La pesadilla vivida en las residencias de mayores parece que ya está llegando a su fin. Desde el mes de marzo y gracias a que más de 90% de los residentes se han vacunado con dos dosis, los contagios y las muertes por coronavirus han caído en picado y estos centros, donde han muerto más de 30.000 mayores por Covid y que han permanecido aislados durante meses, se han podido abrir poco a poco al exterior, aunque muy progresivamente y siempre manteniendo medidas de seguridad y la distancia.
Así, desde marzo es raro que se declaren brotes –sí casos aislados– en residencias y, cuando esto ocurre, suele ser porque alguna persona no vacunada ha introducido el virus y la mayoría de usuarios infectados suelen ser asintomáticos.
Fuente: Imserso, a día 23 de mayo.
Libres de Covid
Por poner un ejemplo en cifras del efecto de las vacunas en estos centros, si en enero de 2021 llegó a haber casi 5.000 casos a la semana, ahora, con datos del 23 mayo, los contagios han bajado a 50 en 7 días para todo el país –sobre una población de más de 300.000 residentes y con una incidencia en la comunidad superior a los 100 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días–. Yendo al detalle, esa semana, 13 regiones y una ciudad autónoma no registraron ningún positivo y, las demás, notificaron brotes de uno, dos o tres casos como mucho, salvo Andalucía –cuatro residencias con contagios y 22 positivos– y Aragón –dos centros y 19 positivos–. Recientemente, se declararon dos brotes, uno en un centro de Madrid con 21 casos y siete hospitalizados y otro en Álava en la primera residencia vasca que registró casos en País Vasco en 2020, donde ha habido una decena de contagios asintomáticos.
Y esta inmunidad grupal también se nota en las cifras de mortalidad que han bajado sustancialmente. Frente a los 800 decesos por covid a la semana que se registraban en enero de 2021, actualmente, hay días en los que no se notifican más de uno o dos fallecimientos por coronavirus, según los datos que aporta el Imserso.
Incluso, en ciertas Comunidades Autónomas pasan semanas sin muertes por Covid en residencias: del 17 al 25 de mayo Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, País Vasco, La Rioja y Ceuta no tuvieron ningún fallecido por Covid en centros residenciales. Por contra, en Cataluña murieron, habiendo dado positivo en un test de coronavirus, dos personas y, en Madrid, tres. Unas cifras, que, con todo, son muy distintas a las de los momentos previos a la vacunación, teniendo en cuenta que estos centros fueron uno de los principales focos de contagios durante la pandemia, sobre todo, en la primera ola.
El desconfinamiento que no termina de llegar
Por ello, y visto el efecto protector de la vacuna, los representantes del sector y los familiares entienden que, poco a poco, se deberían desconfinar del todo las residencias, que ya permiten –por protocolo– salidas, pero no una cercanía total entre familiares y residentes, ni tampoco acceder a ciertas zonas de los centros.
"La vacunación ha dado tranquilidad a los familiares en cuanto a las posibilidades de contagio de los suyos y en cuanto a la menor gravedad, en caso de brote", comenta el presidente de la Plataforma de familiares Pladigmare (@pladigmare), Miguel Vázquez.
Sin embargo, añade, "hay una cierta intranquilidad en cuanto al porcentaje que, a nivel general, parece pequeño, aunque en algunas CC.AA. es inquietante, de trabajadores que no se quieren vacunar". "Entendemos que hay que hacer una labor didáctica para solucionarlo y que, en última instancia, se debería buscar una solución legal para reducir al máximo las posibilidades de que se vuelva a repetir una tragedia", señala.
Además, prosigue, "existe mucho malestar con el régimen de visitas y salidas". "Tememos que se puedan prolongar en el tiempo las restricciones y aunque actualmente hay un nuevo protocolo que permite entrar en las habitaciones de los vacunados, es muy grande el margen de discrecionalidad que tienen las Direcciones de las Residencias para justificar que no se recupere la normalidad que el avance de la vacunación debería permitir. Las restricciones a las visitas de los familiares argumentando condiciones de seguridad, se pueden convertir en muchas ocasiones en una coartada para que el poco control que pueden hacer los familiares cuando visitan a los suyos no se produzca", denuncia.
La patronal, a favor de la apertura
Por su parte, las patronales se muestran a favor de flexibilizar más aún las medidas y los procolos. "En general, la situación de las residencias actualmente es de una recuperación total de las actividades, de las visitas y de las salidas de los residentes. Seguimos aplicando los protocolos que se dictan en cada una de las CCAA, pero la flexibilización de los mismos va siendo la tónica habitual. Por parte del personal se vislumbra la satisfacción de tener controlada la situación y de retomar la rutina habitual en nuestros centros. Estamos recuperando el bullicio habitual, el "ruido" normal de las residencias, las conversaciones, los desplazamientos por los pasillos, las terapias que se realizan, y la ilusión por descubrir quién viene a visitar a los mayores. Seguimos aplicando medidas de prevención, pero afortunadamente cada vez se van relajando más los protocolos", sostiene el secretario general de la organización empresarial AESTE (@AESTE_oficial), Jesús Cubero.
"La sociedad valora el alto grado de seguridad que hay actualmente. Las familias saben que con la vacunación nos hemos convertido en centros seguros para los mayores, y se está notando en un incremento paulatino y continuo en el número de plazas ocupadas. La tendencia es ascendente, sostenida en el tiempo y, por lo tanto, positiva", afirma.
Desde la patronal Ceaps (@cea_ps), su presidenta, Cinta Pascual, asegura que las residencias de mayores "son espacios seguros" y que, poco a poco, están "recuperando toda la normalidad que tanto deseabamos". "Tanto las personas usuarias como los familiares y los profesionales estamos disfrutando de pequeñas cosas que antes hacíamos, como las actividades al aire libre, salir a pasear o compartir momentos de placer todos juntos en los jardines. Las familias eran una parte muy importante en los centros y, poco a poco, vuelven a venir, sobre todo, para recoger a sus familiares. Estamos a punto de hacer el paso para entrar en las instaciones", adelanta.
Niveles de alerta
Nivel 1
Nivel 2, 3, 4
Recomendaciones para Residencias
Garantizar las medidas de higiene y prevención y una ventilación adecuada.
Asegurar el escalonamiento y organización de las visitas garantizando las medidas de distanciamiento e higiene y prevención y una ventilación adecuada y bajo supervisión.
Estas medidas se irán flexibilizando según el estado vacunal de los internos y trabajadores del centro.
Documento de 'Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de COVID-19' del Ministerio de Sanidad.
Una población residente diezmada
Finalmente, los trabajadores ven asimismo con cierto alivio esta nueva normalidad en las residencias, pero también contemplan con pesar el panorama que ha dejado la pandemia.
"Debido al elevadísimo índice de mortalidad que se ha producido durante la pandemia, sobre todo en la primera ola, la población usuaria de residencias se ha visto muy mermada. La ocupación de las residencias es mucho menor que antes de la pandemia. El problema es que también han disminuido las plantillas, porque las empresas concesionarias de las residencias públicas y las propietarias de las residencias privadas han visto una oportunidad para reducirlas argumentando la reducción de usuarios. Sin embargo, como no cumplían las ratios con anterioridad a la pandemia, la consecuencia ha sido que en la actualidad el panorama es similar a la situación en 2019: menos usuarios con menos plantilla, las ratios de personal por usuario no se cumplen y hay un déficit de personal que repercute en la calidad asistencial de los y las residentes", sostienen desde la Federación de Sanidad de CCOO Madrid (@CCOOMadrid).
Y critican: "Desde el punto de vista de los y las trabajadores/as la carga de trabajo vuelve a ser muy elevada, no se cubren excedencias ni las ausencias por vacaciones u otros días libres de personal y tampoco los huecos que dejan los trabajadores que están de baja por enfermedad, maternidad, paternidad, etc. Todo ello repercute directamente en los usuarios que no están atendidos debidamente por la falta de personal. Los trabajadores y las trabajadores nos transmiten que es muy difícil volver a la normalidad debido a que se arrastra un déficit endémico de personal y las empresas además, viendo como merman sus ingresos económicos por el descenso de usuarios, están endureciendo sus políticas de recursos humanos, reduciendo al máximo la contratación a pesar del riesgo que ello conlleva para nuestros mayores".
Un objetivo, el del aumento de personal que comparten tanto organizaciones de trabajadores como las propias de familiares. "La situación anterior a la pandemia era indeseable: falta de personal, falta de control y predominio de lo privado sobre lo público. Hay que establecer otras ratios, con criterios científicos que aborden el tiempo que requiere la debida atención a los mayores en función de su grado de dependencia, por turnos y por puestos de trabajo. Nada de contratar más personal "a voleo", sin ningún criterio (salvo el que todos vemos: que hace falta más) para salir del paso, como se anuncia en algunas CC.AA. Hay que institucionalizar la participación de los familiares (elegidos entre y por ellos), en los órganos de representación de los residentes y extender su creación a todas las residencias, sea cual sea su titularidad y tengan, o no, financiación pública de cualquier tipo. Y se debe establecer un Plan de Creación de Residencias Públicas para cumplir con las recomendaciones de la OMS de tener un parque de plazas equivalente al 5% de la población mayor de 65 años", propone el presidente de Pladigmare, Miguel Vázquez.
¿Tercera dosis en las residencias?
Por último, ahora, una vez que se vuelven a abrir progresivamente los centros, llega el momento de plantearse: ¿Qué pasará tras alcanzar la inmunidad de grupo y las residencias se abran completamente? ¿Será necesaria una tercera dosis en otoño como ya maneja como hipótesis plausible el Gobierno?
Y respecto a estas dos cuestiones, los expertos tienen opiniones para todos los gustos. "En principio no hace falta una tercera dosis para garantizar la máxima protección. Servirá para alargarla más tiempo", opina el investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip (@DrMacip), que adelanta que "con todas las personas en residencias (y los trabajadores) vacunados con dos dosis, las restricciones se podrían relajar, aunque habrá que continuar teniendo cuidado".
"A mí me parece bien que se vaya haciendo poco a poco y, sobre todo, que se puedan juntar entre ellos y con los familiares. Lo de la mascarilla habrá que hacerlo con cuidado, según vaya bajando la prevalencia del virus", concluye por su lado la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde), que anticipa que, visto que algunos se siguen contagiando, no sólo necesitarán una tercera dosis los usuarios de residencias: "Es posible q los mayores de 65 tengan que vacunarse una vez al año". "Cada vez hay más datos que apuntan a que en mayores la inmunidad quizá no va a ser tan duradera", asevera.
Por su parte, el ex directivo de la OMS, Daniel López Acuña (@lopezacunad), apuesta también por la prudencia. "Aún no tenemos claro que tanto se han reducido las infecciones asintomáticas y las probabilidades de que se sigan produciendo contagios. No considero prudente abrirlas del todo. Especialmente, mientras la incidencia en la comunidad circundante siga siendo alta y la vacunación aún no abarque a un porcentaje suficientemente alto de la población".
Y respecto a la tercera dosis, opina: "No hay claridad todavía sobre si debe ponerse o no una de recuerdo. Tenemos que aprender más sobre la duración de la inmunidad generada con la vacuna en personas mayores. En mi opinión, debemos seguir siendo cautelosos y no relajar medidas como las mascarillas y la distancia física".
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.