Quién mejor que un psicogerotólogo como Raúl Vaca para analizar los efectos en la salud física y mental de la pandemia en los mayores. El vocal de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria) confiesa que pese a la "devastación" que ha generado la Covid, especialmente entre los mayores vulnerables, ha dejado grandes lecciones sociales. Una de ellas es que según Vaca, "la oportunidad" de experimentar en nuestras propias carnes cómo es el día a día de una persona que vive en soledad no deseada. Por eso, considera que la Covid ha servido para sacar a la luz la pandemia silenciada de la soledad.
"Nos hemos dado cuenta de que eso no es vida, de que echas en falta muchas cosas y sobre todo cosas que son determinantes en tu calidad de vida o tu bienestar", que se unen a los posibles deterioros cognitivos fruto del aislamiento y la desatención a los mayores con dependencia. También alerta sobre la necesidad ya presente antes de la pandemia de fomentar las profesiones relacionadas con el envejecimiento como la geriatría y la gerontología. "Porque si en 2050 vamos a tener un 30% de población mayor –ahora es el 20%– habrá que diseñar unos servicios adecuados a estas nuevas necesidades", opina.
PREGUNTA.– ¿Qué efectos ha tenido la pandemia en los mayores?
RESPUESTA.– Los efectos han sido devastadores. Como en el resto de la sociedad, pero sí que es verdad que en el colectivo de personas mayores, hay un grupo de personas que son muy vulnerables, que ya estaban en una situación muy frágil o de dependencia.
Me estoy refiriendo sobre todo a las personas mayores que viven en residencias, o que son usuarios de algún tipo de atención a la dependencia. Para ellos el efecto ha sido mucho más devastador. Pensemos que se han tenido que encerrar en sus habitaciones, –ya estaban encerrados antes en las residencias– pero ahora han tenido un doble confinamiento. Han perdido las actividades de estimulación, la relación con el resto de los compañeros, las visitas de los familiares... Todo esto en personas adultas, normales, como nosotros, que igual que cuando dejas de hacer ejercicio te cuesta luego más recuperar la musculatura...
P.– Claro, entre los mayores con alguna patología habrá sido peor...
R.– Pues pensemos en una persona que puede tener una enfermedad neurodegenerativa, como puede ser una demencia, y que se queda sin estimulación cognitiva o física adecuada. El deterioro ha sido abismal. Aún no hay muchos estudios sobre esto, pero los profesionales damos prueba de ello. Y un dato curioso. Las personas que se han confinado con un compañero de habitación, han tenido menos deterioro que aquellas que se han confinado solas. Esto resalta la importancia de esas relaciones sociales.
"Las personas que se han confinado con un compañero de habitación, han tenido menos deterioro que aquellas que se han confinado solas"
P.– ¿Y las personas que viven solas en sus casas?
R.– Si nos centramos en las personas que viven solas en sus casas, que no están en un centro residencial pero sí reciben atención domiciliaria o van unas horas a un centro de día, también han tenido que sufrir cierres. Son personas que se han deteriorado mucho. Y hemos tensionado el sistema de cuidados. El perfil, es una imagen típica de señora mayor que cuida a su marido, o una hija que tiene un trabajo aparte y en su tiempo libre, cuida de su familia de manera muy intensa, más de 40 horas a la semana. Eso es otro trabajo. Le hemos quitado ese servicio durante el confinamiento, y hemos puesto a esa familia en una situación límite.
P.– Nosotros hemos escrito mucho sobre aislamiento. ¿Va a cambiar algo ahora con la menor incidencia y restricciones?
R.– A mi me gustaría pensar que sí. Más que nada porque la pandemia nos ha dado la oportunidad al resto de la población de experimentar en nuestras carnes cómo se siente una persona sola, que no sale de casa, que no tiene contactos sociales. Aunque lo hemos vivido de aquella manera, porque teníamos nuestra red social a través de las pantallas. Nos hemos dado cuenta de que eso no es vida, de que echas en falta muchas cosas y sobre todo cosas que son determinantes en tu calidad de vida o tu bienestar.
P.– Buscando el lado positvio, ¿crees que la pandemia ha servido para algo?
R.– De lo que ha servido la pandemia ha sido para poner de relieve esa otra pandemia silenciosa que ya existía de antes y que va a seguir existiendo y resalta la necesidad de desarrollar unos planes, unas políticas públicas en la que todas las entidades presentes en un territorio, colaboren para intentar identificar a todas estas personas que viven en soledad no deseada. Ojo, que hay personas que viven solas porque quieren. Pero hay que intentar identificar a estas personas más frágiles, para evitar que empeore su situación. Porque está demostrado que la soledad no deseada implica un deterioro físico, cognitivo, e incluso emocional que como consecuencia última o fatal, pueda fallecer antes de tiempo.
"La pandemia nos ha dado la oportunidad de experimentar cómo se siente una persona sola. Y eso no es vida"
P.– Cambiando radicalmente de asunto, nos gustaría preguntarle por la especialidad de Geriatría, que se centra en las personas mayores. ¿Por qué hay tan pocos geriatras en España?
R.– Tampoco lo sé. Supongo que no es atractivo trabajar con personas mayores. Una cosa que tiene el edadismo es que no solo afecta a la persona mayor en sí, sino a todos los que trabajan con ellas. Digamos que decir soy psicogerontólogo especializado en personas mayores, no es tan atractivo como decir, soy neuropsicólogo o psicoterapeuta de parejas... No tiene el mismo reconocimiento social, por no hablar del económico. Los trabajadores que se dedican a trabajar sobre todo en el ámbito social, en residencias de mayores, centros de día, cuidados de larga duración, tienen un peor convenio que los sanitarios o que sus homólogos en el sistema sanitario.
¿Por qué hay tan pocos geriatras o gerontólogos en el sistema público? Eso depende de las competencias de las comunidades autónomas… Desde la SEGG sí que intentamos potenciarlo e influir en estas comunidades autónomas, para que contraten más y lo incorporen como un servicio. Porque si en 2050 vamos a tener un 30% de población mayor –ahora es el 20%– habrá que diseñar unos servicios adecuados a estas nuevas necesidades. Y en ese sentido necesitamos potenciar más la presencia de profesionales sanitarios especializados, médicos, geriatras, en atención primaria y atención comunitaria. También potenciar la figura de los gerontólogos, profesionales sanitarios especialistas en gerontología, psicólogos, especializados en gerontología, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, todo aplicado a esta especialidad.
"Ni un niño sin pediatra, ni un mayor sin geriatra”
P.– Claro, los niños sí tienen un médico propio..
R.– Sí, es un ejemplo sencillo. En un centro de salud, un bebé, un niño, no va al médico de cabecera normal sino que va a un pediatra. Una persona mayor va al mismo médico que yo que tengo 35 años. Es muy buen médico, pero todos entendemos que será mejor que le trate un especialista. Si me duele la cabeza iré al neurólogo, no iré a un cardiólogo, ¿no? Iré al especialista. Por eso me parece muy interesante una campaña que lanzaron desde las propias asociaciones de mayores que el eslogan era muy pegadizo y a mí se me quedó: Ni un niño sin pediatra, ni un mayor sin geriatra”.
Y creo que es el objetivo que se debería potenciar. Primero que haya geriatras en todos los hospitales públicos, que sirvan también de enlace a otros recursos como pueden ser las residencias, pero creo que también es importante que en los propios centros de atención primaria, que son los más cercanos al ciudadano, haya también profesionales específicos para ello. Por eso sería muy positivo que se implantara la geriatría comunitaria en la atención primaria.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.