Relacionan el índice de masa corporal con la posibilidad de desarrollar demencia en la vejez

Enfermedades neurodegenerativas como la demencia son constantemente objeto de estudio por expertos de todas partes del mundo. A diario se publican nuevos hallazgos sobre esta enfermedad y consejos sobre cómo retrasar su aparición. 

El último estudio que se publicará en el Journal of Alzheimer's Disease y cuyos resultados ha adelantado el medio científico EurekAlert , ha analizado la posible relación entre  el índice de masa corporal (IMC) que tienen las personas en la vejez y la demencia. 

"Es probable que la prevalencia de la demencia aumente en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población, y todavía no hay cura para la demencia", explica el  doctor Karel Kostev, que trabaja en el Departamento de Epidemiología de la The Human Data Science Company (IQVIA).

"En vista de esto, IQVIA ha estado llevando a cabo diferentes estudios que investigan los factores de riesgo de la demencia con el fin de prevenir su aparición, particularmente en pacientes de edad avanzada", asegura, Kostev.

Los resultados de la investigación sugieren que la relación entre el IMC y la demencia afecta de manera diferente a hombres y mujeres. Para llegar a este conclusión, se utilizaron los datos de la base de datos de Analizadores de Enfermedades de la IQVIA, entre los que se encontraban datos demográficos, de diagnóstico y de prescripción de pacientes en Alemania.

En concreto se centraron en una de las 832 prácticas generales en Alemania entre enero de 2006 (primera visita) y diciembre de 2019. También tuvieron en cuenta los datos disponibles sobre el IMC desde un año antes de la fecha del índice y un año antes de ser diagnosticados con demencia o el último año seguimiento, que los pacientes fueran mayores de 65 años cuando empezó el seguimiento y que no hubieran sido diagnosticados con la enfermedad antes de comenzar.

Una vez recopilaron toda esta información de 296.767 pacientes, tomaron como referencia el valor medio del IMC entre las fecha de inicio y fin, se establecieron cuatro categorías: peso inferior (menos de 18,5 kg/m2 de IMC),  (es decir, IMC 18,5-<25 kg/m2), sobrepeso ( IMC 25-<30 kg/m2) y obesidad (IMC =30 kg/m2). 

Además, entre las variables de control se incluyeron el sexo, la edad y las comorbilidades (es un término que se utiliza para referirse a la presencia de uno o más trastornos además de la enfermedad o trastorno primario) que se documentaron durante los cinco años previos al diagnóstico. 

Diferencias entre hombres y mujeres

El estudio concluyó que el 0,9 % se encontraba en la categoría de bajo peso, un 25,% en peso normal, el 41,5% tenía sobrepeso y un 32,1% obesidad. Además, la incidencia de demencia en las personas con bajo peso descendió un 11,6%, en comparación con el 8,7% de las personas con obesidad.

En cuanto a los resultados por sexos, en las mujeres solo se relacionó de forma negativa el sobrepeso con la demencia. Mientras que en los hombres, el bajo peso se asoció de manera positiva con la demencia indefinida, no como la obesidad y el alzhéimer. 

"Parece que hay una relación fuerte y positiva entre el bajo peso y la demencia en los hombres mayores. En este contexto, los deterioros cognitivos deben evaluarse regularmente en pacientes varones mayores con IMC <18,5 kg/m2", señaló el doctor Louis Jacob que trabaja en la Unidad de Investigación y Desarrollo del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, de Barcelona.

"Además, se deben implementar intervenciones destinadas al aumento de peso en esta población, y estas intervenciones pueden incluir suplementos nutricionales, refrigerios de alta energía y servicios de apoyo comunitario. Por otro lado, el sobrepeso puede proteger contra la demencia en las mujeres mayores, lo que sugiere que un exceso de peso moderado al final de la vida puede ser aceptable desde una perspectiva cognitiva", aseguro el experto.

A pesar de los hallazgos, los autores de la investigación matizan: "Se necesitan más estudios para corroborar o invalidar estos hallazgos en otros países y entornos. Además, se justifican más datos para comprender mejor las razones subyacentes de estas diferencias de sexo en las asociaciones entre el IMC al final de la vida y la demencia, y para caracterizar mejor el papel exacto que desempeñan las hormonas femeninas".

Y es que a pesar del gran tamaño de la muestra, no se disponía el IMC de muchos pacientes, y tampoco se disponía de información relativa a la actividad física y alimentación de los participantes, lo que puede alterar los resultados.