Más de 50 millones de personas en todo el mundo tienen algún tipo de demencia, una cifra que se espera que aumente en los próximos años. Aunque la investigación científica no para, y cada vez son más, los estudios que se están publicando sobre este tema.
Uno de los trastornos más comunes y habituales entre las personas que tienen alzhéimer, aunque también puede darse entre las personas que tienen depresión estacional, es lo que se conoce como el síndrome del ocaso o sundwning.
Este síndrome se caracteriza porque durante las horas de menos luz natural (más habitual en invierno y otoño), las personas que lo padecen sienten más tristeza, ansiedad e irritabilidad. Según explican desde la página web de Amavir, esto se debe a que estas personas segregan menos melatonina, también conocida como hormona del sueño.
Además, es importante saber que estas alteraciones cognitivas provocan un cambio en el reloj biológico interior, y por eso, las personas que lo padecen pierden la noción del tiempo, y no saben si es el momento de despertarse o irse a dormir. Esta confusión de no saber en qué momento del día se encuentran generan ansiedad e inquietud entre los mayores. Esta situación se produce en el momento del atardecer, y en los casos más graves pueden provocar paranoia y alucinaciones.
¿Por qué se produce con el atardecer?
Las personas con demencia tienen dañadas algunas zonas del cerebro que se encargan de controlar los ritmos circadianos y suelen tener los niveles de melatonina más bajos.
Los ritmos circadianos son los cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas, y que normalmente responden a la luz y la oscuridad, de ahí que durmamos por la noche y estemos despiertos por el día, explica la página web del National Institute of General Medical Sciences.
Además de estos dos factores, hay que incluir la alteración del hipotálamo, que regula el reloj biológico y los ritmos circadianos. Y otro factor importante: los mayores tienen el sueño más fragmentado y menos profundo. En este sentido, a medida que nos hacemos mayores, nuestro ciclo normal de sueño se va alterando, y por eso tienden a despertarse más a lo largo de la noche.
¿Se puede prevenir?
Lo cierto es que los expertos no tienen la fórmula mágica para evitar este síndrome, pero sí que han lanzado una serie de consejos y recomendaciones que pueden ayudar a los pacientes y a sus familias. Reducir el nivel de ruido, estar más expuesto a la luz natural, no dormir por el día y tener una rutina, son algunas de las claves.
En este sentido, la iluminación es muy importante porque, como comentábamos anteriormente, la poca exposición a la luz natural es clave para desencadenar este síndrome. Para evitar que esto se convierta en un problema, es necesario mantener una buena iluminación en el hogar y salir a la calle por las mañanas, cuando haya luz.
Desde Amavir han compartido una serie de consejos para ayudar a las personas con demencia y a sus cuidadores:
Crear un entorno favorable. Lo más importante es que la persona se encuentre en un lugar seguro y tranquilo. En este caso, también es recomendable contar con un buen sistema de iluminación que se pueda ir regulando a medida que cae la noche.
La importancia de la rutina: mantener distraída y activa a las personas con demencia es esencial para evitar este síndrome. Por eso, es recomendable tener un horario fijo para comidas y actividades, y crear una rutina de noche antes de dormir, que puedan ayudar al mayor a irse a dormir tranquilo a la cama.
Acudir al médico. Es fundamental saber que las personas que tienen este síndrome estén supervisadas por un médico, para saber cuáles son sus necesidades, y en los casos más graves, les receten algunos medicamentos.
La alimentación. De nuevo, la dieta equilibrada es fundamental para evitar la desnutrición y evitar así la situación de agitación. Del mismo modo, hay que evitar la comida procesada y los estimulantes, ya que tampoco contribuyen a mejorar el estado físico y mental de las personas.
Actividad física. Lo decíamos al comienzo, tener una vida activa es muy beneficioso para los pacientes, y así evitar el deterioro físico y las situaciones de dependencia.
Salud mental. Como ya sabemos, este tipo de enfermedades pueden provocar también problemas de salud mental, y por eso también es necesario acudir a un profesional para saber el estado emocional del paciente.
Socializar. Son muchos los estudios que demuestran la importancia de la socialización, y en este caso no iba a ser menos. Es necesario que los mayores sigan manteniendo relaciones interpersonales y no se aislen.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.