¿Quiénes fueron los cabaqueiros de O Rosal?

Los oficios tradicionales representan un valioso patrimonio, transmitido de generación en generación, que da cuenta de la riqueza cultural de las distintas regiones del país. Así pues, muchas de estas labores dejaron de practicarse tiempo atrás, pero todavía permanecen en el imaginario colectivo de quienes se esfuerzan por preservar su recuerdo.

Tal es el caso de O Rosal, el pueblo del sur de Pontevedra en el que destacó el oficio de los conocidos como 'cabaqueiros'. ¿En qué consistió este trabajo, hoy desaparecido? En el siguiente artículo te lo explicamos.

Un oficio de extrema dureza

'Cabaqueiro' es el término empleado para definir a quienes se dedicaron, hasta mediados del siglo XX, a la elaboración de tejas de forma artesanal por diversos territorios del país. Durante alrededor de cinco meses, estos trabajadores se desplazaban a distintos puntos de Galicia y España para trabajar durante largas jornadas, con poco tiempo para el descanso.

El equipo de trabajo lo componían diferentes personas —entre las cuales también había niños—, especializada cada una en una tarea: el oficial elaboraba las tejas y ladrillos, el tendedor las ponía a secar, el amasador del barro, el cocedor trabajaba con el horno, el carretillero, etcétera.

El objetivo era sacar el mayor número de piezas al día, por si las condiciones meteorológicas impedían al siguiente una nueva jornada de producción.

Cabe destacar que este oficio era especialmente masculino, dado que, al marcharse los hombres a trabajar, las mujeres se encargaban de los cuidados y de la gestión de la familia.

El 'verbo dos cabaqueiros'

Más allá de su oficio tradicional, los cabaqueiros dejaron un gran legado en lo que respecta al lenguaje. Y es que estos trabajadores empleaban el conocido como 'verbo dos cabaqueiros' para comunicarse entre ellos, sin que nadie les pudiese entender.

De esta lengua se derivan palabas como 'jalleira', referida al 'pueblo natal', o 'buxa', que significa 'jefe'.

Con su oficio, los cabaqueiros se convirtieron en una figura esencial del patrimonio histórico y cultural de O Rosal.

Tanto es así, que su recuerdo permanece hasta nuestros días, con la existencia del Centro Etnográfico Os Cabaqueiros en la Plaza do Calvario y con los homenajes a dicho oficio, que el pueblo pontevedrés realiza anualmente.