Carlos Blanco Cocho
Sociedad
La restricción de líquidos en el equipaje de mano de los aviones tiene las horas contadas
Carlos Blanco Cocho
Domingo 8 de enero de 2023
ACTUALIZADO : Domingo 8 de enero de 2023 a las 9:28 H
5 minutos
Unas nuevas herramientas acercan el fin de la prohibición a recipientes de más de 100 mL
Muchos recordarán aquellos tiempos en los que acceder a tu vuelo no llevaba demasiado rato. No había tantos controles y podías presentarte en el aeropuerto sólo con una o incluso media hora de antelación. Sin embargo, esa época pasó a mejor vida y ya solo puebla los recuerdos de los que pudieron vivirla. Con los atentados del 11 de septiembre de 2004 –posibilitados, en gran medida, por la laxa seguridad–, se abrió una nueva era en los controles de los aeropuertos.
Entre todas las medidas que se implantaron, hay una que ha sido especialmente engorrosa: la prohibición de llevar más de 100 mililitros de líquido en el equipaje de mano. Ríos y ríos de colonia, de refresco o de cualquier otra materia líquida se han quedado en tierra por este motivo, olvidados en las basuras de los aeropuertos de todo el mundo. Pese a todo, parece que se trata de un requisito que tiene las horas contadas.
¿De dónde viene la prohibición?
La respuesta más rápida a esta pregunta es la siguiente: se hace para preservar la seguridad integral del avión, de los pasajeros y de los tripulantes.
Todo viene de una tentativa de ataque terrorista que fue atajada a tiempo por las autoridades británicas. En 2006, el personal del aeropuerto se dio cuenta de que Abdulla Ahmed Alí, ciudadano de ese país, trataba de introducir en un vuelo una botella con un extraño compuesto naranja. Era peróxido de hidrógeno –agua oxigenada con un tinte–, una sustancia peligrosamente reactiva. Su plan consistía en hacerla explotar mientras estuvieran en el aire.
Al examinar el caso y analizar detenidamente el explosivo, los laboratorios concluyeron que, en caso de que algún otro criminal tomara el ejemplo de Alí, necesitaría más de 100 mililitros para poder tirar un avión. Sin esa cantidad, sería imposible. De esta manera, para evitar cualquier susto y, al mismo tiempo, que la gente pudiera seguir llevando botellitas de viaje, marcaron esa cifra como el límite máximo de líquido que se podía llevar en un recipiente.
El fin se aproxima
Parece, sin embargo, que la historia de la prohibición vive sus últimos momentos. Y todo gracias a la tecnología. Se acaban de presentar unos nuevos y potentes escáneres de equipaje para tomografías computarizadas (CT) de última generación, capaces de analizar al mílimetro todo lo que contiene una maleta. Sin necesidad de abrirla y, por supuesto, sin necesidad de enseñar al personal del aeropuerto qué líquido estás metiendo en el avión. Cosa que también aplica para los dispositivos electrónicos, que también son detectados por la máquina.
Actualmente, se encuentran en periodo de pruebas en los aeropuertos londinenses de Gatwick, Heathrow y Stansted, donde la experiencia de viaje ha tomado un cariz completamente distinto. Las colas han menguado notablemente, la gente ve cómo no tiene que parar en los controles una y otra vez y los guardas pueden centrarse en los casos verdaderamente sospechosos.
Mientras tanto, en el Gobierno inglés han aprovechado el lanzamiento para publicar un nuevo proyecto de ley en el que se propone un límite actualizado. Según el texto, se podrían introducir botellas de hasta dos litros en los aviones. A los pequeñísimos frascos y botellines, visión usual hasta ahora, no les queda demasiado tiempo. "Hacia junio del 2024", asegura el Secretario de Transporte del Reino Unido, Mark Harper, "todos los aeropuertos británicos contarán con esta nueva tecnología, reduciendo los tiempos de espera y, sobre todo, ampliando la seguridad".
Mientras tanto, en España, no se ha anunciado nada. Ni AENA ni el Ministerio de Transportes han publicado algún comunicado informando sobre la posibilidad de implantar estos escáneres en los aeropuertos de este país.