Los nuevos sénior ya no envejecen: entran en la sexalescencia pasados los 60 años
La actriz Rossy de Palma ha acudido como invitada al podcast Estirando el chicle y no ha dudado en reivindicar la importancia de acabar con los estereotipos que rodean a la edad: "Los 60 son el 'teenager' (adolescente) de la ancianidad", ha asegurado después de que una de las presentadoras del programa, Victoria Martín, comentara que le gusta su "faceta hedonista".
"En esta etapa quiero ser hedonista. Esta década me la quiero dedicar porque los 60 son el 'teenager' de la ancianidad", comenzaba diciendo la actriz.
"Yo me he dedicado mucho siempre a los demás, entonces ahora quiero vivir los momentos realmente y quitar la culpabilidad", aseguraba De Palma.
Sobre la culpabilidad añadía: "Mira, una de las cosas que me ha gustado del cine de Pedro Almodóvar, de los personajes femeninos, es que estas mujeres no tienen esta culpabilidad judeocristiana. O sea, pueden pasar por lo peor y luego dicen 'bueno, ya hemos salido de este horror a ver qué nos queda. Pues con esto vamos a ver'".
"O sea, siempre arriba. No tienen esta cosa fustigadora de la culpabilidad que la hemos sufrido porque nos viene ya en el disco duro este chungo de la tara femenina de sentirnos culpables, responsables.. Y entonces, la culpabilidad la tenemos que desalojar y he dicho bueno a ver si esta década desalojo ya completamente la culpabilidad de mi modus operandi", zanjaba.
Al escuchar sus palabras, Martín añadía que si "las mujeres no tuviéramos culpabilidad seríamos muy libres".
Las críticas a su físico
La actriz también ha hablado de las críticas que ha recibido a lo largo de los años por su físico y cómo esto parece que ya ha cambiado: "No me siento abanderada de nada, pero me encanta que ahora caras un poco peculiares no tengan que pasar por lo que yo pasé".
Y añadía:"A algunos les molestaba mi nariz, pero era un problema de ellos. Yo decía que no iba a cambiar algo que les molestaba a otros, pero no a mí. Me culpaban a mí de algo que yo no había elegido. Eso me abrió un mundo psicológicamente y sociológicamente muy interesante, porque mientras ellos no veían más allá de mis narices yo indagaba sobre cómo era esa persona”.