Santiago el Mayor fue uno de los más importantes y queridos apóstoles de Jesucristo y el primero de ellos en morir martirizado. La ancestral tradición cristiana indica que su cadáver fue trasladado a la Hispania romana y depositado en una tumba situada en Gallaecia. La tumba fue descubierta sobre el año 820 entre los restos de un asentamiento romano abandonado y sobre ella se construyó un templo que fue ampliado en los siglos siguientes hasta convertirse en la impresionante actual catedral que cada año visitan cientos de miles de visitantes.
Buena parte de esos visitantes llegan a Santiago de Compostela a través de la ruta más antigua, más concurrida y más celebrada de Europa, la que conforman los 1.500 kilómetros que suman las diez rutas que a través increíbles paisajes, fabulosas leyendas y espectaculares monumentos llevan al peregrino hasta la gran plaza del Obradoiro para quedar boquiabiertos admirando la espectacular catedral.
Una vez que el visitante llega a Galicia, el Camino de Santiago, junto a una naturaleza espectacular le ofrece una serie de monumentos que no cabe calificar sino de imprescindibles a los que rendir visita. Esta es una ruta por los principales:
La Torre de Sarria
La Fortaleza de Sarria es una antigua fortificación de origen medieval de la que actualmente sólo se conserva una torre de flanco, conocida popularmente como Torre del Batallón o simplemente Torre de Sarria, en el casco histórico de esta localidad lucense, en el Camino Francés de la peregrinación a Santiago de Compostela.
La fortaleza militar se levantó en el siglo XIII, aunque sus orígenes se remontan probablemente al siglo XII, en tiempos de Gutierre Ruiz de Castro y Elvira Osorio, señores de Lemos y de Sarria.
La fortificación fue destruida casi por completo durante la Gran Guerra Irmandiña, una revuelta social que tuvo lugar en Galicia entre los años 1467 y 1469. Pero posteriormente los vasallos que en aquellos tiempos estaban sujetos al dominio de la casa Osorio, perteneciente al linaje de los condes de Lemos, fueron obligados a reconstruirla con su trabajo por orden de Pedro Álvarez Osorio, conde de Lemos.
Actualmente se conserva tan solo una hermosa torre de flanco de losa y piedra de granito, que estuvo recubierta de mortero, de 15 metros de altura y desde la que se puede contemplar el espléndido paisaje de la Veiga de Sarria.
A su cima se llega por una escalera abierta en parte de un lienzo de muralla, y conserva los escudos de armas de los Castro, Enríquez y Osorio. En la pared que cerca la finca se ven varias cruces de un viacrucis del siglo XVIII y su interior está cubierto a siete metros de altura por una bóveda de directriz débilmente apuntada.
Monasterio de la Magdalena
También dentro de esa joya que es Sarria nos encontramos con el Monasterio de la Magdalena que tiene su origen en los primeros años del s.XIII. Regido hoy por la Orden de la Merced, albergó una orden religiosa (“Laudantes Deum”, más adelante, Orden de la Penitencia de los Mártires de Cristo) que en 1568 se integró en la orden agustiniana.
Se trata de un espléndido edificio con restos románicos del siglo XIII, góticos de los siglos XV y XVI y barrocos del XVIII, con una sugerente puerta de Santa María Magdalena, y la no menos interesante “Porta dos Carros”.
Tiene también el monasterio un bello enterramiento del gótico manuelino en la Capela do Santo Cristo y un no menos importante en la Capela Maior con estatua yacente del clérigo Guitián “maestrescola” de Ourense.
El claustro gótico y la puerta románica que en él se conserva, junto con la escalera principal, completan la visión del que sin duda es el más representativo de los muchos monumentos sarrianos.
En dos salas del convento se han recogido diversas obras de arte y objetos sacros que complementan la visita y tanto en el exterior como en el interior del conjunto aparece una serie de escudos, pertenecientes a las familias nobles e hidalgas de la zona, que tomaron monasterio y hospital bajo su protección.
Puente de Áspera
Los puentes siempre han tenido una especial relevancia para los peregrinos por representar una continuidad física del Camino de Santiago hacia otras localidades y tras abandonar Sarria para continuar hacia Portomarín, del peregrino deberá cruzar el encantador puente de Áspera, levantado sobre el río Celeiro con pizarra excepto los arcos que son, como sus tajamares, de sillería de granito.
Los peregrinos aprovecharon muchas de las infraestructuras de origen romano que facilitaban el tránsito y este de Aspera es uno de los puentes medievales que aún se conservan en el Camino de Santiago.
Esta parte del rico legado medieval de Sarria muestra orgulloso sus graníticos arcos románicos de medio punto. Consta de cuatro arcos, de los cuales tres conservan en parte su factura románica.
El resto de la construcción es posterior puesto que su deterioro obligó a restaurarlo durante el siglo XVIII que se realizó, como ha quedado dicho, con piedra de pizarra y es uno de los lugares más emblemáticos de la ruta compostelana.
Enclavado entre los bosques y helechos de este idílico paisaje, la vegetación que envuelve al puente se limpia periódicamente por las autoridades orgullosas de poder mostrarlo.
Puente de Vella Furelos
Junto a la iglesia parroquial de San Xoán de Furelos, el puente de la época medieval que allí se yergue sobre el río Furelos está considerado como una auténtica joya de las que jalonan el Camino de Santiago y sin duda es uno de los más hermosos que el peregrino encontrará a lo largo de la ruta francesa.
Esta bella obra ya aparecía mencionada en documentación del siglo XII en el Monasterio de Santa María de Sobrado que se encuentra en esta localidad coruñesa, y en el en el Códice Calixtino, también del siglo XII, pero en el siglo XVIII fue necesario reformarlo parcialmente.
Tiene este puente de Vella Furelos 50 metros de largo que a su vez tienen una anchura de de 3,7 metros y presenta orgulloso cuatro desiguales arcos de medio punto y tres pilastras con tajamares triangulares y espolones aguas abajo, todo ello realizado con piedra de granito, si bien las roscas de los arcos y los arranques de las bóvedas son de cantería.
Iglesia de Santa María de Melide
La iglesia de Santa María de Melide es una obra de finales del siglo XII y con pinturas del siglo XVI que está declarada como Monumento Nacional y se encuentra a las afueras de esta localidad coruñesa.
El templo conserva nueve siglos después de haber sido construido buena parte de su carácter original románico y esto hace que se justifique la parada del peregrino para visitarla
Es este un templo de una sola nave rematada por un bello ábside semicircular en el que lucen tras tramos divididos por columnas y capiteles bellamente decorados con motivos vegetales. Además, el ábside presenta en su centro una ventana y el alero se adorna con canecillos.
También hay que fijarse en sus románicas portadas sur y occidental y admirar el arco triunfal peraltado del interior del templo que tiene también un hermoso altar y una imagen de la patrona de la parroquia Virgen de las Nieves.
Iglesia y cruceiro de San Roque de Melide
La actual capilla de San Roque de Melide se construyó en el año 1949 pero con materiales que estaban en las ya desaparecidas iglesias medievales de San Pedro y San Roque.
De esta forma podemos seguir admirando su fachada principal enmarcada por dos contrafuertes y con tres arquivoltas semicirculares que se remonta a principios del siglo XIV y está considerada como una de las cumbres del arte medieval gallego.
No obstante, el templo también tiene elementos que apuntan hacia el gótico como columnas de pequeños fustes y altas bases y capiteles con decoraciones vegetales.
Junto a la iglesia se encuentra el famoso Cruceiro do San Roque, el más antiguo de Galicia. Su cruz es de estilo gótico, del siglo XIV. Está formado por un basamento de piedra sobre el que se asienta una columna octogonal reciente y tiene un anillo de hierro une la columna a la cruz.
En el frente hay una escena de Cristo en Majestad con los brazos abiertos en alto y las palmas hacia el frente, mostrando sus llagas, y en el reverso se encuentra la escena de la Crucifixión de Jesús.
Pallozas de O Cebreiro
Una palloza es una construcción tradicional del noroeste peninsular español y que en Galicia se localizan principalmente en zonas de Lugo, donde se encuentran las pallozas de O Cebreiro que sin duda merecen la pena ser visitadas.
De planta circular u oval tienen de entre diez y veinte metros de diámetro. Sus paredes bajas son de piedra y están cubiertas por un tejado cónico vegetal, normalmente formado por tallos de centeno.
Utilizadas hasta la mitad del siglo XX, cuando las modernas comunicaciones facilitaron la llegada de nuevos materiales de construcción, su origen es prerromano, presumiblemente celta y tiene similitudes con las casas redondas de la Edad del Hierro en Gran Bretaña y con las edificaciones de la cultura de los castros.
El nombre de palloza es en realidad una deformación del término gallego "pallaza", recogido por primera vez a fines del siglo XIX por varios etnógrafos para referirse al material con que se realizaba la techumbre de esta edificación tan peculiar.
Iglesia de Santa María la Real de Cebreiro
Sin salir de Cebreiro, localidad lucense perteneciente al municipio de Piedrafita, conviene recordar que aquí se produjo un hecho que le dio fama en toda Europa, el famoso Milagro de la Eucaristía, o Leyenda del Santo Grial de Galicia.
Allá por el año 1300 un hombre, Juan Santín, que vivía en un pueblo que distaba media legua de la iglesia de O Cebreiro, la aldea de Barxamaior, era tan devoto que no cesaba de ir a misa a pesar la lluvia, el viento o el frío. Un día se desató una furiosa tormenta y el sacerdote de la Iglesia pensó que ningún fiel acudiría, pero Santín si fue, erza el único fiel en la iglesia y el religioso, para burlarse de él, exclamó: "¡Cuál viene este otro con una grande tempestad y tan fatigado a ver un poco de pan y de vino!" y dijo que su presencia "no había merecido la pena". Dios, entonces, para castigar la falta de fe y caridad del cura, cuando estaba consagrando el pan y el vino, realizó el milagro de convertir la hostia y el vino en carne y sangre.
Esa iglesia, la de Santa María, es la primera en suelo gallego del Camino de Santiago Francés. Es un templo de arquitectura prerrománica, su construcción se remonta al año 872.
En el año 1072 el templo pasó a depender de los monjes benedictinos franceses y es allí donde se conserva el cáliz con el que se habría producido el conocido milagro. En la capilla de la iglesia se encuentran los mausoleos de los protagonistas de la historia junto a una hermosa talla del siglo XII que representa a la Virgen María.
Mosteiro de Samos
El monasterio de San Julián de Samos, fue fundado en el siglo VI, pertenece a la orden de los benedictinos y está en la localidad lucense del mismo nombre. Fue colegio de Teología y Filosofía y es parada importante del Camino de Santiago por un doble motivo, porque cuenta con una hospedería y sobre todo porque esta maravilla ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
La fundación se atribuye a San Martín Dumiense y se sabe que fue reformado ya en el siglo VII por San Fructuoso,aunque el primer escrito que lo menciona es del año 665: una inscripción en los muros del claustro de la portería en la que se dice que fue reconstruido por el obispo de Lugo, Ermefredo.
La iglesia abacial es barroca y fue construida entre 1734 y 1748 con planta de cruz latinay tres naves. La bóveda está iluminada por ocho óculos y las pinturas de los cuatro doctores marianos benedictinos (Anselmo, Bernardo, Ildefonso y Ruperto). El retablo mayor también es clasicista y tiene una imagen del patrón del monasterio, San Julián.
Hay dos claustros: el grande y el pequeño. El Claustro Grande fue construido entre 1685 y 1689 y tiene 3.000 metros cuadrados, lo que le convierte en el mayor de toda España. Se conoce como "del Padre Feifoo" por haber tomado éste el hábito benedictino en este monasterio en 1690, y está presidido por una estatua suya. Su estilo es una combinación austera y sencilla de clasicismo y herrerismo con nueve arcos de medio punto por cada lado.
Por su parte el Claustro Pequeño o "de las Nereidas" fue construido entre 1539 y 1582, imita el estilo gótico y cuenta con curiosos motivos de decoración, como la inscripción humorística "Qué miras, bobo" en una clave. El centro del claustro lo ocupa la fuente barroca de las Nereidas que data de comienzos del siglo XVIII.
Mención aparte merece la gran biblioteca del monasterio que tiene 31 metros de largo y alberga unos 25.000 volúmenes entre los que se incluyen varios incunables y otros documentos de gran valor histórico.
Iglesia de Santiago de Triacastela
Triacastela es una localidad de la provincia de Lugo, en la comarca de Sarria y en el Camino de Santiago. Allí el visitante se encuentra con otro de los monumentos gallegos imprescindibles de esta ruta, la iglesia de Santiago.
Se trata de un templo en el camino francés que data del siglo IX, una de las pocas iglesias de la ruta en este tramo de la misma que están dedicadas al propio apóstol patrón de España.
Esta iglesia, ya de se ha dicho, se construyó en época románica, pero en un principio no estaba consagrada al apóstol Santiago. Sus raíces románicas están patentes en su ábside, contrafuertes y los sencillos y hermosos canecillos de su fachada que se mantienen tras la restauración que del templo se hizo en el siglo XVIII.
Su planta es rectangular y su tejado a dos aguas es de pizarra. Su ábside circular presenta una bóveda de cuarto de esfera y una nave central de cañón. Su interior está iluminado por cuatro ventanales y tras ella se añadió más tarde la sacristía.
La torre de la bella iglesia de Triacastela es neoclásica ,de planta cuadrada, y se sustenta gracias a cuatro pilares donde hay otros tantos arcos de medio punto. La segunda altura de esta torre ostenta bajorrelieves de los castillos de Triacastela y una imagen ecuestre del apóstol Santiago. Y en lo más alto de la torre se encuentra un campanario con troneras de arco de medio punto y tres campanas.
En el interior del templo podremos admirar sus hermosos retablos de la Virgen Dolorosa y la Santa Faz además de la imagen ecuestre del siglo XVIII de Santiago Matamoros.
Iglesia de San Juán o San Nicolás de Portomarín
Además de ser bien conocido por su bello paisaje, la localidad lucense de Portomarín es también famosa por su aguardiente, que ha recibido numerosos reconocimientos, y, por supuesto por su iglesia de San Juan, también llamada en ocasiones como de San Nicolás, declarada Bien de Interés Cultural.
La villa de Portomarín nació y creció al lado de un puente romano sobre el río Miño que tuvo que ser reconstruido en la Edad Media. En el año 1212, la Orden de San Juan le otorgó fueros para su gobierno y administración a la localidad.
Este templo fue levantado bajo las normas del estilo románico por la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Fue declarada monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional el 3 de junio de 1931, mediante un decreto publicado el día 4 de ese mismo mes en la Gaceta de Madrid, con la rúbrica del presidente del Gobierno provisional Niceto Alcalá-Zamora.
A comienzos del año 1960 todas sus piedras fueron numeradas y ensambladas de nuevo en su actual emplazamiento puesto que la iglesia tuvo que ser trasladada desde su primitiva ubicación en el viejo Portomarín hasta la que se encuentra hoy en día a raíz de la construcción del embalse de Belesar cuyas aguas inundaron la villa.
Iglesia de San Pedro de Portomarín
También en Portomarín encontramos la iglesia de San Pedro que como en el caso de la de San Juan tuvo que ser trasladada del viejo al nuevo Portomarín a causa de la construcción del embalse de Belesar, pero es anterior a ella porque comenzó a ser levantada en el siglo XII, si bien su fachada barroca tiene una portada románica fechada en el siglo X.
Fue consagrada en el año 1182 por el obispo de Lugo Rodrigo II, según consta en una inscripción que figura en la portada del templo donde una inscripción explica: "Esta iglesia fue consagrada en honor de la bienaventurada María y de los santos Pedro, Cosme y Damián, siendo obispo de Lugo Don Rodrigo".
En el templo, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1946, se veneran las imágenes de San Pedro, patrón de la parroquia, la Virgen del Rosario y el Santo Ángel.
Fue construida esta iglesia en sillería de granito y, como se ha dicho, conserva del estilo románico su portada, formada por arcos de medio punto con arquivoltas cubiertas de motivos geométricos.
El tímpano está sostenido por batientes con forma de cabeza de toro y se ornamenta con dos semicírculos adornados con estrellas. En su interior destaca por su belleza el retablo del siglo XVI y también el espléndido sepulcro en piedra del Marqués de Bóveda, Don José Pimentel y Miranda.
Catedral de Santiago de Compostela
Para el final de este recorrido por los monumentos gallegos imprescindibles en el Camino de Santiago hemos dejado el más bello, una de las catedrales más impresionantes del mundo, la meta de todo peregrino, la catedral de Santiago de Compostela.
La Santa Apostólica y Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Compostela acoge el que, según la tradición, es el sepulcro del Apóstol Santiago, por esto un privilegio concedido en el año 1122 por el papa Calixto II declaró que serían "Año Santo" o "Año Jubilar" en Compostela todos los años en los que el día 25 de julio, día de Santiago, coincidieran en domingo, un privilegio que fue confirmado por el papa Alejandro III en su bula "Regis aeterni" el año 1179.
Cada una de las fachadas de la catedral forma con sus respectivas plazas magníficos conjuntos urbanísticos. La barroca fachada del Obradoiro fue realizada por Casas Novoa en 1740; también barroca es la de Azabachería, obra de Ferro Caaveiro y Fernández Sarela y modificada por Ventura Rodríguez; la de Platerías, construida por el maestro Esteban en 1103; y sobre todo el pórtico de la Gloria, obra primordial de la escultura de transición del románico al gótico, concluida por el maestro Mateo en 1188.
De hecho, las esculturas delPórtico de la Gloriapueden considerarse protogóticas pues las figuras están representadas de forma individualizada y son expresivas, anunciando la escultura que se desarrollaría plenamente en los siglos XIII y XIV.
La estructura arquitectónica del Pórtico de la Gloria consiste en tres plantas superpuestas: la cripta, que simboliza el mundo terrenal; el pórtico, que constituía la puerta de entrada occidental a la catedral y que permaneció abierto al exterior durante la Edad Media, y en el que se representa la Jerusalén celeste; y la última planta era la tribuna, que por medio de un rosetón estaba iluminada y que representa la elevación de los humanos a lo divino.
Tres espectaculares torres destacan en el conjunto, son la Torre de las Campanas, la Torre norte o de la Carraca y la Torre del Reloj, de la Trinidad o Berenguela.
Por lo que a la Cripta Sepulcral se refiere, bajo el camarín, donde está el sepulcro de Santiago y sus dos discípulos, Atanasio y Teodoro, conviene explicar que se hizo por temor a las frecuentes incursiones de corsarios ingleses, especialmente de Francis Drake que había amenazado Compostela tras haber desembarcado en La Coruña en 1589. Y fue por orden del arzobispo Juan de Sanclemente que las reliquias se trasladaron aquel mismo año para ser escondidas en el suelo del ábside del templo al lado de la capilla mayor. Con el tiempo se fue olvidando este lugar y en enero del año 1879 el cardenal Miguel Payá decidió recuperar las reliquias y se realizaron diversas excavaciones hasta encontrar una urna que contenía huesos en la zona del ábside; después de un análisis realizado por la Universidad compostelana, la Santa Sede realizó un proceso que culminó en su autentificación por el papa León XIII en 1884 mediante la bula "Deus Omnipotens".
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.