¿Qué es la sarna y cómo se contagia?

La Sarna es una enfermedad estigmatizada, asociada con la suciedad y la pobreza, pero la realidad es que se trata de una enfermedad común en todo el mundo, que puede afectar a todas las personas, independientemente de la edad y su clase social, que nada tiene que ver con la falta de higiene.

Según un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y publicado en la revista PLOS ONE, la incidencia de la sarna ha crecido en los últimos años después de varios años de descenso. El estudio se realizó con la intención de conocer la distribución geográfica de la enfermedad, su evolución y sus características poblacionales y ofrece datos de la evolución de la enfermedad desde 1997 hasta 2019, siendo a partir de 2014 cuando se detecta un aumento de casos de esta enfermedad.

Esta tendencia se ha mantenido al alza, aumentando considerablemente los casos desde 2019 hasta la fecha, convirtiéndose en una “epidemia dentro de una pandemia” como refleja el Dr. Miquel Casals, de la unidad de Dermatología Pediátrica y Servicio de Dermatología del Hospital Universitari de Sabadell (Barcelona) en su publicación.

Se estima que solo en Cataluña los casos se han multiplicada por 10, y esta tendencia al alza está muy relacionada con el confinamiento a causa de la pandemia de Covid-19, por la dificultad del diagnóstico y tratamiento de la sarna, por la tardanza en comunicar los síntomas y por cómo se ha presentado, más persistente y resistente.

Hay que añadir que el estigma social que tiene la sarna ha provocado que, por vergüenza, muchos casos se hayan notificado tarde, incrementando el riesgo de contagio y dificultando el tratamiento.

Pero ¿qué sabemos de esta enfermedad?

La sarna o escabiosis en su nombre científico, es una enfermedad producida por una ectoparasitosis, es decir, una dermatosis parasitaria producida por el ácaro Sarcoptes Scabiei muy contagiosa entre las personas.

Los ácaros realizan pequeñas excavaciones en la piel donde depositan los huevos, que al cabo de tres semanas eclosionan liberando unas larvas que se transformarán en ninfas y, posteriormente, en un parásito adulto que iniciará otro ciclo vital.

Contagio

Si bien se trata de una enfermedad contagiosa, el contagio ha de ser directo, es decir, de piel con piel de una persona infectada, por ejemplo, a través de relaciones sexuales, en lugares muy concurridos como residencias de mayores, o de estudiantes, cárceles y guarderías; también al compartir prendas de vestir, toallas o ropa de cama de una persona con sarna.

No se contagia, por ejemplo, en un contacto rápido como puede ser un apretón de manos o un abrazo. Es decir, se requiere un contacto estrecho y sostenido en el tiempo con una persona afectada de sarna.

Remarcar que la sarna de los perros no se transmite al ser humano.

Sintomatología

Generalmente en un primer contagio de sarna, el período de incubación hasta que aparecen los primeros síntomas es de unas tres semanas. Si se trata de un recontagio los síntomas se manifiestan al cabo de uno a cuatro días.

El principal síntoma es un picor intenso, que aumenta por la noche, producido por la reacción alérgica a los ácaros de la sarna, a sus huevos y a las heces que depositan. En su fase inicial, el picor se manifiesta de forma local para después generalizarse.

A nivel macroscópico se observan pequeñas lesiones en la piel, una especie de surcos que pueden alcanzar los 15 milímetros y que finalizan en un extremo con una pápula, ampolla o costra. Estos surcos son fruto de las excavaciones que hace el ácaro en la piel para depositar los huevos y, generalmente, se localizan en zonas con pliegos como codos, axilas, rodillas, nalgas, cintura, borde interno de los pies, debajo de los anillos o reloj. También alrededor de las mamas, en las mujeres y, en los hombres, en los genitales. Rascarse las ampollas puede producir úlceras que acaben infectándose.

Tratamiento y prevención del contagio

El tratamiento es de corta duración y muy efectivo siempre que las medidas de prevención de un nuevo contagio se realicen correctamente. La farmacología puede ser tópica, oral o una combinación de ambas y, por supuesto, revisada por el dermatólogo.

En cuanto a la prevención de nuevos contagios, es necesario seguir estas pautas:

• Todos los convivientes deben tratarse simultáneamente.
• Hay que lavar toda la ropa, incluyendo la interior, toallas y ropa de cama, a 60ªC. Después, planchar con plancha muy caliente.
• También limpiar aquellos objetos de tejido como peluches o juguetes.
• Repetir el lavado una vez finalizado el tratamiento.
• La ropa que no pueda lavarse a esa temperatura deberá permanecer guardada en una bolsa de plástico, cerrada herméticamente durante al menos dos semanas.
• Pasar la aspiradora concienzudamente por todos los rincones y tapicerías de sillas y sofás.
• Evitar las relaciones sexuales.
• Mantener las uñas muy cortas.
• Si se tiene mascota, revisar que no le aparezcan lesiones en la piel.

Finalizado el tratamiento, la picazón, aunque leve, puede continuar algún tiempo más, pero irá desapareciendo si se ha realizado el tratamiento correctamente.