La actriz y empresaria Sarah Jessica Parker lleva siendo un icono de la moda desde los años 90. A través de su mítico personaje, Carrie Bradshaw, la actriz ha ido visibilizando y reivindicando los problemas y preocupaciones que afectan a las mujeres.
Hace poco, la actriz ha concedido una entrevista al medio británico The Telegragh, donde no ha dudado en denunciar públicamente la presión social que sufren las mujeres a medida que van cumpliendo, al contrario que le pasa a los hombres: "Estoy muy confundida por el hecho de que a la mayoría de los hombres de mi edad simplemente nunca se les pregunta sobre el envejecimiento", comentaba Parker.
La actriz explicaba que la presión no solo la siente a la hora de interpretar un papel, sino que también en su día a día tiene que enfrentarse a ciertos comentarios sobre su edad y su aspecto físico: "Todos nos despertamos, tenemos un millón de cosas que nos están pasando y simplemente necesitamos seguir con nuestros días. No entiendo el énfasis que se pone en la reflexión sobre el envejecimiento", lamentaba.
Y precisamente, sobre algunos tratamientos antiedad como el bótox, Parker, fue muy sincera: "No puedo hablar por otras personas y no me opongo a que nadie haga nada. Simplemente, no es algo que elijo hacer. Además, soy actriz, tengo que mover las cejas. Se supone que debo compartir emociones y comunicarme con mi cara".