Desde este mes de enero, las residencias forales de Álava para personas mayores y personas con discapacidad intelectual incorporarán un nuevo protocolo específico para prevenir y actuar ante posibles agresiones a su personal. Y es que, según ha afirmado el diputado foral de Políticas Sociales, Gorka Urtaran, gran parte de las agresiones están relacionadas con "personas dependientes, frágiles, y altamente vulnerables".
De esta forma, se realizará una evaluación inicial y continuada del riesgo de comportamiento agresivo, y se recopilará información en el preingreso y el ingreso. Asimismo, se valorará el riesgo de comportamiento agresivo a través de escalas e instrumentos específicos.
"La agresividad de estas personas usuarias carece de intencionalidad deliberada, y se manifiesta como una forma de respuesta o de expresión fallida de las limitaciones que tienen para entender lo que hacen y para controlar sus actos", ha explicado el diputado, que ha presentado este lunes el nuevo procedimiento de actuación en las residencias y centros de atención diurna del IFBS.
Además, se llevará a cabo un plan de formación y sensibilización para el personal. De esta forma, se busca facilitarles la tarea de identificar, prevenir y manejar situaciones de riesgo de agresión, así como garantizar su seguridad y el bienestar, también de los usuarios atendidos.
En este sentido, Gorka Urtaran ha destacado "la importancia del papel del personal de los centros para facilitar una experiencia positiva y enriquecedora para quienes reciben los cuidados".
"En las personas con demencia, constituyeuno de los síntomas más preocupantes el comportamiento agresivo, provocado por múltiples factores, como la presencia de patología psiquiátrica previa o añadida, como el trastorno de personalidad, o los delirios, las ilusiones o las alucinaciones, pero también por la dificultad o imposibilidad de expresión y comunicación de necesidades no resueltas de dolor, malestar, e incomodidad, e incluso por trastornos del estado nutricional", también por la "falta de comprensión de la persona cuidadora de la realidad subjetiva y de la propia percepción de necesidades que tiene la persona con deterioro, que le lleva a rechazar los cuidados", explican desde la Diputación Foral en una nota.
Y señalan que el 70% de las personas con deterioro cognitivo manifiestan agresividad, entre el 30% y el 50% en las personas con alzhéimer, el 40% en personas con demencia frontotemporal y demencia vascular, un 30% en personas con demencias con cuerpos de Lewy, entre un 10% y un 18% en personas adultas con discapacidad intelectual y hasta el 85% en personas con discapacidades graves y múltiples que viven en residencias.
Además, el diputado foral ha presentado otro documento que actualiza el protocolo existente sobre violencia externa, es decir, la que proviene de personas usuarias demandantes de servicios, familiares y público general, centrándose en la formación de los profesionales.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.