un pueblo del lado español de los Pirineos, situado en la provincia de Lleida, que estaba al borde de su desaparición. Su censo llevaba disminuyendo desde la década de 1960, cuando los jóvenes decidieron emigrar a las ciudades dónde había más posibilidades laborales. El pueblo destaca a nivel turístico por sus majestuosos paisajes y por haber acogido a Pablo Picasso en 1906, que pintó aquí gran parte de su famosa obra del ‘’Período de las rosas’’. Sin embargo, la belleza de Gósol y la paz que transmite no fue suficiente para mantener al pintor allí más de un año.
Para cuando llegó el año 2015, Gósol ya agonizaba: el número de habitantes no superaba los 120, lo que llevó al alcalde a advertir por televisión que la escuela estaba a punto de cerrar porque solo quedaban cinco alumnos, y a hacer un llamamiento a los jóvenes para que fuesen a vivir allí.
El llamamiento atrajo bastantes curiosos a la zona, que quedaron impresionados por su castillo en ruinas y sus casas pintorescas, pero sobre todo por el contacto con la naturaleza y la paz que inspiraba. Desgraciadamente, el llamamiento del alcalde no fue suficiente y no consiguió los habitantes que esperaba.
El lado positivo de la pandemia
Cuando el coronavirus se fue extendiendo en 2020, España se vio sumergida en otra crisis económica debido al freno de la actividad provocado por la pandemia. El confinamiento trajo el cierre de muchos establecimientos y mucha gente se quedó sin trabajo. Sin embargo, en Gósol ocurrió algo insólito, ya que por fin pudo ver cómo llegaban entre 20 y 30 nuevos habitantes. Muchos eran familia en busca de una nueva forma de vida para subsistir durante la pandemia. Los padres encontraron trabajo en el pueblo y sus hijos acudieron a la escuela, como relata The New York Times.
La escuela de Gósol que tanto preocupaba al alcalde no cerró y el pueblo tuvo una segunda oportunidad. No saben si se quedarán de forma definitiva esta vez, pero, al menos de momento, Gósol ha vuelto a estar repleto de vida y de nuevas esperanzas. Y es que, incluso en tiempos de pandemia, como cantaban los Monty Python en La Vida de Brian, siempre es posible mirar el lado bueno de las cosas.