Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorGracias al trabajo de todos, el reciclaje cada día forma más parte de nuestro día a día. En 2019 cada español depositó 17,1 kg de envases de plástico, latas y briks en el contenedor amarillo (un 9,1% más que en 2018) y 19,4 kg en el contenedor azul (7,2% más que en 2018), tal y como indica Ecoembres. Este crecimiento no va vinculado al aumento del consumo en los hogares sino que es resultado de una interiorización del hábito de reciclar entre la ciudadanía.
Sin embargo, no se trata solo de reciclar, sino de hacerlo bien. Y para ello, podemos seguir unos simples consejos que nos ayudarán en un proceso cada vez más necesario para el medio ambiente. El trabajo de reciclar empieza en nuestro hogar ya que si en el momento de depositar un residuo en la basura, ya nos hemos organizado será mucho más intuitivo. Existen cubos de diversos tamaños y con los colores correspondientes para no confundirnos sobre lo que tenemos que depositar en cada contenedor de reciclaje. Si además, ponemos una bolsa dentro de cada cubo, será más higiénico y más fácil retirar el contenido. Podemos tener los contenedores en la cocina porque así nos resultará más práctico separar los residuos mientras cocinamos o limpiamos, y si doblamos y comprimos los envases y cartones ahorramos espacio y aumentamos su capacidad.
Debemos tener en cuenta que los restos de comida que quedan en un envase son un problema, porque contaminan el material reciclable. De modo, que la regla que tienes que recordar para reciclar es que sea limpio, vacío y seco.
Otro problema con el que nos encontramos habitualmente son los envases que combinan más de un material, como papel y plástico. Si no podemos separarlos, no son reciclables y deberemos depositarlos en el contenedor gris.
Si tenemos dudas, existen asistentes virtuales que pueden resolverlas al instante como el buscador de residudos del Ayuntamiento de Barcelona, una herramienta que os permite identificar el destino de cada uno de los residuos domésticos, facilitando una correcta gestión y la consiguiente mejora ambiental.
Una gran cantidad de plástico simplemente no es reciclable. De forma general, los que se pueden reciclar y por tato tirar al contenedor amarillo son los envases. Los juguetes de plástico, los biberones y chupetes, utensilios de cocina o los cubos de plástico ... deben ir al contenedor de restos, es decir el gris.
En el contenedor azul depositamos envases de papel y cartón. Pero en algunas ocasiones cometemos errores por la composición material de algunos residuos. Uno de los principales errores que cometemos es con el tetrabrik de leche o de zumo. El brik siempre va al contenedor amarillo, ya que está compuesto por cartón, plástico y aluminio. En cuanto a los desechos diarios como servilletas de cocina o papeles sucios deben ir en el contenedor de desechos orgánicos: el contenedor marrón.
En cuanto al contenedor verde, es fundamental diferenciar entre vidrio y cristal. Es frecuente que a la hora de deshacernos de elementos de cristal los depositemos en el contenedor verde y es un error. Por ejemplo, las bombillas no van en el contenedor verde, sino que debemos llevarlas al punto limpio o centro de recogida.