Sandra Hemme, la mujer que ha pasado 43 años en la cárcel por un crimen que no cometió
Fue puesta en libertad el 19 de julio al no haber evidencia de su vinculación con el asesinato
El mes de noviembre de 1980 supuso un antes y un después en la vida de Sandra Hemme, una mujer estadounidense a la que declararon culpable de asesinar a puñaladas a Patricia Jeschke, empleada de una biblioteca en Misuri (Estados Unidos).
Pese a la inexistencia de pruebas que la vincularan con el crimen, Hemme entró en prisión y, ahora, a sus 64 años, ha sido puesta en libertad tras haber cumplido la condena —injusta— más larga contra una mujer en la historia del país. Su liberación parte del fallo del juez del Tribunal de Circuito, Ryan Horsman, el pasado 14 de junio, según el cual los abogados de Hemme contaban con pruebas claras de su inocencia.
Irregularidades en la condena a Hemme
Además de no contar con pruebas que vinculasen a Hemme con el crimen —más allá de su confesión en el hospital psiquiátrico bajo los efectos de la sedación—, en el caso se identificaron una serie de irregularidades que dieron lugar a su condena injusta.
En primer lugar, al revisar el caso se descubrió que la policía local había ignorado pruebas que apuntaban a uno de sus propios agentes, Michael Holman, después encarcelado por otro delito y, finalmente, fallecido en 2015. Su camioneta fue vista en el lugar el día del crimen y usó la tarjeta de crédito de la asesinada que, según él, había encontrado en una zanja. Además, en su casa había unos aretes de oro de Jeschke.
La revisión del caso dictaminó que ninguno de estos hechos fueron revelados al equipo de defensa de Hemme.
Interrogada bajo la influencia de medicamentos antipsicóticos y un potente sedante
Por otra parte, como se mencionaba con anterioridad, los interrogatorios de la policía se produjeron en un momento en el que Hemme se encontraba bajo la influencia de medicamentos antipsicóticos y un potente sedante, pues había sido internada contra su voluntad en un hospital psiquiátrico.
Sus condiciones físicas y mentales en aquel momento fueron las responsables de las respuestas breves y poco conscientes de la interrogada.
Así pues, con la revisión del caso no se consiguió demostrar ninguna evidencia forense que vinculase a Hemme con el crimen.
Por ello, fue puesta en libertad el pasado 19 de julio, gracias a la labor de la organización Innocence Project, que se encargó de su caso.
