Casi un año después del 23-F, el 19 de febrero de 1982 comenzaba el juicio oral contra los 33 acusados de participar en el golpe de estado. Tres meses más tarde, el 3 de junio, después de 47 sesiones y un sumario formado por más de 13.000 folios, se dictaron las sentencias del entonces conocido como Juicio de Campamento.
Sin embargo, la sentencia dictada por el Consejo de Guerra fue objeto de recurso de casación en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo tanto por las defensas de los acusados como por parte del Ministerio Fiscal que consideraba las penas aplicadas como insuficientes dada la gravedad de los hechos juzgados.
El 28 de abril de 1983 el alto Tribunal publicó finalmente su sentencia firme en la que se endurecían considerablemente las penas de los considerados tres máximos responsables del Golpe, Jaime Milans del Bosch, Alfonso Armada y Antonio Tejero Molina, que fueron condenados a 30 años de reclusión.
Así mismo, el Supremo condenó a diversas penas de prisión a otros 27 acusados y absolvió a tres de ellos. La que nunca llegó a ser investigada a fondo fue la conocida como trama civil del golpe y que tuvo como único encausado a Juan García Carrés, antiguo dirigente de los Sindicatos Verticales durante la dictadura franquista que fue condenado a dos años de reclusión y falleció poco después de salir de prisión.
La sentencia del Tribunal Supremo consideró, por unanimidad, que el teniente general Milans del Bosch, el general Alfonso Armada y el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero “ejecutaron material, directa y personalmente” un delito de rebelión militar consumado “siendo cabezas de la rebelión los dos primeros y jefe de unidad superior a compañía el tercero”.
Pero, ¿qué fue de aquellos golpistas condenados por su rebelión militar?
Jaime Milans del Bosch
Jaime Milans del Bosch y Ussía había nacido en Madrid el año 1915 en el seno de una familia aristocrática con profunda tradición militar. De hecho Jaime Milans fue el sexto general de la familia. Nada más comenzar la Guerra Civil inició su carrera militar participando como cadete en la defensa del El Alcázar de Toledo durante que resultó herido. Ya finalizada la contienda civil se alistó como voluntario en la División Azul y combatió junto a los alemanes contra la URSS en la segunda Guerra Mundial.
Tras la muerte del general Franco, Milans del Boch fue nombrado en 1977 teniente general, con mando en la Capitanía General de la III Región Militar, con sede en Valencia, lo que a todas luces, y así lo dejó dicho, le desilusionó puesto que esperaba la Capitanía General de la I Región Militar, con sede en Madrid.
La tarde del Golpe de Estado del 23-F, poco después del asalto de Antonio Tejero al Congreso, Milans decretó el estado de excepción en Valencia y desplegó carros de combate, camiones, cañones antiaéreos y tropas de infantería en los puntos estratégicos de la ciudad, que quedó así bajo control militar. Unas tropas que pasaría a retirar tras la aparición en TVE del mensaje del entonces Rey Juan Carlos.
Fue condenado por esos hechos a 30 años de prisión, pero en julio de 1991, el juez militar de vigilancia ordenó su puesta en libertad condicional por haber alcanzado por entonces la edad de 75 años.
Los últimos años de su vida, hasta su muerte el 26 de julio de 1997, los pasó en su casa de la lujosa urbanización madrileña de La Moraleja. Nunca se arrepintió de los sucesos en los que participó y de hecho, llegó a declarar en la revista Interviú que en las mismas circunstancias volvería a actuar igual que lo hizo. Renunció a pedir el indulto del gobierno pero no dejó de intentar recuperar su condición de militar hasta que en 1988 el Tribunal Supremo ratificó su expulsión de las Fuerzas Armadas. Sus restos fueron enterrados en la cripta del Alcázar de Toledo donde había combatido durante la Guerra Civil.
Alfonso Armada
Alfonso Armada y Comyn, marqués de Santa Cruz de Rivadulla, había nacido en Madrid en el año 1920, en una familia de tradición militar y profundas convicciones monárquicas. De hecho, su madrina de bautismo fue la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, madre de Alfonso XII, y su propio padre se encontraba junto a Alfonso XIII en el Palacio Real el 14 de abril de 1931, día en que se proclamó la segunda República Española.
A los 16 años se alistó en el ejército franquista y en sus filas sirvió en los frentes de Madrid, Andalucía, Guadalajara, Teruel y Valencia. Además, al igual que Milans del Boch, una vez acabada la contienda nacional se alistó en la División Azul y con ella participó en el sitio de Leningrado.
A su regreso de la segunda Guerra Mundial fue instructor en varias escuelas militares. En 1954 mantuvo una muy estrecha relación con el entonces príncipe Juan Carlos, primero como su instructor militar y preceptor y posteriormente, cuando presidía la Cruzada pro Decencia, fue nombrado en 1965 jefe de la Secretaría del Príncipe y su ayudante personal hasta que en 1975, a la muerte del general Franco, pasó a ser secretario general de la Casa del Rey, puesto en el que se mantuvo hasta después de las elecciones de junio de 1977 cuando fue destituido por enviar cartas con el sello de la Casa Real pidiendo el voto para la entonces Alianza Popular de Manuel Fraga Iribarne.
No obstante el rey continuó profesándole su amistad y se reunían con frecuencia puesto que el monarca confiaba plenamente en él y, de hecho, el 12 de febrero de 1981, tan solo once días antes del golpe de estado fue nombrado segundo jefe del Estado Mayor del Ejército.
En su libro 23-F. La verdad el periodista Francisco Medina recoge un testimonio según el cual Armada habría creído que a la muerte de Franco, dada su relación con el Rey podía ser presidente del gobierno. "Podría ser un nuevo Carrero Blanco del Rey, con poderes absolutos. Y desde 1975 comenzó a sentirse de alguna manera como un jefe de Gobierno".
Tras el 23-F, el Tribunal Supremo le condenó a 30 años de cárcel que comenzó a cumplir en la prisión de Alcalá Meco hasta que cinco años después, en 1988, el gobierno socialista de Felipe González le indultó por cuestiones de salud tras asegurar haber acatado la Constitución. A partir de ahí vivió retirado en su pazo de Santa Cruz de Rivadulla en Vedra (A Coruña) hasta su muerte en 2013 a los 93 años de edad. Los reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía enviaron, a título personal, un telegrama con su pésame a la familia del golpista.
Antonio Tejero
Antonio Tejero Molina nació el año 1932 en la localidad malagueña de Alhaurín el Grande, ingresó en la Guardia Civil en 1951 y llegó a ser jefe de la Comandancia en Guipúzcoa, de donde tuvo que pedir el traslado forzoso a raíz de unas declaraciones públicas en contra de la legalización de la ikurriña.
Durante los años de la Transición en los que prestó sus servicios en el País Vasco fue arrestado en tres ocasiones: Primero por discrepar con el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, cuando se decidió la retirada de la Guardia Civil de las localidades con más de 20.000 habitantes. Después por negarse a arrestar a dos guardias civiles que habían detenido a un responsable de la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT). Y la tercera pedir instrucciones sobre los honores que debía dispensar a la ikurriña.
Este último episodio motivó su traslado a Málaga donde fue nuevamente sancionado por evitar una manifestación de diferentes partidos y juventudes que exigían la legalización de las organizaciones juveniles y la mayoría de edad a los dieciocho años.
Ya en Madrid fue nombrado Jefe de la Agrupación de Destinos de la Dirección General de la Guardia Civil. Pero resultó de nuevo arrestado al decidir escribir una carta al Rey Juan Carlos en la que le exponía sus puntos de vista sobre la situación española.
En 1978 volvió a ser detenido, en esta ocasión junto al capitán de Infantería Ricardo Sáenz de Ynestrillas, en el operativo de lo que entonces se conoció como Operación Galaxia, un plan de golpe de estado que incluía la ocupación del palacio de la Moncloa durante la celebración del Consejo de Ministros con la detención de todo el ejecutivo y el ofrecimiento al Rey para formar un Gobierno de "salvación nacional".
Durante el juicio que tuvo lugar en 1980 declaró que la reunión en la cafetería Galaxia fue "una discusión teórica sobre la posibilidad de dar un golpe de Estado" y el Consejo de Guerra le impuso por ello una pena de siete meses de prisión.
Tras el golpe de estado de 23 de febrero de 1982 ingresó en prisión y desde allí organizó un partido político de extrema derecha, Solidaridad Española, para presentarse a las elecciones celebradas aquel año con el lema ¡Entra con Tejero en el Parlamento!, que recibió 28.451 votos en toda España
En la sentencia de 1983 por el juicio por el 23F fue condenado a 30 años de prisión por rebelión militar consumada, con agravante de reincidencia y pena accesoria de pérdida de empleo y expulsión de la Guardia Civil. Comenzó a cumplir su condena en la prisión militar del Castillo de las Palma en Mugardos, posteriormente en el Castillo de San Fernando de Figueras y más tarde en Alcalá de Henares y la prisión naval de Cartagena en la que recibió el tercer grado penitenciario en 1993 y la libertad condicional en 1996.
Durante sus años de prisión escribió sus memorias, estudió idiomas y cursó la carrera de Geografía e Historia y tras su liberación pasó a vivir en su casa de Madrid que compatibiliza con temporadas en su apartamento malagueño de Torre del Mar. Actualmente cuenta 88 años y su última aparición pública fue el 24 de octubre de 2019, en la puerta del cementerio de Mingorrubio para oponerse a la exhumación y posterior inhumación de los restos del general Francisco Franco.