Salir de la estación de Atocha, una odisea para los mayores con necesidades especiales

La estación de Atocha, al igual que otros lugares de salidas y llegadas, se llena estos meses de verano y vacaciones de viajeros con maletas que buscan la vía donde estacionará su tren o esperan pacientemente a conseguir un taxi que los lleve a su destino, o la persona que los recogerá. 

En medio de este ir y venir de grupos de amigos y familias, se encuentran los mayores, que según la encuesta ‘Viajero Sénior’ realizada por 65YMÁS, un 26,3% de ellos elige el tren como medio de transporte favorito para viajar, por detrás del avión (34,1%) y el coche (30,3%). Lo que a priori es una decisión basada en el precio, la duración del trayecto y la comodidad, puede convertirse en toda una odisea para aquellos que tienen necesidades especiales, como problemas de movilidad. 

Y es que pesar de que Adif cuenta con el servicio Atendo, que facilita la accesibilidad a los trenes a las personas con discapacidad o movilidad reducida, esta ayuda acaba en el momento en que el viajero abandona la estación: “Cuando una persona que ha solicitado ‘Adif Acerca' o ‘Antendo’ llega a Atocha, los encargados bajan a las vías con las sillas, y los suben hasta la salida”, nos explica a 65YMÁS una trabajadora de Adif que se encuentra en el punto de información de esta estación.

Al llegar a la salida, el personal encargado de ayudar a los mayores o personas con discapacidad o movilidad reducida termina su función, y estos se encuentran con un nuevo problema: conseguir un taxi adaptado si no tienen quien venga a recogerlos, porque Adif, tal y como nos confirma una de sus trabajadoras, “no tiene nada que ver con el servicio de taxis”.

Esto supone una gran barrera para los afectados que se encuentran a las puertas de la estación solos y sin saber si habrá un vehículo adaptado. Porque la realidad es que, a pesar de que hay muchos taxis estacionados en Atocha, es difícil encontrar el que ellos necesitan, y los propios taxistas son conscientes de ello: “Ahora mismo es muy complicado reservar un taxi adaptado porque hay mucha demanda, pero si quieres hacerlo, tienes que llamar a un número de teléfono y solicitar información sobre este servicio”. 

Las reservas hay que hacerlas 24-48 horas antes

Fila de taxis Puerta de Atocha

Llamando al 915 47 85 00, nos indican que debemos marcar otro número, en este caso el 118 87, para explicar nuestra situación “y hacer la reserva”. Al hacer esta segunda llamada, la operadora nos comenta que, en principio, “no tendría que haber problema en realizar una reserva”, aunque eso sí, esta no es la última llamada que tendremos que hacer. “Para dejar reservado el vehículo, hay que especificar el recorrido que tienes que realizar, el día y la hora, y llamar a las diferentes empresas de taxis que hay en la comunidad, para saber si pueden ofrecerte este servicio”. Es decir, la operadora te facilita los contactos de algunas de las empresas que pueden contar con taxis adaptados, para que, de nuevo, el interesado llame y pregunte. Aunque avisa: “No hay muchos vehículos disponibles”, y por eso es más complicado conseguirlo.

A estas llamadas, hay que sumar el desconocimiento impera entre los viajeros, que no saben que tienen que hacer lo mencionado para que nada más llegar, haya un taxi adaptado esperándolos, y no les queda más remedio que esperar a que llegue un vehículo apto para ellos, sin saber cuando lo hará. Porque, tal y como nos ha explicado el encargado de gestionar la fila de viajeros que se forma al salir de Atocha, aunque los mayores o personas con movilidad reducida “tendrían preferencia y no sería necesario que hicieran la cola, ya que se quedarían al comienzo esperando a que estuviera disponible este vehículo, no podríamos asegurarles cuando llegaría. Puede ser media hora, o mucho más”, nos explica mientras los turistas se van subiendo a los taxis.

En dicha fila de espera, se encuentran algunos mayores, que sin problemas de movilidad, aguardan pacientemente para subirse a un taxi sin adaptar, sin saber que pueden reservarse en caso de necesidad.

De nuevo, la falta de información, de recursos y las numerosas llamadas que hay que hacer sin que te garanticen desde el principio si habrá un vehículo disponible para ellos, hacen que muchos mayores con movilidad reducida se vean solos y desamparados mientras esperan al sol a que llegue un taxi que pueda llevarlos a su destino, y sin que nadie pueda hacer nada por ellos.