Sara Estévez, primera periodista deportiva de España, tenía que esconderse bajo un pseudónimo

Sara Estévez, que acaba de cumplir 100 años, rompió una barrera en el periodismo allá por 1954: ser la primera periodista deportiva de España. Si bien ya había desde el siglo XIX mujeres desempeñando el periodismo, el ámbito deportivo estuvo copado por los hombres, hasta que Sarita, como así es habitual que se refieran a ella, entró en la plantilla de Radio Juventud en Bizkaia. 

Nació en 1924 en Bilbao, en plena dictadura de Primo de Rivera. Perdió a su padre cuando tan solo tenía dos años y cuatro de sus ocho hermanos murieron jóvenes también. Siempre quiso estudiar y llegó a obtener una beca para las escuelas de Viuda de Epalza, pero el inicio de la Guerra Civil frenó sus estudios.

Aún así, siguió buscando su oportunidad y consiguió entrar a trabajar en la empresa Unquinesa de Erandio, en donde llegó a ser secretaria de dirección. Gracias a esto, en 1947 se hizo abonada del Athletic Club y empezó a ir a los partidos del cojunto bilbaíno.

En 1954 entró en Radio Juventud en Bizkaia y consiguió el puesto de cronista deportiva en los partidos del Athletic, como contó recientemente en una entrevista en la Cadena SER: "Cuando llegó Ruiz de Velasco a Bilbao nos reunió en aquel piso de la calle Irala número 7 y nos preguntó ¿Quién sabe de fútbol? Le dije que yo iba al fútbol y empecé a hacer cosas de este deporte. Me gustaba que me consideraban una más. Nunca me hicieron ningún desplante, y eso que había gente veterana en la profesión. Me miraban como diciendo, pero que hará esta mequetrefe aquí".

Primero por el miedo a cómo reaccionarían algunas personas si se enterasen que las crónicas las escribía una mujer, y luego porque le gustó, empezó a firmar con un pseudónimo: Marathon. Dirigió el programa Stadium, en donde escribía crónicas y comentarios que posteriormente se encargaba de leer por ella Francisco Blanco, uno de sus compañeros. No fue hasta 20 años después cuando empezó a firmar con su propio nombre sus piezas periodísticas. 

En 1990, con 65 años, se jubiló, aunque hasta hace pocos años ha seguido escribiendo columnas para El Correo sobre la actualidad del Athletic Club.

Un año después fue galardonada con la Estatuilla de Don Diego López de Haro, concedida por el Ayuntamiento de Bilbao en 1991, el primer reconocimiento de los muchos que vendrían después, como el Premio Periodistas Vascos, el león de bronce del Athletic Club, la medalla de plata al mérito deportivo y el premio Zirgari a la igualdad 2023.