En todo el territorio español, nos encontramos con pueblos cada vez más despoblados, cuyos habitantes terminan emigrando por la falta de oportunidades y de servicios. Una de las vías para revertir esta tendencia es el uso de la tecnología, la cual gana cada año más importancia y más ahora con la crisis del coronavirus. Es el pilar sobre el que sustentar una estrategia que devuelva a la gente al entorno rural, puesto que allí podrá encontrar tanto opciones de llevar a cabo su trabajo como posibilidades de acceder a todos los servicios básicos.
El primer paso que debe darse para que esta opción se convierta en una tabla salvadora del medio rural pasa por mejorar las conexiones a Internet en toda la geografía. Poco puede hacer la tecnología si en un pueblo apenas hay cobertura móvil. A día de hoy todavía existen muchas poblaciones donde la velocidad de acceso no permite el funcionamiento de un negocio online, lo que supone un obstáculo enorme para potenciar la economía local. Además, no permite el teletrabajo y se pierde la posibilidad de que algunas localidades se repueblen con gente joven y familias, que a fin de cuentas es de lo que suelen adolecer.
Pero eso no es todo, estas tecnologías también ayudan a racionalizar mejor los servicios (sanidad, transporte, abastecimiento…) de tal manera que los habitantes de la región no se sientan abandonados. Por lo tanto, suponen un excelente apoyo a los ayuntamientos que pueden derivar los esfuerzos y poner el foco en las verdaderas necesidades de sus vecinos.
Dicho esto, el término de ‘smart cities’ ha derivado a ‘smart village’, referido a las localidades que apuestan por las innovaciones tecnológicas en su territorio. Ya son muchos los municipios que sufren la temida despoblación que son conscientes de la gran solución que ofrece la digitalización. Por otro lado, hay otros que aún están a la cola de modernizarse.
A continuación, vamos a hablar de cuatro pueblos que pretenden luchar contra la despoblación a través de la digitalización.
Ansó (Huesca)
Este municipio de la provincia de Huesca, demostró su deseo de apostar por la innovación tecnológica participando en la convocatoria europea de Smart Rural 21 (@SmartRural21). Dicho concurso recibió 736 solicitudes de toda Europa, 224 de municipios españoles, y Ansó fue el elegido de España.
Smart Rural 21 es un proyecto basado en proporcionar un asesoramiento especializado durante dos años a estos pueblos para elaborar una estrategia que los convierta en ‘smart villages’ y así frenar la despoblación. La lista está formada por un total de 21 localidades europeas.
El Ayuntamiento de Ansó analizó la despoblación y llegó a considerarla muy preocupante. Por ello, ha decidido invertir en áreas como la vivienda, innovación educativa y el teletrabajo con el fin de atraer nuevos pobladores.
Iznájar (Córdoba)
Iznájar, un pueblo situado en la subbética cordobesa, cuenta con poco más de 4.000 habitantes. Aunque tenga más pobladores que el resto, en los años 50 llegó a tener 12.271 y, ese número, no ha dejado de disminuir hasta hoy. Está formado por 19 aldeas diseminadas y, a pesar de que se encuentra a 80 kilómetros de la costa, cuenta con una playa gracias a su embalse. Pero, lo realmente sorprendente, más allá de su belleza y de su imponente castillo, es que esta localidad lleva apostando por la digitalización desde hace más de 15 años y ha conseguido que los mayores de 75 años dominen cualquier trámite telemático sin ningún problema.
“Iznájar quiere ser un pueblo moderno, dinámico, un pueblo que ha sido siempre hospitalario, lleno de rincones singulares y que pretende convertirse en punto de encuentro para todos los que quieran disfrutar de la buena vida”, reza la web del ayuntamiento. Para lograr este objetivo, impulsó en 2004 un plan de modernización de sus infraestructuras y comenzó a dar cursos de formación tecnológica a todos sus habitantes. Actualmente, Iznájar cuenta con conexión por cable y wifi mediante fibra óptica de 100 mb y con espacios abiertos con acceso gratis a internet. Todo ello le supuso al ayuntamiento una inversión de, aproximadamente, 50.000 euros. El pueblo también puede presumir de que muchos extranjeros y gente de la ciudad se han trasladado allí gracias a la posibilidad del teletrabajo.
El Gastor (Cádiz)
Situado en la sierra de Cádiz, El Gastor, conocido como ‘El balcón de los Pueblos Blancos’, es otro de los smart villages: ha introducido un sistema inteligente de renovación del alumbrado público que incorpora una tecnología novedosa en la telegestión. De esta manera, el pueblo sigue una estrategia de implantación de estas tecnologías que favorezcan el ahorro energético.
En los últimos 10 años, el pueblo ha pasado de 1.901 habitantes a 1724. Además, 17 empresas relacionadas con la construcción se asentaban en este municipio hace una década, mientras que ahora solo quedan 5. Sin embargo, el 10% de la población son extranjeros que se han instalado, gracias a las facilidades para teletrabajar allí.
Valverde de Burguillos (Badajoz)
Este municipio, perteneciente a la provincia de Badajoz, lleva años luchando para no desaparecer. Por ello, en 2012, un grupo de vecinos crearon la asociación 'Activa Valverde' (@ActivaValverde), debido a la que su escuela pudiera cerrar ante la falta de niños. A través de ella, fomenta a que los jóvenes que tienen que marcharse del pueblo para estudiar, mantengan el contacto y regresen una vez finalizados sus estudios.
En los años 60, la localidad contaba con más de 900 habitantes y ahora esa cifra ha disminuido hasta llegar a los 273 actuales. Además, su media de edad es de 50 años, por lo que hablamos de una población envejecida.