El próximo día 5 se inaugura en Ginebra (Suiza) una edición más del Geneva Motor Show, sin duda el salón del automóvil más importante del Mundo. Cerca de 900 modelos y 150 novedades mundiales y europeas entre las que va a destacar un vehículo que llenará de añoranzas a los aficionados españoles: el “Carmen”. Un superdeportivo de la legendaria marca Hispano Suiza. De momento no es más que un prototipo y se desconocen muchos de sus datos técnicos y sus posibilidades de convertise en un modelo real que podamos ver circular por las carreteras de cualquier rincón del mundo. Pero al menos, el primer paso ya está dado y se ha pasado del boceto en las pantallas de los ordenadores a la construcción real de una carrocería y un motor.
Comencemos por decir que Hispano Suiza es una marca de automóviles nacida en Barcelona en 1904 como fruto de los diseños del ingeniero suizo Marc Birkigt asociado al empresario Damià Mateu i Bisa. Durante varios años, los Hispano Suiza son los automóviles más lujosos y potentes fabricados en España y competidores directos de Rolls Royce, Daimler o Benz. Pero es el monarca Alfonso XII el que pone de moda no solo la afición al automovilismo entre las casas reales europeas, sino que es un ferviente impulsor de la marca Hispano Suiza. La producción en los primeros años 20 alcanza las 200 unidades anuales, que es una cifra excepcional para la época.
El comienzo de la guerra europea en 1914 ofrece oportunidades de negocio para la marca que deriva la producción industrial hacia los motores de aviación y vehículos militares. En 1917 el aviador aliado Georges Guynemer es abatido sobre Bélgica. En su aeronave con motor Hispano estaba pintada una cigüeña. Y este símbolo pasa a identificar a los Hispano Suiza. Los motores de aviación se sitúan entre los más prestigiosos del mundo y la aeronave Jesús del Gran Poder, con motor Hispano Suiza cruza por primera vez el Atlántico entre España y Brasil en 1929.
Ya por entonces, la inestabilidad social de Barcelona aconseja trasladar la producción a otros centros. Se construyen las fábricas de Paris y Guadalajara. Después de la guerra mundial hay un cisma entre las empresas española y francesa. Ambas utilizan la misma denominación Hispano Suiza y disponen de capital social cruzado, siendo el origen de la actual situación de duplicidad de marcas.
Durante la guerra civil española la actividad de las plantas en España prácticamente desaparece, transformadas en instalaciones para la producción y reparación de vehículos militares. Finalizada la contienda Franco entra en Madrid a bordo de un Hispano, pero es ya prácticamente el estertor de la marca. Lo poco que quedaba se engloba en lo que posteriormente sería ENASA-Pegaso, propiedad del Estado a través del Instituto Nacional de Industria.
La parte francesa continúa con la producción de algunos modelos de automóviles hasta 1938. Posteriormente la II Guerra Mundial dejó en el olvido a la prestigiosa marca española de automóviles entre cuyos propietarios cabe señalar no sólo a Alfonso XII, sino a Gustavo V de Suecia, Carlos II de Rumania, el príncipe Luis II de Mónaco, el príncipe de Gales, el Sha de Persia, Guggenheim, Rothschild, Albert Einstein o Pablo Picasso.
En la actualidad sigue existiendo una doble propiedad de la marca. Por un lado la marca española, que ha sido rescatada del INI por la familia Suqué-Mateu, herederos de Damià Mateu i Bisa (1864-1935) creador de Hispano Suiza y con actividad económica en casinos, hoteles, restauración y área industrial a través de la sociedad “La Hispano Suiza fábrica de Automóviles” a cuyo frente está Miguel Suqué Mateu, bisnieto del fundador.
Hace ya muchos años que Miguel Suqué quiere reeditar la construcción de los Hispano Suiza de sus antepasados. Y ya en 2001 presentó también en el Salón de Ginebra un “concept car” que nunca llegó a construirse en serie. Se trataba del bautizado como K8, construido artesanalmente por Mazel, una empresa de desarrollos industriales radicada en Barcelona. Aquel K8 estaba movido por un motor de 8 cilindros en V y 360 caballos de potencia máxima. Un superdeportivo de casi 5 metros de longitud. Un año antes la misma empresa Mazel presentó el HS21, que solo era un boceto a tamaño real, sobre un chasis del Renault Spider. No tenía motor y solo se trataba de un estudio de carrocería.
Así las cosas, ahora se anuncia para la semana próxima en Ginebra un nuevo “concept car” de Hispano Suiza, bautizado Carmen en honor a la nieta del fundador de la marca. Aun no se han desvelado sus características mecánicas y solo se sabe que esta movido por un motor eléctrico desarrollado por QEV Technologies. Una empresa de ingeniería con sede en Barcelona que ha colaborado en distintos proyectos de Formula E, además de trabajar como centro europeo de I+D para la marca china BAIC.
Como no podía ser de otra manera, el lujo es la característica dominante, con una influencia “art decó” en las líneas maestras de su carrocería apenas desvelada. Las posibilidades de que este “Carmen” llegue a convertirse en un coche real son verdaderamente escasas. Entre otras cosas, porque hay que construir un mínimo de unidades, que tienen que someterse a pruebas de choque para su futura homologación. Algo que está al alcance tan solo de los grandes constructores mundiales. Pero siempre nos quedan los sueños.
Ya comentamos que Hispano Suiza se desdobló en otra sociedad, con el mismo nombre, surgida de la empresa radicada en Francia y que hoy tiene su sede en Alemania. Hispano Suiza Automobile Manufaktur AG también va a presentar en el salón de Ginebra un nuevo Hispano Suiza, denominado Magauri HS1 GTC, con una carrocería sobre la mecánica del Lamborghini Huracan, a cuyo motor se le han añadido dos compresores eléctricos para superar los 1.000 caballos de potencia. Anuncia una velocidad máxima de 380 kilómetros por hora y tiene un precio de 2,2 millones de euros. No creemos tampoco que pase de esta fase de prototipo, pero quedará al menos en los anales de lo curioso.