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Las principales rutas de transmisión identificadas inicialmente para la infección por el nuevo coronavirus fueron la transmisión por gotitas y por contacto. Así, se identificó la transmisión aérea mediante partículas de aerosol como una de las rutas de transmisión más probables.
Especialmente con la relajación de las restricciones de comportamiento, las infecciones continuaron prevaleciendo, lo que hace que la prevención y la reducción de riesgos durante el transporte público sean un gran desafío. Con este objetivo, investigadores de la Universidad de Tsukuba (Japón) han analizado cuál es el riesgo de transmisión viral por el aire y cuándo se produce la máxima exposición.
En este estudio, los investigadores identificaron el riesgo de exposición al virus visualizando y midiendo el campo de flujo de partículas de aerosol derivadas del aire exhalado (corriente en chorro) durante encuentros cara a cara utilizando un maniquí móvil a gran escala y un sistema de velocimetría de seguimiento de partículas. Posteriormente, los investigadores compararon las diferencias entre las características aerodinámicas con y sin ventilación y sus efectos sobre el riesgo de exposición al virus.
Los investigadores encontraron que, con o sin ventilación, la cantidad de partículas de aerosol alcanzó su punto máximo dentro de los 5 segundos posteriores a los encuentros cara a cara y luego disminuyó rápidamente. Esto se observó durante actividades de caminar, trotar, correr y esprintar.
Cuanto mayor era la velocidad de tránsito, más pequeño se volvía este pico, lo que puede deberse al aumento en la velocidad relativa entre el aire exhalado y el aire ambiente que facilitó la difusión de partículas. El recuento promedio de micropartículas en el caso de una velocidad de paso de 5 km/h tendió a ser mayor que el recuento en el caso de otras velocidades de paso de 10 km/h, 15 km/h y 20 km/h.
Además, el estudio, que ha sido publicado en Nature, muestra que la cantidad de partículas de aerosol en condiciones ventiladas fue significativamente menor que en condiciones sin ventilación. También se cree que el riesgo de infección por aerosoles, que tienen un tiempo de residencia prolongado en el aire, es mayor que el riesgo de infección por gotitas, que tienen un tiempo de residencia corto en el aire.
Los resultados indican que, para reducir el riesgo de infección viral durante los encuentros cara a cara, medidas como interrumpir la inhalación, mantener una distancia física de al menos 1 m y posicionarse contra el viento, son efectivas dentro de los 5 segundos del cara a cara. Estos hallazgos pueden ayudar en la gestión del riesgo de exposición a virus transmitidos por el aire en general.