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Mientras que en la Tierra las nubes se forman a partir de agua, en otras atmósferas se forman a raíz de amoníaco o hidrosulfuro de amonio, como en el caso de Júpiter.
Recientemente, un estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society ha descubierto también la existencia de nubes formadas de silicatos, es decir, nubes de polvo. Estas se encuentran en las enanas marrones, cuerpos estelares cuya masa y características los sitúan entre los planetas y las estrellas.
Lo interesante de este descubrimiento es que muchas enanas marrones tienen atmósferas casi indistinguibles de las de los planetas gaseosos, por lo que pueden usarse como representación de esos planetas y enseñar a los investigadores cómo funcionan otras atmósferas planetarias.
Revisión de antiguos datos
Estas nubes de polvo son un descubrimiento reciente, ya que la misión lanzada por la NASA en 2003 con el Telescopio Espacial Spitzer no demostró con suficiente evidencia la existencia de nubes de silicato en las enanas marrones. Seis años después la misión se desestimó y no se pudo confirmar que existieran este tipo de nubes en mundos distantes.
"Tuvimos que profundizar en los datos de Spitzer para encontrar estas enanas marrones donde había algún indicio de nubes de silicato, y realmente no sabíamos qué encontraríamos", dijo Genaro Suárez, investigador postdoctoral en Western University y autor principal del nuevo estudio. "Nos sorprendió mucho lo fuerte que fue la conclusión una vez que tuvimos los datos correctos para analizar".
Una nueva investigación
Si bien las detecciones individuales del telescopio eran marginales, juntas revelan un rasgo definitivo de las nubes de silicato.
Para esta última investigación, los astrónomos reunieron más de 100 de esas detecciones marginales y las agruparon por la temperatura de la enana marrón. Todos ellos cayeron dentro del rango de temperatura pronosticado donde deberían formarse las nubes de silicato: entre aproximadamente 1.000 y 1.700 grados Celsius.
El hallazgo fue que en atmósferas más calientes que el extremo superior del rango identificado en el estudio, los silicatos permanecen en forma de vapor. Debajo del extremo inferior, las nubes se convertirán en lluvia o se hundirán en la atmósfera, donde la temperatura es más alta.
Nubes de polvo en nuestra galaxia
De hecho, los investigadores creen que existen nubes de silicato en las profundidades de la atmósfera de Júpiter, donde la temperatura es mucho más alta que en la parte superior, debido a la presión atmosférica.
Los científicos están encontrando una colección cada vez más variada de ambientes planetarios en nuestra galaxia. Por ejemplo, han encontrado planetas con un lado permanentemente frente a su estrella y el otro permanentemente en la sombra, un planeta donde las nubes de diferentes composiciones pueden ser visibles, según el lado observado.