El I Congreso de Economía Plateada, celebrado el 22 y 23 de septiembre en Mérida, profunizó en temas de calado relacionados con el reto de la longevidad. Dos intensas jornadas, en las que el mensaje no puede ser más claro y rotundo: España cuenta con un capital humano y económico de más de 9 millones de personas que no puede ser ignorado por más tiempo.
Un colectivo, los mayores de 65 años, que actualmente representan casi el 20% de la población y que en 5 años se verá incrementado notablemente con la llegada de la generación del baby boom. Para hacernos una idea, se calcula que en el año 2035 habrá casi 13 millones de españoles mayores de 65 años y más de 15,5 millones en 2050.
A este creciente peso demográfico se le suma su extraordinaria importancia como agentes de actividad económica, gracias a su poder de consumo. Frente a la preferencia de muchas empresas y grupos, que orientan sus mensajes hacia los jóvenes, las cifras demuestran que es la generación silver (también llamada generación de las canas) la que posee mayor capacidad de compra y de gasto. Sin embargo, pese a constituir una gran fuerza de consumo, es la gran ignorada y desaprovechada por administraciones y empresas en general.
Una de las mesas de citado congreso Envejecimiento y empresa, retos y oportunidades, abordó la empresa como organización social en el centro del cambio poblacional del envejecimiento de la sociedad. La mesa estuvo magistralmente moderada por Iñaki Ortega Cachón (@InakiOrtega), presidente del Comité Científico del Congreso; y en ella intervinieron ponentes de la talla de: Rafael Puyol, pesidente de UNIR; Juan Carlos Delrieu (@JuanCDelrieu), director de Estrategia y Sostenibilidad en AEB; Alfonso Jiménez (@alfonsojimenezf), Partner de Exec Avenue; y Benigno Lacort (@BenignoLacort), Consejero Delegado de Atenzia,
Rafael Puyol argumentó que “los sénior no son solo personas a las que vender cosas, a las que cuidar o entretener”. Son, según Puyol, “productores, trabajadores, emprendedores y voluntarios”. El trabajador sénior es, sobre todo “varón, entre 55 y 59 años, cada vez con mayor nivel de educación, a tiempo completo y en el sector privado, en el 80 % de los casos son asalariados y tienen mayor dificultad de encontrar un trabajo si pierde el empleo”. Pero, a pesar de este perfil, Puyol ha reconocido que sí existe edadismo, “basado en estereotipos y concepciones equivocadas, definiéndoles como más anticuados o trabajadores más caros”. Sin embargo, no hay razón para mantener esas ideas.
Por su parte, el Partner de Exec Avenue, Alfonso Jiménez, insistió en que el trabajo por cuenta propia “es un refugio” para este mercado que debe buscar el equilibrio entre edad de jubilación y trabajo. “La probabilidad de encontrar un trabajo por cuenta ajena a partir de los 50 años es menguante”, por lo que este colectivo debe optar por el trabajo por cuenta propia, que es la alternativa real para “sentirse útiles y tener unas condiciones labores justas”. Esta opción laboral, según el perfil dibujado por Delrieu, ocupa al 17 % de los trabajadores españoles: “Es muy masculino, es más estable en el tiempo y uno de cada cuatro son sénior. Además, es un grupo que se va incrementando durante la vida laboral (a partir de los 45 años crece notablemente)”.
Por último, el consejero delegado de Atenzia, Benigno Lacort, expuso cuáles son las oportunidades que existen hoy para los sénior en el mundo productivo. De hecho, la longevidad es “la mayor oportunidad para el mercado en el siglo XXI, si se hacen las cosas bien”. En primer lugar, es muy importante analizar el mercado competitivo, acompasar el modelo productivo al envejecimiento de la población y aprovechar los beneficios de las ciudades inteligentes. Y no se puede olvidar la relevancia de la tecnología, “que ha demostrado ser el cordón umbilical durante la pandemia”. De hecho, Lacort cree que “es urgente invertir en tecnología que ayude a cuidar de forma predictiva”.