Urgencias saturadas por el aumento de contagios y falta de personal
El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha denunciado el aumento en un 25% del número de camas cerradas en verano desde la pandemia de Covid-19 que comenzó en 2020, algo que han considerado como un "ejemplo de que los compromisos de mejorar la atención sanitaria en el conjunto del Estado por parte de las diferentes administraciones públicas se han quedado en el baúl de los recuerdos”, según explican en un comunicado.
En concreto, tras un detallado análisis de la evolución anual del número de camas que las diferentes consejerías de Sanidad deciden cerrar en verano, SATSE ha constatado que esta cifra se ha incrementado en 2022 en 2.097 camas (25,3%), respecto a 2020, cuando fueron 6.857, llegando así a las 8.594 en el conjunto del Estado.
Teniendo en cuenta estos datos, el Sindicato de Enfermería ha criticado que los responsables públicos y políticos, "salvo honrosas excepciones", han “vuelto a las andadas” ahora que la pandemia ya no se encuentra en el foco de atención e interés general, aunque recuerdan que "sigue muy presente", repitiendo de esta forma "los mismo errores" en materia de gestión de recursos y medios que ya se cometían antes de la crisis sanitaria iniciada hace dos años.
Camas que se cerrarán por CCAA
Según los datos recogidos por SATSE en las diferentes Comunidades Autónomas, esta previsto que este año se vayan a cerrar en verano, al menos, 8.594 camas en el conjunto del Estado. Por comunidades autónomas, en Madrid se cerrarán, al menos, 1.800 camas; en Andalucía 1.400 camas; 1.000 camas públicas en Cataluña; 900 en Euskadi; 726 en Galicia, 500 en Aragón y 380 camas en Asturias. En lo que respecta a Castilla y León, la previsión es 466; en Comunidad Valenciana son unas 400 camas y en Extremadura, 200.
Igualmente, en Castilla-La Mancha, el cierre previsto afecta a 200 camas; en las Islas Baleares son 170; en Murcia, 150 camas cerradas; en Cantabria, 148 camas cerradas; en Navarra, en torno a 100 camas cerradas y 54 en La Rioja. Canarias es la única Comunidad en la que no está previsto en principio cerrar camas.
Recuerdan que este cierre de camas viene seguido de la suspensión de miles de consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas, lo que a su vez conlleva un nuevo aumento de las listas de espera, las cuales se dispararon tras la pandemia. De hecho, en el caso de las operaciones, recuerdan que los últimos datos aportados por el Ministerio de Sanidad son los peores registrados desde 2003, siendo la demora media de 123 días: de las 706.000 personas registradas, el 20% lleva más de seis meses esperando a ser operado.
“Si este año, en el que aún sigue muy presente la Covid-19, las distintas administraciones sanitarias públicas ya han optado por cerrar un 25% de camas más, mucho nos tememos que en próximos años volveremos a situaciones como las registradas en 2018, cuando se cerraron 14.000 camas en el conjunto del Estado”, apuntan desde la organización sindical.
El cierre de camas en verano, según SATSE, demuestra "el desinterés, la irresponsabilidad y la insensatez de unos gestores públicos y políticos que vuelven a optar por abandonar y precarizar nuestro sistema sanitario público mientras la sanidad privada se frota las manos al saber que seguirá aumentando su nicho de negocio a corto, medio y largo plazo".
El Sindicato de Enfermería llama la atención, por último, sobre los efectos perjudiciales que tiene el cierre de camas, tanto para los profesionales, ya que dificulta su labor asistencial y de cuidados; como para el conjunto de la ciudadanía, ya que no pueden recibir una atención y cuidados adecuados, viéndose obligados en muchos casos a tener que seguir esperando varios meses para resolver su problema de salud.