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Reducir la ingesta total de calorías puede rejuvenecer los músculos y activar vías biológicas importantes para la buena salud, el bienestar y el envejecimiento saludable, según una nueva investigación, publicada en la revista Aging Cell.
Los investigadores analizaron los datos de los participantes en la Evaluación Integral de los Efectos a Largo Plazo de la Reducción de la Ingesta de Energía (CALERIE), un estudio respaldado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos, que examinó si la restricción moderada de calorías transmite los mismos beneficios para la salud observados en estudios con animales.
Descubrieron que, durante un periodo de dos años, el objetivo de los participantes era reducir su ingesta calórica diaria en un 25%, pero lo máximo que el grupo fue capaz de alcanzar fue una reducción del 12%. Aun así, esta ligera reducción de calorías fue suficiente para activar la mayoría de las vías biológicas importantes para un envejecimiento saludable.
"Una reducción del 12% en la ingesta de calorías es muy modesta --apunta el autor correspondiente y Director Científico del NIA, Luigi Ferrucci--. Este tipo de pequeña reducción en la ingesta de calorías es factible y puede hacer una gran diferencia en su salud".
A continuación, el equipo de investigación trató de comprender los fundamentos moleculares de los beneficios observados en investigaciones previas y limitadas sobre la restricción calórica en humanos. Un estudio demostró que los individuos sometidos a restricción calórica perdían masa muscular y una media de 9 kilos de peso durante el primer año y mantenían su peso durante el segundo.
Sin embargo, a pesar de perder masa muscular, los participantes en la restricción calórica no perdieron fuerza muscular, lo que indica que la restricción calórica mejoró la cantidad de fuerza generada por cada unidad de masa muscular, denominada fuerza muscular específica.
Para el estudio actual, los científicos utilizaron biopsias del músculo del muslo de los participantes en CALERIE que se recogieron cuando los individuos se incorporaron al estudio y en los seguimientos de uno y dos años.
Para averiguar qué genes humanos se veían afectados durante la restricción calórica, los científicos aislaron el ARN mensajero (ARNm), una molécula que contiene el código de las proteínas, de las muestras musculares. El equipo determinó la secuencia proteica de cada ARNm y utilizó la información para identificar qué genes originaban ARNm específicos.
Otros análisis ayudaron a los científicos a determinar qué genes estaban regulados al alza durante la restricción calórica, lo que significa que las células producían más ARNm, y cuáles estaban regulados a la baja, lo que significa que las células producían menos ARNm.
Los investigadores confirmaron que la restricción calórica afectaba a las mismas vías génicas en humanos que en ratones y primates no humanos. Por ejemplo, una menor ingesta calórica aumentó la regulación de los genes responsables de la generación de energía y el metabolismo, y redujo la regulación de los genes inflamatorios, lo que se tradujo en una menor inflamación.
"Dado que la inflamación y el envejecimiento están estrechamente relacionados, la restricción calórica es un método eficaz para prevenir el estado proinflamatorio que desarrollan muchas personas mayores", concluye Ferrucci.