Los contagios en las residencias de mayoresse están estabilizando a nivel estatal. Tras un inesperado repunte de casos al principio del verano fruto, según apuntan la mayoría de expertos, de la quinta ola y de la variante delta, las infecciones semanales han descendido en la mayoría de comunidades autónomas.
Con datos del 8 de agosto del Imserso, sólo Andalucía, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y País Vasco aumentan considerablemente respecto a la semana anterior su número de casos activos. El resto descienden progresivamente, al mismo tiempo que la quinta ola va, lentamente, atenuándose.
Con todo, la curva de fallecimientos sigue subiendo, llegando a los 104 decesos en una sola semana. Una cifras, no obstante, muy alejadas de las que se registraban antes de la vacunación, cuando, pese a las restricciones, el Covid provocaba centenares de muertos a la semana.
Fuente: Imserso.
Así, ahora, con los centros parcialmente desconfinados –menos en ciertas regiones que siguen aplicando limitaciones a las salidas o hacen test para las visitas–, la nueva realidad que viven las residencias es que los fallecimientos se han convertido en testimoniales, gracias a la amplia vacunación de trabajadores y usuarios, pero no se ha logrado evitar un aumento importante de los contagios.
Y es que, las dos dosis de la vacuna no impiden siempre la infección, por lo que el virus estaría entrando no sólo vía trabajadores o familiares sin la pauta completa sino también a través de los propios empleados que han recibido las dos inyecciones.
Por ello, cabe preguntarse, ¿están las residencias a salvo de una nueva ola? ¿Es inevitable que siga habiendo casos, aunque se alcance un 85% de inmunidad colectiva en todo el país? ¿Se prevendrían las infecciones con una tercera dosis?
65Ymás ha conversado con varios expertos que tratan de arrojar luz sobre estas cuestiones.
Tercera dosis, un parche que podría proteger temporalmente
En primer lugar, según los científicos con los que ha conversado este diario, cabe señalar que no, las residencias no están exentas de sufrir una nueva ola si sigue habiendo transmisión en el resto de la comunidad. Algo, que podría suceder si el coronavirus se hace endémico.
Y es que los centros sociosanitarios –aunque mantengan ciertas restricciones y más del 90% cuenten con cierta protección contra el Covid-19– no son islas aisladas del resto del mundo y el patógeno puede seguir circulando a través de quienes entran y salen de estos edificios.
Eso sí, matizan los expertos, por el momento y mientras el patógeno no eluda del todo la protección de la vacuna, hay formas de limitar el impacto de una hipotética futura ola en residencias. Y una de ellas sería inocular la tercera dosis. Una política, que ya aplican países como Israel, Francia y Estados Unidos con la población vulnerable o con el conjunto de los mayores.
"Hay varias medidas que se deberían estar tomando: mirar niveles de anticuerpos en personas de más de 65 años que fueron los primeros en vacunarse e ir pensando en las dosis de refuerzo para ellos", propone la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde).
Los brotes podrían ser de menos usuarios
Coincide con la científica el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria), José Augusto García Navarro. "La quinta ola nos está enseñando que, a pesar de tener un alto porcentaje de personas vacunadas, no hay una certeza del 100% de que no se contagien. Así que, si hay una sexta ola, afectará a las residencias", señala.
Con todo, el efecto de la vacuna aporta una "inmunidad robusta", matiza. Una protección, que se traduce en datos como que esté habiendo menos ingresos hospitalarios e incluso, que los brotes –que "en la tercera ola" eran de unas 18 personas de media–, en la actualidad, hayan pasado a ser de unos "cuatro", gracias a que no todos los usuarios se contagian y que los propios vacunados están, por lo que se observa, transmitiendo menos.
Además, señala García, el refuerzo de la vacuna podría reducir aún más la posibilidad de contagiarse. "Acaba de salir un estudio de Pfizer que dice que es bueno un recuerdo a los ocho meses y que los anticuerpos se multiplican. Habrá que programarlo para personas inmunodeprimidas y mayores vulnerables en residencias o en domicilio. Tendrán que tener la tercera dosis y creo que es inminente que se de el visto bueno. Podría ser en estas semanas", anticipa.
Una afirmación, que comparte el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología (@AEV_Vacunas), Fernando Moraga-Llop, que además de proponer vacunar completamente a toda la plantilla que trabaja en residencias –un pequeño porcentaje no ha querido vacunarse–, entiende que será necesaria una tercera dosis para los usuarios mayores más vulnerables que no hayan generado una buena inmunidad.
"No hay una evidencia de que ponerla de forma generalizada sea necesario, en este momento. Pero es evidente que hay algunos grupos que tienen una reacción más disminuida por una enfermedad o por la edad. Y, en estos casos, por lógica biológica es necesaria una nueva dosis", prevé.
No sólo vale con la vacuna
A pesar de todo, añade por su parte el presidente de la SEGG, José Augusto García Navarro, la tercera dosis no librará a los centros del virus y, por esta razón, se debería seguir trabajando, "hasta que veamos como convivimos con el virus de forma endémica", en mejorar la sectorización e intentar ir hacia unidades de convivencia "más pequeñas" donde sea más difícil que entre el Covid.
Igualmente, tampoco se deberían dejar de usar, comenta la médico especializada en Salud Pública, María Sáiz, otras "medidas preventivas no farmacológicas mientras dure la pandemia", tales como la mascarilla, la distancia o la limitación de aforos.
Controlar la transmisión a nivel general para proteger a las residencias
Una opinión, que comparte el epidemiólogo y director del área de Investigación en Servicios de Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró, que entiende igualmente que es "casi imposible" que, si hay transmisión en la comunidad, esta no acabe llegando a las residencias.
Por ello, el experto entiende que las principales medidas deberían aplicarse al conjunto de la sociedad para prevenir estas infecciones. Unas restricciones, que deberían pasar, "sobre todo, por el control de los espacios interiores –ventilación, aforos, mascarillas...– y por la reducción de eventos masivos –incluyo fiestas: me parece que las no-fiestas de la virgen de agosto nos darán dolores de cabeza en los próximos días–".
Del mismo modo, el experto pide seguir "vacunando lo máximo posible" ya que "contribuye a reducir la transmisión".
Y en tercer lugar, puntualiza, también se podrían aplicar medidas en concreto en las residencias para reducir los riesgos, como fomentar la "ventilación, el control de espacios comunes y de las visitas". "No es preciso ir a políticas hiper-restrictivas, pero no se pueden dejar de tomar las básicas, aunque todos estén vacunados. Al aire libre, se pueden relajar algunas", recomienda.
Finalmente, concluye, habría que "vigilar la inmunidad". "No hace falta hacer pruebas de serología a todos –basta con estudios muestrales, como el que llevamos en ProVaVac en Valencia–. Y, según estos datos, habría que valorar una tercera dosis. De momento, no la veo necesaria de forma generalizada en personas mayores, pero hay que mirar cómo evolucionan los datos", indica.
Y es que, prosigue, las dos dosis están aportando una gran protección a los mayores en residencias e incluso los datos de mortalidad real "por Covid" podrían ser menores de los que se están dando actualmente.
Por ejemplo, explica, "en la Comunidad Valenciana, desde el 15 de marzo de 2021" ha habido "178 positivos y 0 fallecidos –aunque creo que hay un par en la UCI en muy mal estado–". "Y hablamos de unas 23.500 personas en residencias de mayores", apunta.
Datos de la Comunidad Valenciana –.
Por este motivo, argumenta, "no acabo de entender esas noticiasque veo en la tele de nueve residentes fallecidos en una sola residencia –Los Pedroches–".
"En todo caso, nota que contamos decesos 'con' Covid –personas que fallecen con una PCR positiva–, pero no necesariamente 'por' Covid. Eso, lía un poco en este momento que hacemos tanta prueba –sobre todo en residencias–", puntualiza.
A pesar de todo, estén falleciendo por el virus, por la desestabilización de una patología previa o por un infarto estando infectado, es "importante", advierte, controlar la transmisión para que no llegue a las residencias. "Hay que dejarse de tonterías de pasaporte Covid/prueba de antígenos para entrar al interior de un bar o irse de fiesta o cumpleaños", critica.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.