Qué hacer cuando alguien está sufriendo un golpe de calor

La cifra de pacientes que llaman o acuden a los servicios de urgencias por un golpe de calor se dispara en los meses más calurosos del año. Algunos de los síntomas que presentan son cansancio, dolores musculares, náuseas, hipotensión, dolor de cabeza y, en algunos casos, pérdida del conocimiento.

Ocurren debido a que el organismo no es capaz de controlar la temperatura corporal y esta aumenta (hipertermia). La mayoría son situaciones leves, recuerdan desde el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre; pero la hipertemia grave o golpe de calor puede ser peligrosa y llevar a la muerte. Afectan especialmente a colectivos más vulnerables: personas mayores, niños o enfermos crónicos.

Para el doctor Julián Ruiz Baixauli, responsable de la unidad de medicina interna del Hospital valenciano, "existen una serie de indicadores que pueden alertar de que la persona está sufriendo un golpe de calor como son la fiebre superior a 39 grados, cambios en el estado mental o comportamiento -confusión, agitación o balbuceo-, piel caliente, roja y seca o sudoración excesiva, náuseas y vómitos, pulso acelerado o respiración rápida". Estos síntomas "indican que el sistema termorregulador no funciona y que la persona está en peligro". 

 

Ante una situación de este tipo se debe llamar a los servicios médicos urgentemente. El especialista advierte de que, durante la espera, "hay que acostar a la persona con los pies elevados, cerca de un lugar fresco y ventilado, aflojarle la ropa, darle de beber agua si presenta buen nivel de conciencia y no vomita a tragos pequeños y de forma lenta, ponerle paños o sábanas mojadas en agua fría alrededor del cuerpo". 

Consejos para no sufrir un golpe de calor

El doctor ofrece una serie de consejos a seguir para no llegar a sufrir un golpe de calor. Entre ellos destacan mantenerse hidratado con agua aunque no se tenga sed, no salir a la calle en las horas de más calor y vestirse con colores claros.

Asimismo, "no hay que olvidar llevar la cabeza cubierta con un sombrero o gorra, evitar hacer ejercicio físico en las horas centrales del día al aire libre, comer ligero para evitar digestiones pesadas, evitar el alcohol que facilita la deshidratación y no ducharse con agua muy fría porque después de ducharnos se produce la vasoconstricción sanguínea y después una vasodilatación, lo que produce una mayor sensación de calor". 

 

También desaconseja conducir bajo unas condiciones de calor extremo. La temperatura ideal para conducir está entre los 19 y los 24º C. Hacerlo a temperaturas más altas puede provocar los mismos síntomas que si se conduce bajo los efectos del alcohol: fatiga, somnolencia o aumento del tiempo de reacción ante una situación apurada. Con respecto a las comidas, sugiere que sean ligeras y frescas, para evitar que aparezca la somnolencia por una digestión pesada. 

El especialista explica que "la prevención es clave para la seguridad". Por ello, se debe revisar el coche antes de salir y ventilarlo bien, hidratarse con agua (no hacerlo equivale a actuar igual que una persona con un nivel de alcohol en sangre de 0,8 g/l) y descansar siempre que se necesite, como mínimo cada dos horas. En estas paradas, se debe intentar "aparcar a la sombra, realizar ejercicios de estiramientos y no dejar nunca a personas mayores, niños o animales en el coche".