
Los sénior se vuelcan con los nuevos emprendedores: "La riqueza intergeneracional no tiene precio"
Clausura de los cursos de la Escuela Secot de Emprendedores 2024

La Escuela Secot de Emprendedores (@Secot_), eSemp (@eSemp_SECOT), es un buen ejemplo del compromiso que tienen muchos sénior con la excelencia de las siguientes generaciones y con el fomento de la innovación.
Esta entidad, que ha celebrado este jueves la clausura de su curso 2024 en la sede la Fundación Rafael del Pino (@frdelpino), es un caso de éxito de colaboración intergeneracional.
Creada en 2012, cuenta con cerca de 60 cursos gratuitos online y presenciales y más de 2.000 alumnos de España y América, con una media de edad de 40 años.
Y la formación, que imparten 35 voluntarios sénior, destaca por su orientación práctica y va dirigida a emprendedores, autónomos, pymes, microempresas, startups y desempleados.
El acto de cierre del curso 2024 contó con la presencia y participación destacada de personalidades de la talla de Óscar Romera, coordinador general de Economía, Comercio y Consumo del Ayuntamiento de Madrid; Fernando Sobrini, presidente de SECOT; Paco Sánchez, director de eSemp; Vicente J. Montes, director de la Fundación Rafael del Pino; y José Miguel Caras, hasta enero Director de Formación de Santander España y ahora en nuevos proyectos profesionales; así como de varios profesores y alumnos de la escuela que contaron su experiencia y cómo esta les ayudo a emprender.

Un modelo de éxito
Durante su intervención, Paco Sánchez, director de eSemp, explicó que el número de participantes en los cursos de la escuela se ha duplicado, respecto al año 2023, y aseguró que tienen una puntuación media de un 4,8 sobre 5.
“Como dicen nuestros alumnos: los profesores saben mucho y lo cuentan muy bien”, señaló. Además, adelantó la inclusión de nuevas temáticas para el curso 2025 como "digitalización de negocios", "bienestar mental y emprendimiento" o "big data y blockchain". Y afirmó que han recibido ya más de 7.000 peticiones de inscripción.
Por su parte, el director de la Fundación Rafael del Pino, Vicente J. Montes, reconoció a SECOT por poner en valor "toda la experiencia acumulada durante años" y el "talento adquirido" por los sénior.
Y destacó la importancia de transmitir esta sabiduría, así como de la formación para adaptarse "permanentemente" a los cambios que vienen y que están por venir.
En un sentido similar se pronunció el coordinador general de Economía, Comercio y Consumo del Ayuntamiento de Madrid, Óscar Romera, quien lamentó la expulsión del talento "de forma anticipada". "A partir de los 45 años, el riesgo se incrementa”, advirtió.
De esta manera, calificó esta "pérdida" como "injusta" y como una "malversación" de un conocimiento "insustituible". Por lo que llamó a revertir esta situación y aseguró que desde el Ayuntamiento se sienten muy orgullosos de los emprendedores sénior.
La riqueza del intercambio intergeneracional

A continuación, tuvo lugar un coloquio entre la conductora del acto, Alejandra Navas, y dos docentes del centro, los voluntarios sénior Rubén García, profesor de marca personal y de creatividad para el emprendimiento, y Cruz Agudo, que imparte un curso de búsqueda de empleo.
Rubén García puso en valor la metodología de la escuela que se basa en "la cercanía" para conocer las necesidades de los alumnos. Y, aseguró, "la oferta formativa que hay es espectacular".
Además, preguntado por qué le aporta ser docente en la escuela, afirmó que "la riqueza intergeneracional no tiene valor monetario". "Es un intercambio que nos hace sentirnos felices cuando terminamos un seminario", apuntó.
Por su parte, Cruz Agudo destacó la capacidad de la escuela para adaptarse a las "últimas tendencias", ofreciendo paquetes formativos que no están cerrados.
En ese sentido, animó a los alumnos profesionales a seguir formándose. "Nunca sobra. Siempre se aprende", comentó.
El valor del conocimiento transmitido por los sénior

Tras esta conversación, el emprendedor de origen venezolano Neomar Semprún y la empresaria María Fernández contaron su experiencia como alumnos de la escuela –cada uno ha participado en más de cinco cursos– y todo lo que aprendieron de los profesores sénior.
Neomar Semprún, biólogo e inmunólogo de profesión, contó que actualmente se dedica a ser "asesor para el neurodesarrollo" con familias que tienen hijos con autismo o TDH, en las áreas médicas y terapéuticas.
En su caso, indicó, la escuela le dio las bases para poder "mantenerse en el continente europeo" y aseguró que estos cursos, en los cuales se transmite "conocimiento práctico", "llenan un vacío que existe en la sociedad".
Ahora, anticipó, tiene en mente expandir sus horizontes y llevar sus asesorías a fundaciones y aprender sobre nuevas "herramientas de Inteligencia Artificial" para aplicarlas a la salud y a las terapias.
María Fernández, por su parte, explicó que "gracias" a la escuela de SECOT ella es empresaria. En concreto, señaló, los cursos le ayudaron a emprender y sacar adelante un restaurante mexicano que montó en un mercado situado en el barrio madrileño de Prosperidad.
"Es una enseñanza de alguien que ya ha vivido lo que vamos a vivir", destacó. Así, prosiguió, una vez montado el negocio, en estos momentos, está trabajando en afianzar su marca gracias a los conocimientos adquiridos.
Finalmente, el acto terminó con una charla impartida por José Miguel Caras, hasta enero Director de Formación de Santander España y ahora en nuevos proyectos profesionales, sobre la importancia de la formación y de siempre seguir reciclándose.
En ese sentido, definió a la "curiosidad" como la "gasolina" para seguir aprendiendo e innovando. "Tenéis en vuestras manos el poder de darle una patada a vuestra fecha de caducidad", comentó.