Eva Mena es una estudiante de Comunicación Audiovisual cuya vida cambió completamente cuando se fue a vivir con sus abuelos en el confinamiento. Fue entonces cuando comenzó un proyecto fotográfico que culminó en un libro de fotografía, compuesto por fotos que hizo de su abuelo de 87 años en el campo mientras trabaja.
"Irme a vivir con mis abuelos en el confinamiento me ha cambiado la vida", contaba a CanalSur, de muchas formas. Tal y como explicaba en el programa, y muestra en cada una de sus fotografías, su abuelo Manolo le ha enseñado lo que es de verdad el amor o la paciencia, y preocuparse por lo verdaderamente importante en la vida.
"En una presentación de Pureza, me preguntaron qué era para mi el amor. Yo respondí que no podía dar una definición exacta y tangible, pero lo que tenía claro era que yo quería y merecía un amor como el que le tenía mi abuelo a mi abuela: era un amor paciente, no tenían ni un sí ni un no y él le ponía el café por las mañanas", contaba.
Muchas de estas imágenes fue compartiéndolas en sus redes sociales, algunas llegando a viralizarse por la sinceridad que muestra en cada una de ellas. "Ir al huerto de mi abuelo es como si yo fuese a terapia", explicaba Eva. "Mi abuelo es la persona más pura y noble del mundo", escribía en su cuenta oficial de Instagram al anunciar la publicación de su libro de fotografía, dando las gracias "a la vida por dejarme fotografiarlo".
Caras que cuentan historias de peso
En muchas de las imágenes que Eva comparte, muestra a su abuelo pero también a otros mayores del pueblo. "Me siento afortunada cada vez que escucho las historias de nuestros mayores, les doy espacio, tiempo, y compañía", señalaba.
En varias ocasiones, ha manifestado la "suerte" que tiene poder hacer lo que está haciendo, y de que su abuelo esté orgulloso de ella por ello. Inspirada por "la permanencia, lo cotidiano, las caras que cuentan historias de peso", como la de Aurelia, natural de Casares también.
"La perseguí porque me pareció guapísima. Le pedí hacerle una foto y me contó que tiene 77 años, seis hembras y un marío, pero que no lleva el anillo porque se lo tuvieron que cortar cuando la operaron. Una de las cosas que más me gustan de las personas mayores es la humildad y la pureza con la que posan, sin artificios ni ornamentos: posan con la verdad", eran sus palabras.
"Ellos no han tenido ni espacio ni voz ni tiempo, por eso me parece tan importante el hecho de reivindicar su persona", explicaba a su vez. "La vida que me está dando él, y la vida que le estoy dando, no lo voy a olvidar nunca".
Manolo solo ha tenido una única fotografía en su vida, una que le hicieron de joven cuando se casó, algo que ha cambiado por completo. "Por eso lo retrato ahora, porque me parece una forma de darle valor. Estoy haciendo un esquema de su vida que perdurará. Es mi mejor modelo".