Desde que aparecieron las redes sociales son muchos los debates y polémicas que se generan a través de algunas de estas plataformas. Una de las más usadas es Twitter, y precisamente este es el canal que ha elegido una estudiante para denunciar lo que le ha pasado.
Vera es estudiante del grado de Atención a Personas en Situación de Dependencia, y tal y como ha denunciado: "Me han suspendido todas las asignaturas por haber estado 10 días en el hospital con mi abuela mientras se moría", comienza contando la joven.
"No pienso pedir perdón por ser persona antes que un alumno robot", aseguraba la estudiante, cuya historia ya tiene más de tres millones de visualizaciones.
Al parecer, sus profesores han decidido que, a pesar de tener todos los trabajos entregados, al no haberse presentado a los exámenes no pueden aprobarla por normativa de la universidad: "Encima estoy haciendo un grado de atención a personas en situación de dependencia. Me están formando para cuidar a personas como mi abuela", comentaba la estudiante.
"Ya que me quejo, pues lo hago del todo. El día después del entierro me planté en clase. No cogí ni un solo día para mí para pasar el duelo. Ni uno", aseguraba la joven.
No es la única que ha vivido una situación así
"Están todo el día diciéndonos que en nuestro trabajo necesitáremos muchísima empatía, tanta como tienen ellos y la que nos están enseñando", concluía la estudiante.
La situación de Vera ha indignado a los usuarios que se han topado con la historia, porque, a pesar de que entienden que cada centro universitario tiene unas normas, el hecho de que hayan suspendido a la joven por hacer el que en un futuro será su trabajo, les parece muy injusto: "Qué ironía y qué vergüenza. Has hecho lo correcto, lo que todos hubiéramos hecho estando en tu lugar, o misma situación. Ojalá se haga justicia".
Pero Vera no es la única que ha vivido una situación así, y son varias las historias similares que han inundado Twitter: "Yo tuve que irme del entierro de mi abuelo (literal, enterrarlo y coger un taxi para la facultad) porque tenía que asistir a una ponencia obligatoria o me suspendían todas las asignaturas del cuatrimestre porque había faltado al resto por acompañar a mi abuelo mientras se moría".
"A mí me suspendieron todas las asignaturas las últimas semanas de curso por estar *casi* muriéndome de una neumonía en el hospital", aseguraba otra usuaria.
"Yo a mi profe (que era médico): Hola señor, tengo cáncer y mañana me operan y dentro de un mes otra vez, no voy a poder venir. El profe: bueno, pues a clase hay que venir, tú verás cómo te las apañas. Jamás sentí tanta impotencia, me fui llorando y le dio igual", comentaba otro usuario.
"El sistema educativo falla desde el momento que no entienden las circunstancias psicológicas de sus alumnos y un examen está por encima de cualquier cosa", reflexionaba otra usuaria.
En la misma línea se posicionaba otra joven: "La poca humanidad que tiene el sistema educativo con la salud mental es una cosa flipante... cuando pasan cosas así no es tan difícil ser más flexible, esas clases se pueden recuperar, pero estar con tu ser querido no, es que hasta ponerlo con palabras suena obvio".
La experiencia de Vero y del resto de estudiantes han abierto un debate sobre si los centros educativos deberían hacer excepciones en un tipo de situaciones que todos, como personas, entendemos que son más importantes que asistir a clase o hacer un examen.