Pilar Abellán Martínez
Sociedad
Una sencilla regla podría explicar qué dinosaurios volaban y cuáles no
La clave está en la cantidad y la forma de las plumas
Un trabajo realizado por científicos del Museo Field de Historia Natural, publicado en la revista PNAS, ha aportado algunos datos que podrían desvelar qué dinosaurios eran realmente capaces de volar y cuáles no. El estudio ha investigado cientos de especies en colecciones de museos, y se ha podido identificar algunas características comunes en las plumas de todas las aves. También se estudiaron rasgos en fósiles que tienen entre 160 y 120 millones de años para abordar la historia evolutiva temprana de las plumas.
Las aves son miembros del grupo de los dinosaurios que sobrevivieron cuando un asteroide chocó contra la Tierra hace 66 millones de años, por eso su desarrollo es importante para conocer cómo eran antiguamente. Aun así, no todos evolucionaron hasta convertirse en aves, pero sí que todas las aves vivas vienen de los dinosaurios.
Mucho antes del impacto del asteroide, algunas de las especies del grupo de los Penneraptorans comenzaron a desarrollar plumas y la capacidad de volar. Se conoce que primero formaron las plumas antes de poder alzar el vuelo. Por ejemplo, el Velociraptor tenía plumas, pero no podía volar. El propósito original podría haber sido aislar o atraer pareja.
Para analizar esta evolución, los paleontólogos se han basado en pistas que hay en los esqueletos fosilizados de los animales, como el tamaño y la forma de los huesos de los brazos/alas. Así mismo, para determinar qué dinosaurios eran capaces de realizar un verdadero vuelo motorizado, se ha observado la forma de las plumas conservadas.
Por ejemplo, las primarias que se extienden a lo largo de las puntas de las alas son asimétricas en las especies que pueden volar, pero simétricas en las que no pueden.
La clave estaba en la cantidad y la forma de las plumas
Así, se analizaron 346 sujetos diferentes conservadas en museos de todo el mundo. Al observar las alas y plumas de colibríes, halcones, pingüinos y pelícanos, se notó una serie de rasgos consistentes entre las especies que pueden volar.
Por ejemplo, además de las plumas asimétricas, todas las que volaban tenían entre 9 y 11 plumas primarias. En las aves no voladoras, el número varía mucho: los pingüinos tienen más de 40, mientras que los emús no tienen ninguno. Es una regla muy simple que aparentemente ha pasado desapercibida para los científicos durante todo este tiempo.
Una sencilla regla podría explicar qué dinosaurios volaban y cuáles noAl aplicar la información sobre el número de plumas primarias de los pájaros, los investigadores también descubrieron que a estos animales les lleva mucho tiempo desarrollar un número diferente de plumas primarias.
Aún queda mucha evolución por investigar
Además de las aves modernas, los investigadores también examinaron 65 especímenes fósiles que representan a 35 especies diferentes de dinosaurios emplumados y aves extintas. Al aplicar los hallazgos de las especies de ahora, los investigadores pudieron extrapolar información sobre los fósiles.
Por ejemplo, los investigadores observaron que el dinosaurio emplumado Caudipteryx tenía 9 plumas primarias, pero son casi simétricas y las proporciones de sus alas habrían hecho imposible el vuelo.
Estos datos pueden contribuir a la conversación entre los científicos sobre los orígenes del vuelo de los dinosaurios. Sin embargo, los investigadores matizan que si bien los resultados parecen sugerir que el vuelo evolucionó tan solo una vez en los dinosaurios, la comprensión de esta habilidad apenas está comenzando.
Probablemente, todavía nos estamos perdiendo algunas de las primeras etapas de la evolución.