Nos encontramos en un punto en el que la población vacunada de coronavirus es mayoritaria, sin embargo, aún se pueden encontrar excepciones que sorprenden, como es el caso de un pueblo de los Países Bajos.
El pueblo holandés de Urk es el más pequeño de la provincia de Flevoland y se caracteriza por dos cosas: sus habitantes viven en gran medida de la pesca y hay una afición general, que consiste en acudir todos los domingos a misa. En Urk se vota a Unión Cristiana, al cristianodemócrata CDA y a los calvinistas ortodoxos del SGP, según indican varios medios, y aunque no lo parezca, la unión de todos estos factores ha llevado a este pueblo a convertirse en un punto rojo en el mapa de los Países Bajos por sus bajos datos de vacunados.
La razón es que sus ciudadanos piensan que el coronavirus se cura comiendo pescado y yendo a misa.
"No es que nos creamos mejores en Urk o que no queramos escuchar al Gobierno. Queremos obedecer, pero dentro de los mandamientos de Dios. Hacemos esto por la salvación de las almas de la gente. El contacto ha desaparecido, y no se tiene en cuenta el malestar psicológico del municipio", argumentaba Hessel Snoek, de la iglesia Sionkerk, quien escribió una carta a sus feligreses en primavera invitándolos a rezar. El alcalde se negó a intervenir por libertad de culto.
El ministro de Justicia, Ferdinand Grapperhaus, el mismo del CDA, les respondió en otro mensaje: “Pedimos a todos en Países Bajos, incluida la comunidad eclesiástica de Urk, que continúen haciendo un esfuerzo conjunto para combatir el virus”.
Dios y el pescado
Un 95% de los 21.300 vecinos de Urk va a la iglesia, y consideran que Dios lo ha predestinado todo y la vacunación manipula el sistema inmunológico y el cuerpo y, por lo tanto, interviene en las acciones del Creador.
Aunque el 38% de los residentes de Urk tiene anticuerpos, es una cifra muy baja en comparación con la que se observa del resto de la sociedad neerlandesa, donde el 80% de la población está vacunada. En Urk, solo el 23% de la población está vacunada, es decir, solo una de cada cuatro personas.
"El covid es una gripe" y los de Urk son un pueblo “bendecido, protegido por Dios”, o que el pescado es suficiente para alejar el coronavirus, estas son las ideas que circulan por esta población.
Debido a la falta de afluencia, el centro de vacunación tuvo que cerrar. También se dieron las protestas más violentas del país contra las restricciones de la pandemia, y además varios periodistas fueron agredidos (un periodista fue atropellado por un ciudadano de Urk y un cámara fue recibido a golpes por dos hermanos de la población), debido a lo difícil que es hablar con ellos sobre su rechazo a las vacunas, de la delincuencia y del narcotráfico, o de la investigación aún en curso de un grupo de jóvenes disfrazados con uniformes nazis que simulaban ejecutar con armas de fuego a sus amigos vestidos con traje de prisionero judío en el Holocausto, según informa El Confidencial. La gran mayoría no contesta a las preguntas relacionadas con la pandemia o se sienten incómodos.
De momento los ciudadanos no parecen tener intención de cambiar su actitud, y seguirán confiando en que Dios y el pescado los salvará de una pandemia que se ha cobrado la vida de millones de personas.